martes, julio 31, 2007

No importa

Mira que te mando que te esfuerces
y seas valiente; no temas ni desmayes,
porque Jehová tu Dios estará contigo
en dondequiera que vayas.
Josué 1: 9

Un pájaro que vivía resignado en un árbol podrido en medio del pantano, se había acostumbrado a estar ahí, comía gusanos del fango y se hallaba siempre sucio por el pestilente lodo. Sus alas estaban inutilizadas por el peso de la mugre, hasta que cierto día un gran ventarrón destruyó su guarida; el árbol podrido fue tragado por el fango y él se dio cuenta de que iba a morir. En un deseo repentino de salvarse, comenzó a aletear con fuerza para emprender el vuelo, le costó mucho trabajo porque había olvidado como volar, pero enfrentó el dolor del entumecimiento hasta que logró levantarse y cruzar el ancho cielo, llegando finalmente a un bosque fértil y hermoso. Los problemas son como el ventarrón que ha destruido tu guarida y te están obligando a elevar el vuelo o a morir.
Nunca es tarde, no importa lo que se haya vivido, no importan los errores que se hayan cometido, no importa las oportunidades que se hayan dejado pasar, no importa la edad, siempre estamos a tiempo para decir BASTA, para oír el llamado que tenemos de buscar otras fronteras, para sacudirnos el lodo y volar ALTO y muy lejos del pantano.

Admiremos al Creador

¡Cuán innumerables son tus obras, oh Señor!
Hiciste todas ellas con sabiduría;
la tierra está llena de tus beneficios.

Salmo 104:24.


La creación supera todas nuestras invenciones. Los castores, ingenieros en construcción de diques, saben tener en cuenta la fuerza de las corrientes, conocen el periodo de las crecidas, la curva y la inclinación que deben dar a la barrera de estacas, el ángulo y la profundidad en que hay que hundirlas para obtener una resistencia máxima. Existe una clase de araña que se lleva una burbuja de aire cuando baja al fondo del agua y sigue respirando de ella mientras está al acecho de sus presas. En la India vive un pájaro de la clase de las currucas que fabrica su nido con largas hojas que une con un punto de costura por medio de una brizna de hierba muy flexible. De esa manera obtiene una bolsa alargada donde las crías están al abrigo. La finura del trabajo es tan perfecta que parece que hubiese sido ejecutada con una aguja. Ciertos insectos utilizan un botón de presión: es un pequeño bulto en relieve que entra en una cúpula del mismo diámetro, en la que pueden mantenerse o salirse. ¿Qué son nuestras jeringas hipodérmicas comparadas con los colmillos de la víbora o el aguijón de la abeja? Los laboratorios apenas empiezan a descubrir cómo aprovechar ciertas propiedades de los venenos que podrían ser muy útiles para la medicina. Abramos los ojos para descubrir en la naturaleza las maravillas de nuestro Creador que a su vez es el Dios Salvador.

