martes, diciembre 23, 2008

No esperes lo bueno, viene lo mejor

Salmos 37:23
“El Señor afirma (ordena) los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir”

La voluntad de Dios es dirigirte diariamente. Él te ha dado Su Santo Espíritu para guiarte cada día hacia tu destino de bendición. Por eso, es importante que cada uno de nosotros oigamos Su voz y obedezcamos a Su dirección. En este camino, el diablo intentará tentarnos de distintas maneras para que abandonemos, para que nos rindamos y de no lograrlo, intentará distraernos para que perdamos el tiempo y no alcancemos lo mejor de Dios. Son este tipo de distracciones las que debemos eliminar. Todo aquello que te distraiga de tu propósito y de tu crecimiento, elimínalo. A veces, nosotros hacemos cosas buenas, pero terminaron siendo una distracción que impidió que hiciéramos algo mejor, algo más grande que Dios tenía para nuestras vidas. Esas distracciones nos desvían, nos llevan por otro rumbo, por otra senda. No necesariamente nos apartan de Dios o de las verdades bíblicas, pero sí de la Voluntad de Dios para ese momento, y detienen nuestro crecimiento. Dios nos quiere ver manifestando todo lo que nos dio a través de Cristo Jesús, y eso sólo es posible si obedecemos Su dirección. Muchas veces, en los momentos de oración, Dios nos muestra algo que debemos cambiar en nuestras vidas, a alguien que debemos perdonar o una situación que debemos restaurar y nos vamos silbando para el otro lado, nos hacemos los distraídos. Dios está esperando que pasemos por la puerta de la sanidad, de la restauración y nosotros nos vamos a un Grupo Evangelístico a enseñar, nos vamos a orar por la gente, todas cosas buenas y agradables a Dios, pero no lo que nos está indicando Él. Dios nos está esperando en el lugar que nos indicó porque quiere tratar con nuestras vidas y hacer fructífera cada área. No debemos dejar procesos de Dios por la mitad. Una pregunta: ¿De qué nos sirve estar haciendo cosas buenas si arruinamos y perdemos las mejores? Después hay heridas por dentro, hay otros que son perjudicados, hijos, familias. ¿De qué serviría? No sirve de nada. Lo que sirve es enfocarte en Dios y hacer las cosas paso por paso. Así verás la victoria para tu espíritu, la victoria para tu alma, la victoria para tu familia. Así cumplirás tu propósito en Dios, serás un hombre, una mujer bendecida, tus hijos serán gente poderosa sobre la tierra e irán hacia las mejores cosas de la vida. No permitas más que las distracciones te priven de lo mejor de Dios. Tú estás llamado a disfrutar de la excelencia que Dios ha provisto para tu vida. Por eso es importante que tomes las decisiones correctas ante la dirección de Dios. Elige lo mejor. Elige lo fructífero. Eres un triunfador (a), un ganador (a), que llegas a la meta y no te quedas mirando a los lados por el camino. Hazlo a partir de hoy y yo te profetizo que Disfrutarás de lo mejor de Dios ¡Aleluya!

“Padre celestial, perdóname por desobedecerte. Hoy elijo seguir Tu dirección. No permitiré que distracciones me demoren en mi camino. Tengo Tu unción y Tu fortaleza para lograrlo. Gracias Padre, alcanzaré lo mejor. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

ESTÁS PREPARADO PARA SU VENIDA

Hechos 1:10,11
“Mientras Jesús ascendía, estando ellos mirando fijamente al cielo, se les presentaron dos hombres en vestiduras blancas, 11 que les dijeron: Varones Galileos, ¿Por qué están mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de ustedes al cielo, vendrá de la misma manera, tal como Lo han visto ir al cielo”.

