Una pequeña ilustración que Jesús nos dejó en su Sermón del Monte.
'Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. 'Mateo 7:24-27
'Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. 'Apocalipsis 3:15-20
En los versículos de Mateo 7:24 y 26, Jesús utiliza un verbo. Es edificó. Los dos hombres edificaron. Cristo quería remarcar que estas personas usaron tiempo, energía y otros recursos para tales construcciones. Las dos personas tenían el mismo objetivo: guarecerse del recio clima. La diferencia iba a verse en los resultados. Uno era FALSO y el otro VERDADERO. Aquí está el claro paralelismo.
Dios pide
a su iglesia ser buenos constructores. O somos falsos o somos verdaderos.
Nuestros amigos o la gente que nos rodea pueden llamarnos “edificadores” cuando
no lo somos.
¿Que nos
hace creer que edificamos? No nos llamemos edificadores si no lo somos.
Podemos solo OÍR y no practicar, o suponer que practicamos y no OÍR. Oye las palabras y practícalas
No basta
con solo escuchar un sermón. Pero solo depende de ti
comenzar a practicar todo lo que oyes, escuchas y aprendes. No debemos
auto-engañarnos, sino ser humildes y aprender de Sus Palabras.
Apocalipsis
3:15-20. Estamos a tiempo de dejar de
aparentar, y vivir en la Roca. Un constructor de Cristo no tiene dobleces.
Tiene un sentido en la vida.
Señor, te
pido hagas de mí un constructor autentico, leyendo Tú Palabra y con Tú ayuda, ponerla por
obra. De esta manera seré testimonio para los demás.