sábado, julio 28, 2007

No Se Equivoca

Romanos 8:28
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
Romanos 10:11
Porque la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.
Hace mucho tiempo, en un reino distante, un monarca no creía en la bondad de Dios. Tenía, sin embargo, un súbdito que siempre le recordaba acerca de esa verdad. En todas las situaciones decía: ¡Rey mío, no se desanime, porque todo lo que Dios hace es perfecto. El nunca se equivoca! Un día el rey salió a cazar junto con su súbdito, y una fiera de la jungla le atacó. El súbdito consiguió matar al animal, pero no evitó que Su Majestad perdiese el dedo meñique de la mano derecha. El rey, furioso por lo que había ocurrido, y sin mostrar agradecimiento por los esfuerzos de su siervo para salvarle la vida, le preguntó a este: Y ahora, ¿qué me dices? ¿Dios es bueno? Si Dios fuese bueno yo no hubiera sido atacado, y no hubiera perdido mi dedo. El siervo respondió: Rey mío, a pesar de todas esas cosas, solamente puedo decirle que Dios es bueno, y que quizás eso, perder un dedo, sea para su bien. Todo lo que Dios hace es perfecto. ¡El nunca se equivoca! El rey, indignado con la respuesta del súbdito, mandó que fuese preso a la celda más oscura y más fétida del calabozo. Después de algún tiempo, el rey salió nuevamente para cazar, y fue atacado, esta vez, por una tribu de indios que vivían en la selva. Estos indios eran temidos por todos, pues se sabía que hacían sacrificios humanos para sus dioses. Inmediatamente después que capturaron al rey, comenzaron a preparar, llenos de júbilo, el ritual del sacrificio. Cuando ya tenían todo listo, y el rey estaba delante del altar, el sacerdote indígena, al examinar a la víctima, observó furioso: ¡Este hombre no puede ser sacrificado, pues es defectuoso! ¡Le falta un dedo! Luego, el rey fue liberado. Al volver al palacio, muy alegre y aliviado, liberó a su súbdito y pidió que fuera a su presencia. Al ver a su siervo, le abrazó afectuosamente diciendo: ¡Querido siervo, Dios fue realmente bueno conmigo! Tú debes haberte enterado que escapé justamente porque no tenía uno de mis dedos. Pero ahora tengo una gran duda en mi corazón: si Dios es tan bueno, ¿por qué permitió que estuvieses preso, que tanto lo defendiste? El siervo sonrió, y dijo: Rey mío, si yo hubiera estado junto con usted en esa caza, seguramente habría sido sacrificado en su lugar, ¡ya que no me falta ningún dedo! Por lo tanto, acuérdese siempre: ¡todo lo que Dios hace es perfecto, él nunca se equivoca!

viernes, julio 27, 2007

Visión desde el interior

¡Oh, cuánto amo yo tu ley!
Todo el día es ella mi meditación…
Mi alma ha guardado tus testimonios,
y los he amado en gran manera.
Salmo 119:97, 167.

La comunión íntima del Señor es con los que le temen,
y a ellos hará conocer su pacto.
Salmo 25:14.

Cuando observamos un ventanal desde el exterior de una catedral, vemos una mezcolanza de pedazos desiguales, grisáceos y polvorientos. Esta impresión negativa cambia cuando entramos. Entonces admiramos el ventanal lleno de luz, descubrimos su hermosura, sus colores y captamos el mensaje del artista. Ocurre lo mismo con la Escritura. Es necesario «entrar» en este libro para admirar sus detalles y comprender su profundo significado. «Entrar» en la Biblia significa leerla atentamente, con perseverancia y reflexión. Mejor aún es leerla siendo conscientes de nuestras necesidades y debilidades para hallar en ella la respuesta a nuestros problemas. Entonces descubrimos quién es verdaderamente su autor: Dios mismo. Cuando llegamos a este punto, debemos leerla confiando en ese Autor. Por la fe nos apropiamos de las bendiciones que ella promete y agradecemos al Señor. La etapa siguiente consiste en leer las Sagradas Escrituras con el deseo de someternos a ellas. Sólo entonces ejercerán su poder transformador en nuestra vida, y un progreso dará lugar a otro, porque el gran secreto para comprender mejor la Palabra de Dios es poner en práctica lo que ya nos ha dado a entender.

miércoles, julio 25, 2007

¿Por qué el mal está en el mundo?

La paga del pecado es muerte,
mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 6:23.

Los medios de comunicación nos recuerdan constantemente el desorden que reina en el mundo. Violencia, injusticias, crímenes, corrupción… la lista es interminable. Sin embargo, hubo un tiempo en la historia de la humanidad en que este mal no existía. La Escritura nos dice que el hombre vivía feliz y libre. Podía comunicarse con Dios, encontrarlo y disfrutar su bondad. ¿Qué pasó entre ese momento y lo que vemos ahora? Sólo la Biblia nos da la respuesta: Como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaronRomanos 5:12). Cuando Adán, nuestro primer padre, escogió desobedecer el mandamiento divino, inmediatamente perdió el contacto con Dios, la fuente de toda felicidad (Génesis 3:22-24). El hombre se alejó de Dios y así la desesperanza, la culpabilidad y el miedo se incrustaron en nuestro ser íntimo, porque todos pecamos. Note esta corta palabra “todos”. Quizás usted y yo nunca nos conoceremos, sin embargo, tenemos algo en común: somos pecadores. Pero en su inmenso amor, Dios nos abrió un camino para escapar de ese laberinto del pecado y de la muerte. Es necesario el arrepentimiento y la fe en Jesucristo, quien dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por míJuan 14:6). Así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro (Romanos 5:21).