Los momentos finales que Jesús pasó, físicamente con Sus discípulos, fue algo emocionante. Él les habló todo lo que debían saber para empezar a caminar y hacer Su voluntad. Debían esperar que el Espíritu Santo se derramase primero, para luego ir y predicar el Evangelio del Reino (Hechos 1:8). Esta despedida fue vista sólo por Sus discípulos. Él estaba dejando una enseñanza, considerada por la Cristiandad como la “Bendita Esperanza”, es decir, el Arrebatamiento de los cristianos en las nubes para estar por siempre con Él. Lo que el apóstol Pablo nos enseña en 1 Tesalonicenses 4:16,17: “Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. 7 Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre”. El evangelista Lucas en Hechos 1:10,11 nos deja la constancia de que así como Él se fue (en las nubes) así volverá. Los ángeles mensajeros de Dios informaron a los discípulos presentes el sentir del Señor. Este sentir es la característica de todos los cristianos que aman al Señor. Ha pasado mucho tiempo de este suceso, y pareciera como que la Venida de Cristo (el arrebatamiento en las nubes) fuera una mentira o que nunca va a suceder. Vivimos la vida sin pensar en este hecho tan importante. No hace falta entrar en muchos detalles, para darnos cuenta que casi todas las profecías bíblicas previas al retorno de Cristo se han cumplido. Su retorno es inminente. Sería bueno que te preguntaras en este día: ¿Soy consciente que hoy el Señor puede venir a buscarme y arrebatarme junto con Su Iglesia? ¿Estoy realmente preparado? Si Él viniera en los próximos cinco minutos, ¿Estás realmente en condiciones de verle cara a cara? La Palabra del Señor enseña que el arrebatamiento sucederá en un abrir y cerrar de ojos. Eso significa que debemos estar preparados de antemano. ¿Lo estás?

“Padre celestial, perdóname por pasar mis días sin pensar en la venida inminente del Señor Jesucristo. Despiértame de mi insensibilidad espiritual, y enciende mi vida con el Aceite del Cielo que es la presencia de Tu Espíritu Santo. Haz que pueda decir yo también: ¡Ven Señor Jesús! Te lo pido en el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

¿Quién es Jesucristo?

Jesucristo es el Mesías de quien hablaron los profetas del antiguo pueblo de Israel. Tres mil años antes de Cristo, los profetas ya anunciaban que vendría alguien que ellos llamaban el Mesías, que quiere decir "ungido". La Biblia señala que cuando Andrés se encontró por primera vez con Jesús, halló a su hermano Simón y le dijo: "Hemos hallado al Mesías" (San Juan capítulo 1). Dijo el profeta Isaias 670 años antes de que naciera Cristo de la bendita virgen María: "Por tanto el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel" (que quiere decir Dios con nosotros) (Isaias capítulo 7). Ya en la antigüedad el famoso profeta Miqueas en su capítulo 5 dice: "Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad". Y en el Salmo 22, que usted debe leer, el cual fue escrito centenares de años antes que naciese Jesús, ya se hablaba de los sufrimientos y la agonía de Cristo en la cruz. Y por último, el famoso profeta Zacarías en su capítulo 9 dice: "Alégrate mucho hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalén, he aquí tu rey vendrá a tí, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna". Jesucristo es el Mesías.
Jesucristo es la Palabra de Dios, el Verbo de Dios. "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios", leemos en San Juan capítulo 1. El es el Verbo de Dios que nos revela a Dios.
Jesucristo es la segunda Persona de la Trinidad. Como es Dios, es también nuestro Creador y el de toda la creación. En Hebreos capítulo l leemos:
"Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán mas Tú permaneces; y todos ellos se envejecerán como vestidura, y como un vestido los envolverás y serán cambiados, pero Tú eres el mismo y tus años no acabarán".
Jesucristo es el Salvador, el Redentor del mundo. El ángel Gabriel le anunció a la bendita virgen María: "Darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados" (Mateo capítulo 1). El libro de Tito capítulo 2 dice:
"Nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras". Cristo vino a libertarnos y en los Hechos capítulo 4 dice:
"En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre debajo del cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos".
Jesucristo es el Cordero de Dios que llevó sobre sí mismo nuestros pecados y ahora borra los pecados de cualquiera que sienta la carga y se arrepienta.
"He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (San Juan capítulo 1).
El instituyó la Santa Cena. Dice la Biblia:
"Tomando la copa y habiendo dado gracias, se la dio a los discípulos, diciéndoles, ´Bebed de ella todos, porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para remisión de pecados´" (San Mateo capítulo 26).
Jesucristo es la Fuente de Vida que nos suministra el alimento espiritual diario que necesitamos para poder vivir la vida, para gozarla y disfrutarla. Así como, al levantarnos por la mañana, necesitamos un buen desayuno, una comida al mediodía y algo en la noche, en la vida espiritual es igual.
"Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia". Así dijo Jesucristo en San Juan capítulo 10.
Quisiera preguntarle, ¿Ha encontrado usted esa vida en Cristo? ¿Está disfrutándola?
"El que bebiere del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna" (San Juan capítulo 4).
¿Ya ha encontrado en Jesucristo la vida eterna, la vida interminable, la vida en abundancia? Ojalá que sí.
En último lugar, Jesucristo quiere salvarle a usted así como a mí me salvó. El quiere que usted nazca otra vez. San Juan capítulo 3 dice:
"De tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, Jesucristo, para que todo aquél que en El cree, no se pierda, sino que tenga vida eterna".
Jesucristo dice: "Yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta del corazón, yo entraré a él, y cenaré con él y él cenará conmigo" (Apocalipsis capítulo 3).
Ojalá que usted abra la puerta de su corazón a Cristo, que El entre en su vida y le dé vida eterna. Es así como podrá conocer a Jesucristo en forma personal.
Disciplinas Libertadoras por Luis Palau

