¿Te imaginas cómo sería si todo lo que hicieses, prosperase? Eres un
árbol fuerte, sano, con hojas verdes, frutos maduros, árbol precioso y rebosa
de vida. Es lo que Dios te llama a ser. El Salmo 1 habla
acerca de aquellos que se apartan de las malas compañías y que se deleitan en
meditar en Dios, y dice que la persona que haga esto “será como árbol
plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja
no cae; y todo lo que hace, prosperará” ( Salmo 1:3). Fijate
en las preciosas promesas de este pasaje: ·
Beberás de las corrientes de aguas vivas que el Señor te da ·
Darás fruto en todo lo que hagas ·
No perderás tu frescor con el paso del tiempo ·
Todo lo que emprendas, prosperará Eso es
lo que el Señor tiene preparado para tu vida, Sus promesas para ti. Impresionante! Cuando te llenas de Dios, Él te llena de Su bendición. Y aun cuando te vengan
los momentos difíciles, aun cuando tengas que pasar por el valle de lágrimas,
serás capaz de cambiarlos en una fuente rebosante (mira el Salmo 84:5-7). “Señor, no quiero tener prosperidad fuera de Ti: ¡ayúdame a apartarme
de todo aquello que no te agrada! Quiero deleitarme en Tu Presencia, centrar
mis pensamientos en Ti, y que todo lo que haga esté lleno de Tu bendición.
Que Tú seas el centro de mi vida, hoy y siempre. En el Nombre de Jesús.
¡Amén!” |