La trampa de la independencia

Convertíos al Señor vuestro Dios;
porque misericordioso es y clemente,
tardo para la ira y grande en misericordia.
Joel 2:13.

Deje el impío su camino,
y el hombre inicuo sus pensamientos,
y vuélvase al Señor,
el cual tendrá de él misericordia,
y al Dios nuestro,
el cual será amplio en perdonar.
Isaías 55:7.

Ayer al llegar a la oficina encontré a Sonia, la secretaria, llorando. Le pregunté qué le sucedía y ella me reveló su problema: estaba sola con dos hijos; su marido la había abandonado y ella debía devolver su vivienda. –¿Y tus padres?, le pregunté. Ella levantó la cabeza y con tristeza y una pizca de orgullo me confesó: –¡Me fui de la casa a la edad de diecisiete años y nunca los he vuelto a ver! Son numerosos los jóvenes que como Sonia suspiran por su independencia. Dejan a su familia y algunos años después se encuentran solos y llenos de pesares. La Escritura nos habla de una época en que en Israel cada uno hacía lo que bien le parecía (Jueces 17:6; 21:25). Era una época de horrible decadencia durante la cual ocurrían cosas abominables. Para describir la actual condición del mundo, pese a estar «cristianizado», ¿no se debería emplear la misma expresión? Cada uno quiere ser independiente de Dios, de los padres, del cónyuge o de la sociedad y hacer lo que quiera. Después vienen las graves consecuencias… ¿Y después? Entonces llega la soledad, la marginalidad, la pérdida de toda dignidad y de amistades sólidas. Pero por más bajo que se haya llegado, siempre existe la posibilidad de volverse a Dios, porque él es amplio en perdonar.

Cambiar al mundo

1 Timoteo 4:12
Ninguno tenga en poco tu juventud; pero sé ejemplo de los fieles en palabra, en conversación, en caridad, en espíritu, en fe, en limpieza.
Efesios 5:1
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.
Tito 2:7
Mostrándote en todo por ejemplo de buenas obras; haciendo ver integridad, gravedad.
1 Pedro 2:21
Porque para esto sois llamados; pues que también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas.

Un día comencé queriendo cambiar al mundo y comencé por intentarlo. Al cabo de un tiempo me di cuenta que me era imposible, por lo que pensé mejor en cambiar a mi nación. Después de intentarlo me di cuenta que no pude, por lo que decidí cambiar a mi comunidad. Después de un tiempo de intentarlo no pude, por lo que decidí cambiar a mi familia. Pero al cabo de un tiempo me di cuenta que no pude y ahora en mi lecho de muerte he llegado a la conclusión de que debí de haber cambiado yo primero, ya que de esa manera y con mi ejemplo mi familia cambiaría, a su vez mi familia con su ejemplo cambiaría a mi comunidad, la cual cambiaría a mi nación, la cual lograría cambiar por fin al mundo.

domingo, julio 22, 2007

¿Se puede mejorar al ser humano?

Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana,
sino herida,
hinchazón y podrida llaga…

Dejaos del hombre,
cuyo aliento está en su nariz;
porque ¿de qué es él estimado?

Isaías 1:6; 2:22.


Nadie puede negar los inmensos progresos científicos y técnicos de la humanidad. Pero, ¿ha progresado el hombre para bien? ¿Es más honesto o más abnegado? La instrucción, la cultura, las artes o la ciencia ¿le hicieron progresar moralmente? ¿Quién recibió mejor a Jesús, el enviado de Dios, la élite de este mundo o los excluidos? ¿Fueron los religiosos o los indiferentes? La respuesta es clara: en la cruz todos estaban presentes y unánimes para rechazarlo. Y los que mejor estaban ubicados en la escala social fueron los mayores instigadores. Al crucificar a Jesús el mundo mostró que no quería saber nada de Dios. La humanidad se organizó para prescindir de él y olvidarlo, si fuera posible. La naturaleza del hombre demostró ser irremediablemente mala. La buena educación y la posición social no mejoran el hombre. Tanto el más cultivado como el más simple manifiestan su oposición a Dios y se alejan de él, aun cuando procuran guardar las apariencias. Entonces, ¿se puede esperar algún progreso moral del ser humano? ¡Ninguno que provenga de sus propios esfuerzos, pero sí de parte del Señor! Cada ser humano está perdido, sin posibilidad de librarse por sí mismo del pecado. Sólo al aceptar a Cristo como Salvador personal recibe una nueva vida que le hace capaz de hacer el bien según Dios y vivir para él. En realidad Jesús es quien vivirá en él.