VIVE POR FE

Números 14:24
“Pero a Mi siervo Caleb, porque ha habido en él un espíritu distinto y Me ha seguido plenamente, lo introduciré a la tierra donde entró, y su descendencia tomará posesión de ella”.

Los tiempos difíciles son inevitables. Y eso necesitas saberlo. Es verdad que hemos sido redimidos de la maldición, y que no hay nada que satanás pueda hacer para revertirlo, pero él va a desafiarte. Por lo tanto, no te sorprendas cuando las circunstancias sean adversas. Vendrán tiempos cuando tendrás que hablar y actuar teniendo en cuenta que lo que Dios dice es verdad aún cuando no lo puedas sentir o ver suceder a tu alrededor. Caleb fue uno de los que permaneció amarrado a la Promesa de Dios a pesar de lo que las circunstancias y el pueblo alrededor decía. Tal vez encuentres oposición aún en el círculo más íntimo pero persevera, te garantizo que tendrás la victoria. No seas fluctuante, no seas de doble ánimo. Santiago 1:6-8 dice: “Pero que pida con fe, sin dudar. Porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra. 7 No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor, 8 es indeciso e inconstante en todo lo que hace”. Muchas personas oyen la palabra de fe sobre sanidad o prosperidad y piensan: “Voy a probar eso”. Luego cuando vienen los tiempos duros, abandonan y se rinden. Déjame advertirte que vivir por fe no es algo que pruebas. Es un estilo de vida. Tú lo haces cuando es difícil, lo haces cuando es fácil. Lo haces todo el tiempo. Porque no lo estás haciendo sólo por los beneficios, lo estás haciendo porque sabes que esa fe le agrada a Dios. y lo único que hace mover a Dios a tu favor es tú fe. Hebreos 11:6: “En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que Él existe y que recompensa a quienes lo buscan diligentemente”. Si tú y yo vamos a ver a Dios haciendo lo imposible en nuestras vidas, tenemos que limpiarnos de toda incredulidad. Hoy debes tomar la decisión irreversible de creer a la Palabra de Dios y elegir el caminar por fe como un estilo de vida. Toma las Promesas de Dios para cada una de tus circunstancias, medita en ellas hasta que la fe crezca en tu interior, establece la verdad de la Palabra en tu espíritu y en tu mente mediante la confesión y actúa. Alinea tu cuerpo y tus acciones a lo que crees. Desde hoy en adelante considera resuelto tu problema y da alabanzas al nombre de Jesús. El Hebraísta dice que Dios es galardonador, recompensador de los que le buscan diligentemente. Camina en Fe, hazlo porque eso agrada a tu Padre que te ama, y decreto apostólica y proféticamente que recibirás mucho más abundantemente de lo que estás pidiendo o esperando.

“Padre celestial, gracias porque aunque las circunstancias puedan volverse duras, saldré victorioso. Me niego a desmayar y caer. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

EL REGALO MÁS PRECIOSO QUE HEMOS RECIBIDO

2 Timoteo 2:1
“Así que tú, hijo mío, fortalécete por la gracia que tenemos en Cristo Jesús”.

A todos nos gusta recibir regalos en todo tiempo y en cualquier momento. Uno, de esa manera, se siente amado y reconocido por sus amigos, familiares queridos, especialmente si el regalo es el que estábamos deseando. No hay peor cosa que recibir un regalo que no nos guste. ¿Alguna vez te ha pasado eso? Por cierto en casos así, uno debe valorar la intención de aquél que ha hecho el regalo, pero lo ideal es recibir un lindo regalo. Dios mismo nos ha dado un precioso y costoso regalo para que lo valoremos y cuidemos toda la vida. Este regalo supera a cualquiera en calidad y belleza: Es el regalo de la Salvación presente y eterna que recibimos cuando aceptamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Lamentablemente, muchos han aceptado el regalo de la salvación y lo valoran sólo por un tiempo para después dejarlo. Es por eso que el consejo del Espíritu Santo a través del apóstol Pablo es que debemos esforzarnos en la gracia. Esto a simple vista pareciera una contradicción. La salvación es un regalo que viene a nuestras vidas por gracia, no porque seamos dignos. Ahora ¿Por qué debemos entonces esforzarnos? La salvación es un regalo que comienza en el momento de la conversión y prosigue hasta la eternidad. El paquete de la salvación incluye también nuestra santificación aquí en la tierra. Es allí donde debemos esforzarnos para poder vivir en santidad. Si tú te quedas solamente valorando que has ganado el cielo, aquí en la tierra vivirás como un miserable espiritual, porque la Gracia de Dios la recibimos en la tierra para que nos esforcemos en cuidarla como el más grande tesoro que una persona puede conseguir. Si tú valoras la Gracia de Dios, entonces te esforzarás.

