¿Alguna vez has pensado en Dios como si fuese una fortaleza? Él no solo nos da nuevas fuerzas, sino que es como un castillo, como una fortaleza en la que nos podemos refugiar.
El Salmo 27 dice: “Jehová es
mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de
quién he de atemorizarme?” (Salmo 27:1). Sí, Dios es una fortaleza a tú alrededor: en Él puedes sentirte
seguro.
El enemigo, por su lado, trata
también de construir fortalezas en tu vida. Sus fortalezas son diferentes:
están construidas a base de mentiras, de engaño y tienen por objetivo controlar
y dominar tu vida, para hacerte un esclavo.
¿Puedes identificar algunas de esas
“fortalezas” en tu vida? ¿Tienes quizá complejos o inseguridades? ¿Piensas que
jamás conseguirás lo que te propongas o que eres un fracaso?
La Biblia dice: “porque las
armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la
destrucción de fortalezas…” (2 Corintios 10:4).
Dios te ha dado la capacidad de
destruir todas esas mentiras de tu vida. Sus armas (la oración, la paz, la
Palabra de Dios, el ayuno..) son poderosas.
Hoy es el día de derribar las
fortalezas de las tinieblas. En este día fortalécete en el
Señor y con Sus palabras de verdad empieza a derribar cada una de esas mentiras
que te esclavizan. Verás que poco a poco, con el paso de los días, te sentirás
cada vez más libre.
“Señor, ayúdame a identificar y a
derribar todas las fortalezas de mentira que hay en mí. Gracias porque me das
el poder de hacerlo. Ayúdame a usar todas Tus armas con sabiduría. Gracias por
todo lo que vas a hacer. En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”