sábado, julio 21, 2007

Abecedario para tu vida

La gracia del Señor
Jesucristo esté con vosotros.
1-Corintios 16: 23

A - laba a Dios en cada circunstancia de tu vida.
B - usca la excelencia, no la perfección.
C - uenta tus bendiciones en vez de sumar tus penas.
D - a gracias al Señor por todo lo que te suceda.
E - studia la Palabra de Dios, la Santa Biblia, cada día.
F - íate de Dios de todo corazón y no confíes en tu propia inteligencia.
G - ózate con los que se gozan y llora con los que lloran.
H - az nuevos amigos pero aprecia a los que ya tienes.
I - nvita a Cristo a ser tu Señor y Salvador.
J - amás pierdas una oportunidad de expresar amor.
L - ee tu Biblia y ora cada día.
M - antente alerta a las necesidades de tu prójimo.
N - o culpes a los demás por tus infortunios
O - lvida las ofensas y perdona así como Dios te perdona.
P - romete todo lo que quieras; pero cumple todo lo que prometes.
Q - ue se te conozca como una persona en quien se puede confiar.
R - econoce que no eres infalible y discúlpate por tus errores.
S - é la persona más amable y entusiasta que puedas.
T - rata a todos como quisieras que te traten.
Ú - nete al ejército de los agradecidos.
V - ístete de misericordia, humildad y paciencia.
Y - no te olvides de soportar a los demás como a ti te soportan.
Z - áfate de las garras seductoras de satanás.

¿Es esta la historia de su vida?

He aquí ahora el tiempo aceptable;
he aquí ahora el día de salvación.
2 Corintios 6:2.

Vuestra vida…
es neblina que se aparece por un poco de tiempo,
y luego se desvanece.
Santiago 4:14.
Nuestra vida se puede comparar a una película. Es imposible retener la inexorable huida de los días. Sin embargo, en este tiempo tan corto que separa nuestra cuna de la tumba se juega nuestro eterno porvenir. Observe a ese niño que sólo piensa en jugar, correr y divertirse: ¡Es demasiado joven para pensar en ello! Y a ese joven que confía en sus capacidades y éxitos y que está lleno de proyectos, no le hable de la eternidad. ¡Está demasiado seguro de sí mismo para pensar en ello! Preguntemos a quien acaba de casarse: ¿Y el más allá? Para esta persona sólo cuenta el momento actual. ¡Es demasiado feliz para pensar en él! He aquí un individuo de edad madura absorbido por su trabajo y sus preocupaciones familiares. Es el momento de obrar y no de soñar despierto con un porvenir problemático. ¡Está demasiado ocupado para pensar en ello! Miremos a los ancianos cansados y a veces enfermos. Sin embargo, han llegado a la puerta de la eternidad. ¡Pero dirán que son demasiado viejos para pensar en ello! Querido amigo, ¿dónde pasará la eternidad? Esto depende de usted. La película no se detiene en la tumba, como algunos pretenden creer. La muerte es el umbral de la eternidad. Ahora es el momento de prepararse para ella. No esté tranquilo hasta que arregle esta cuestión. ¡No espere a que sea demasiado tarde para pensar en ello! http://www.labuenasemilla.net

lunes, julio 16, 2007

Inalterable

Vino a su encuentro, de los sepulcros,
un hombre con espíritu inmundo,
que tenía su morada en los sepulcros,
y nadie podía atarle, ni aun con cadenas…
y nadie le podía dominar.
Marcos 5:2-4.
Un escritor contemporáneo hace decir a uno de sus personajes: «Fui una de esas buenas personas que creyó firmemente que bastaría cambiar el sistema de distribución de los bienes para que desapareciesen los robos, los asesinatos y las injusticias». Sí, en todos los tiempos se ha hecho creer a las multitudes que si todos tuviesen la misma parte de bienes materiales, se establecería una edad de oro. Sin ricos ni pobres, se acabarían los celos, las envidias, los engaños, los odios… ¡Ni policía, ni tribunales, ni cárceles! Pero, lamentablemente, la maldad del corazón humano de donde nacen las traiciones, los robos y los crímenes no es el producto de la desigualdad de los hombres, sino la causa de ella. Egoísmo, orgullo, deseo de poder: éstos son los sentimientos que engendran la violencia y todas las formas de miseria. Y aun cuando la felicidad material existiera para todos, la gente no estaría satisfecha porque no sólo de pan vivirá el hombre (Mateo 4:4). Tampoco vivirá de palabras huecas ni de brumosas esperanzas. Su corazón necesita la Palabra de Dios, no la de otros hombres. Ella nos enseña que esa pobre criatura humana es incapaz de reformar su naturaleza marcada por una voluntad opuesta a la de Dios. Sólo el Salvador, Jesucristo, puede liberarnos de esa terrible esclavitud moral. ¡Esto es el Evangelio!.

viernes, julio 13, 2007

El Violinista

Isaías 26:3
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
Santiago 1:25
Más el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
Una mujer se acercó a toda prisa al violinista Fritz Kreisler después de un concierto y le dijo efusivamente: "Oh, ¡yo daría la vida por tocar como usted!" Él le contestó serenamente: "Eso es exactamente lo que hice yo." !Que gran ejemplo el de este violinista! Si hay personas en este mundo que dedican sus vidas enteras para dominar un arte o una disciplina, cuanto más nosotros como hijos de Dios deberíamos presentarle una vida cristiana de excelencia y demostrarle asi, que Él no solo vale la pena, ¡vale la vida! http://www.renuevodeplenitud.net/Reflexiones/

jueves, julio 12, 2007

¿Cuál es la definición del amor?

En esto hemos conocido el amor,
en que él (Jesús) puso su vida por nosotros.
1 Juan 3:16.
Dios muestra su amor para con nosotros,
en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros.
Romanos 5:8.
Todos tenemos una idea de lo que es el amor. Se ha escrito mucho a ese respecto y se cuentan innumerables relatos para ilustrarlo. Pero la Biblia declara que en toda la historia de la humanidad sólo hubo una manifestación del amor perfecto. Hemos conocido el amor, el verdadero amor, el de Jesús dando su vida por sus enemigos. Si verdaderamente queremos conocer la definición del amor, no busquemos en un diccionario, sino reflexionemos en lo que el Señor Jesús hizo. Se dejó clavar en la cruz y dio su vida para soportar en nuestro lugar el castigo divino que merecen nuestros pecados. Lo hizo por amor a nosotros; amor totalmente inmerecido, pero también lo hizo por amor a Dios, porque el pecado es una afrenta a su santidad. Debió, pues, ser castigado para que el Dios santo y justo pudiera dar libre curso a su bondad. La cruz también evidenció el amor de Dios mismo, porque él fue quien no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros (Romanos 8:32). Frecuentemente nos enfrentamos con situaciones tan trágicas que estamos tentados a decir: –¿Por qué Dios permite esto? Entonces debemos pensar nuevamente en la cruz, donde el amor de Dios fue demostrado pública y definitivamente. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? (Romanos 8:35).

miércoles, julio 11, 2007

Jesús y Nicodemo

Texto Bíblico:Juan 3:1-21. La conversación de Jesús con Nicodemo produjo lo que, probablemente, llegaría a ser el versículo más citado de la Palabra: «De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.» No es nuestro propósito, en este estudio, analizar la profundidad del sentido de esta declaración. No obstante, debemos notar, al pasar, que capta la esencia del corazón del Padre. Su corazón se mueve por amor, pero no es un sentimiento sino una acción: viendo el estado del mundo, envió a su único Hijo para ofrecer una salida. No podemos entender el grado de sacrificio que significó para Cristo dejar los lugares celestes y convertirse en hombre. Nos basta con afirmar que tuvo que hacer a un lado lo suyo para beneficiar a un pueblo que no estaba pidiendo ayuda, ni tampoco estaba interesado en ser rescatado. El versículo revela que Dios es misionero. Es decir, ve una situación donde existen las tinieblas, el desorden y la muerte y se siente impelido a intervenir. No es un observador pasivo, ni tampoco se limita a lamentarse de lo terrible que es el avance del mal entre los hombres. En nuestro medio, donde existe tanto acceso a imágenes e información de las más terribles situaciones en el planeta, con frecuencia nos sentimos invadidos por la indiferencia o la impotencia. El Padre siempre actúa, porque de no hacerlo estaría negándose a sí mismo. ¿Leyó el resto del pasaje? Cristo claramente señala otro aspecto del corazón misionero de su Padre: «Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él» (17). El Padre, que es generoso y amplio para perdonar, tiene como objetivo la salvación de aquellos que están en tinieblas, no su condenación. No deja de sorprenderme, sin embargo, cuán implacables somos con los que andan en pecado. El otro día escuchaba a un cristiano que, leyendo de la captura de un conocido delincuente, opinaba que «con este, lo único que se puede hacer es pegarle un tiro». ¡Cuán alejados parecen estar estos sentimientos del corazón compasivo y misericordioso de nuestro buen Padre celestial! Él jamás ve como bueno el pecado, pero sí ama a los que están atrapados en pecado. La iglesia, no obstante, ha sido a veces el instrumento de las más violentas persecuciones contra aquellos que no se ajustan a los parámetros divinos. Cristo señala que estas actitudes son irreales. ¡Las tinieblas odian la luz! No podemos esperar de las tinieblas otra conducta a la que es conforme a su naturaleza perdida. De nosotros, sin embargo, se espera que seamos «bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándonos unos a otros, como Dios también nos perdonó a nosotros en Cristo» (Ef 4.32). «Padre, sospecho que nuestra condena hacia los demás refleja nuestra frustración con el pecado que habita en nosotros. Ablanda nuestros corazones. Danos un espíritu tierno y bondadoso para con nuestros pares, para que otros perciban en nosotros tu invitación a pasar de tinieblas a luz, de muerte a vida. Amén.» Producido y editado por Desarrollo Cristiano Internacional para DesarrolloCristiano.com. Copyright ©2007 por Desarrollo Cristiano, todos los derechos reservados.

martes, julio 10, 2007

Cómo reaccionas?


Romanos 8:28
Y sabemos que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien.
Filipenses 4:6-7
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Romanos 8:38
Por lo cual estoy cierto que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida, y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. Su padre, un chef de cocina, la llevó al lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. La hija esperó pacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó sobre un recipiente. Sacó los huevos y los colocó en un plato. Colocó el café y lo sirvió en una taza. Mirando a su hija le dijo: ¿"Querida qué ves"? "Zanahoria, huevos y café" fue la respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara el huevo y lo rompiera. Al sacarle la cáscara, observó que el huevo estaba duro. Luego le pidió que tomara un poco del café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, Padre?" El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero que habían reaccionado de manera diferente: La zanahoria llegó al agua fuerte, dura. Pero después de pasar por el agua hirviéndose había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo su interior se había endurecido. Los granos de café, sin embargo, eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua. ¿Cuál eres tú?, le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llega a tu puerta, ¿Cómo respondes? ¿Cómo eres tú? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil, y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? ¿Poseías un espíritu fluído, pero después de una muerte, una separación, un divorcio, o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿Eres amargado y áspero,con un espíritu y un corazón endurecido? ¿O eres un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. De corazón, te deseo que intentes ser como el grano de café, cuando las cosas no vayan bien y puedas lograr que tu alrededor mejore. Recuerda todo lo que te sucede en la vida es por alguna razón, sólo necesitas descubrir su motivo y aprender de ello.

lunes, julio 09, 2007

Influencia Peligrosa - La levadura de los fariseos

Texto Bíblico Mateo 16:5-12. Los discípulos no comprendieron la advertencia que Jesús les dio acerca de la levadura de los fariseos y los saduceos hasta que él los corrigió. En cuanto recibieron la aclaración, relata Mateo, «entendieron que no les había dicho que se guardaran de la levadura de los panes, sino de la enseñanza de los fariseos y saduceos». Resulta instructivo meditar por qué Jesús escogió comparar la influencia de los grupos religiosos más prominentes de la época con levadura, una sustancia cuya mención casi siempre tiene connotaciones negativas en las Escrituras. En el Antiguo Testamento simbolizaba la vida que el pueblo de Israel dejaba en Egipto. Llevaron con ellos panes sin levadura porque su salida fue apresurada y no les dio tiempo para acarrear nada de lo que hubieran podido llevar consigo si su partida hubiera sido planificada con mucha anticipación. De alguna manera el pan sin levadura les recordaría que al salir de Egipto debieron dejar todo lo que ella representaba. Existen dos elementos en la levadura sobre los cuales vale la pena meditar. El primero de ellos lo señaló Pablo a las iglesias de Corinto y Galacia: «¿Acaso no sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa?» (1Co 5.6). En ambas congregaciones el contexto de este comentario surgía de una actitud ligera y poco seria hacia aquellos que andaban en pecado. La preocupación del apóstol era, precisamente, que para leudar una masa se necesitaba, tan solamente, una pequeña cantidad de levadura. Ya que algo pequeño y aparentemente «insignificante» puede traer serias consecuencias para todo un grupo. No obstante, en el ministerio, no intervenimos en muchas situaciones potencialmente peligrosas porque juzgamos que no son para preocupar a nadie. Tristemente, lo que hoy es un pequeño problema, mañana puede convertirse en una congregación dividida. El líder sabio entiende que algunos problemas de origen insignificante pueden degenerar en verdaderos dolores de cabeza si no son manejados a tiempo. Tal es el caso de Absalón, que lentamente robó el corazón de los hombres de Israel, con comentarios aparentemente inocentes. La falta de intervención en esta situación, eventualmente se convirtió en un intento de destronar a David, su padre. Un segundo elemento a notar en la levadura es que su influencia es prácticamente imperceptible. Si uno mezcla un poco con una medida de harina, no observará ningún cambio inmediato. La harina aparentemente ha hecho desaparecer la levadura. Si vuelve en una hora, sin embargo, encontrará que la masa ha crecido asombrosamente. Sin poder identificar el proceso puntual, la levadura ha efectuado su trabajo y ha contaminado toda la masa. Del mismo modo, los efectos nocivos de ciertos hábitos y pensamientos no son siempre aparentes en un primer momento, pero lentamente van socavando los fundamentos espirituales de la vida y acaban por producir su derrumbamiento. Por esto, es acertado afirmar que el pecado no es el producto de un instante. Más bien es el resultado final de un proceso de debilitamiento interno que acaba en un acto puntual que lo revela. El llamado a estar alertas es uno que demanda de nosotros una actitud de discernimiento. Algunas actividades, que no parecen «tener nada de malo», con el tiempo, pueden llegar a ser letales. Esta puede ser la razón por la cual Pablo afirmó: « Todas las cosas me son lícitas, pero no todas convienen» (1Co 6.12). Producido y editado por Desarrollo Cristiano Internacional para DesarrolloCristiano.com. Copyright ©2007 por Desarrollo Cristiano, todos los derechos reservados.

La Escultura

Jeremías 18:6
"¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero? He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano"
1 Corintios 1: 27 al 31
"Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. Más por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloria, gloríese en el Señor"

En el siglo XV, en Florencia (Italia) un grupo de artistas observaba un enorme bloque de mármol muy bueno, de cuatro metros de altura; desgraciadamente había sido estropeado por la mano de un torpe escultor. «No se puede sacar nada de él », pensaban ellos. Pero una mañana, un joven erigió una valla alrededor del bloque abandonado. Y durante cuatro años se oyó el ruido del cincel tallando la piedra. Cuando las tablas se derribaron, los florentinos, maravillados, pudieron contemplar una verdadera obra de arte: la magnífica estatua del David de Miguel Ángel, la que aún hoy es una de las joyas de la ciudad. De un bloque frío y deforme había surgido, bajo el cincel del maestro, un milagro de belleza. Son muchos los que dicen: «Malogré mi vida. Tallé inhábilmente el mármol de mi destino». ¡No se desespere! «Dame tu vida atormentada y miserable ice Jesucristo? la transformaré para la gloria de Dios». Si usted entrega su voluntad a la de Dios, él hará algo hermoso de su arruinada vida. Quizás empezará por erigir una valla entre usted y lo que antes amaba, lo cual constituye un obstáculo para el trabajo que él quiere hacer. Quizá tallará profundamente sus planes y su corazón. Porque lo que quiere reproducir en usted es su propia imagen. Él trabaja asta que Cristo sea formado en vosotros?(Gálatas 4:19). Sí, el Señor sabe transformar en una obra de arte lo que nosotros hemos estropeado. Muchas veces nos vemos sin valor, inútiles, inservibles, que nada podemos hacer. Dios nos creó, nos hizo, nos formó, sabe cómo somos, y Él quiere hacernos alguien grande, alguien de valor incalculable. Tenemos que dejar que Él nos use, dejar que Él nos moldee, que quite lo imperfecto, mejorándonos lo que a Dios no le gusta. Este es un trabajo para toda la vida, va a ser algo costoso y duro.
Las pruebas de la vida, los sufrimientos, la disciplina del Señor, nos va ir puliendo y quitando lo malo, lo imperfecto, pero que su resultado final, será que nosotros seremos perfectos y completos. Seremos la mejor obra de arte en manos del mejor escultor del Universo.

He aquí yo decía para mi.....


Jesús dijo:
No he venido a llamar a justos,
sino a pecadores al arrepentimiento.
Lucas 5:32.
Estas palabras de Naamán llaman nuestra atención. Todos padecemos un mal más temible que la lepra: todos somos pecadores y por esta razón merecemos el juicio de Dios. Muchas personas buscan resolver a su manera el problema de sus pecados y culpabilidad. Pero sólo existe una solución a este problema y es la que Dios dio. El único medio de salvación es la muerte de Jesús en la cruz. En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos (Hechos 4:12). Numerosos son los que no quieren aceptar sencillamente lo que Dios dice. Se sienten heridos en su amor propio. No quieren deberlo todo a otro. ¿Por qué no hacer algo uno mismo, por poco que sea, para colaborar en su salvación? La Escritura nos da la respuesta: Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9). He aquí yo decía para mí. Poco importa lo que nosotros digamos. Lo importante es escuchar y creer lo que Dios dice. Él merece toda nuestra confianza, pues dio a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree, tenga vida eterna. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero, dijo el apóstol Pablo. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia (1 Timoteo 1:15-16).

En la escuela de Dios

Por la fe Moisés,
hecho ya grande,
rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón,
escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios,
que gozar de los deleites temporales del pecado.
Hebreos 11:24-25.
Moisés vivió ciento veinte años (Deuteronomio 34:7). Su vida se divide en tres períodos de cuarenta años, como si se tratase de tres clases en la escuela de Dios. 1. Vivió 40 años en Egipto en la corte de Faraón. Allí aprendió toda la sabiduría de los egipcios (Hechos 7:22), allí conoció el mundo y sus placeres; sin embargo rehusó semejante vida y prefirió unirse al pueblo de Dios, el cual estaba en esclavitud. 2. Pasó cuarenta años en Madián, una región pobre y rocosa cerca del Sinaí. Como simple pastor de ovejas –el que había experimentado los honores del palacio real–, guardaba el rebaño de su suegro. Allí, en la soledad, humildemente aprendió a conocerse a sí mismo. Y ante todo, Dios se reveló a él. 3. Durante cuarenta años, condujo a Israel a través del desierto hacia la tierra prometida. Allí aprendió a conocer a Dios, al Dios santo que no puede soportar el pecado y al Dios de amor que perdona. Uno puede sorprenderse de que Moisés haya tenido que pasar tantos años en cada una de esas tres clases. Pero nosotros, ¿ya hemos aprendido bien a conocer el mundo y su vanidad, el yo y su miseria, y a Dios en toda su grandeza? Existen dos maneras de aprender estas lecciones: una es llamar al Señor sólo cuando las dificultades nos superan y la otra es creer sencillamente la Palabra de Dios. Basta confiar en Dios, quien nos enseña sus lecciones, y gozar de su bondad y fidelidad.