“Padre celestial, el regalo de la salvación ha sido lo más grande que he recibido de Ti. Ayúdame a valorarlo y a esforzarme cada día para ser un mejor cristiano. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

martes, noviembre 25, 2008

No esperes lo bueno, viene lo mejor

Salmos 37:23
“El Señor afirma (ordena) los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir”

La voluntad de Dios es dirigirte diariamente. Él te ha dado Su Santo Espíritu para guiarte cada día hacia tu destino de bendición. Por eso, es importante que cada uno de nosotros oigamos Su voz y obedezcamos a Su dirección. En este camino, el diablo intentará tentarnos de distintas maneras para que abandonemos, para que nos rindamos y de no lograrlo, intentará distraernos para que perdamos el tiempo y no alcancemos lo mejor de Dios. Son este tipo de distracciones las que debemos eliminar. Todo aquello que te distraiga de tu propósito y de tu crecimiento, elimínalo. A veces, nosotros hacemos cosas buenas, pero terminaron siendo una distracción que impidió que hiciéramos algo mejor, algo más grande que Dios tenía para nuestras vidas. Esas distracciones nos desvían, nos llevan por otro rumbo, por otra senda. No necesariamente nos apartan de Dios o de las verdades bíblicas, pero sí de la Voluntad de Dios para ese momento, y detienen nuestro crecimiento. Dios nos quiere ver manifestando todo lo que nos dio a través de Cristo Jesús, y eso sólo es posible si obedecemos Su dirección. Muchas veces, en los momentos de oración, Dios nos muestra algo que debemos cambiar en nuestras vidas, a alguien que debemos perdonar o una situación que debemos restaurar y nos vamos silbando para el otro lado, nos hacemos los distraídos. Dios está esperando que pasemos por la puerta de la sanidad, de la restauración y nosotros nos vamos a un Grupo Evangelístico a enseñar, nos vamos a orar por la gente, todas cosas buenas y agradables a Dios, pero no lo que nos está indicando Él. Dios nos está esperando en el lugar que nos indicó porque quiere tratar con nuestras vidas y hacer fructífera cada área. No debemos dejar procesos de Dios por la mitad. Una pregunta: ¿De qué nos sirve estar haciendo cosas buenas si arruinamos y perdemos las mejores? Después hay heridas por dentro, hay otros que son perjudicados, hijos, familias. ¿De qué serviría? No sirve de nada. Lo que sirve es enfocarte en Dios y hacer las cosas paso por paso. Así verás la victoria para tu espíritu, la victoria para tu alma, la victoria para tu familia. Así cumplirás tu propósito en Dios, serás un hombre, una mujer bendecida, tus hijos serán gente poderosa sobre la tierra e irán hacia las mejores cosas de la vida. No permitas más que las distracciones te priven de lo mejor de Dios. Tú estás llamado a disfrutar de la excelencia que Dios ha provisto para tu vida. Por eso es importante que tomes las decisiones correctas ante la dirección de Dios. Elige lo mejor. Elige lo fructífero. Eres un triunfador (a), un ganador (a), que llegas a la meta y no te quedas mirando a los lados por el camino. Hazlo a partir de hoy y yo te profetizo que Disfrutarás de lo mejor de Dios ¡Aleluya!
“Padre celestial, perdóname por desobedecerte. Hoy elijo seguir Tu dirección. No permitiré que distracciones me demoren en mi camino. Tengo Tu unción y Tu fortaleza para lograrlo. Gracias Padre, alcanzaré lo mejor. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

miércoles, noviembre 19, 2008

Conquista la abundancia

Juan 10:10
“El ladrón sólo viene para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.

El pueblo de Dios atravesó diferentes etapas antes de la conquista de la tierra prometida. Así también muchas veces los cristianos vivimos en distintos niveles y no logramos alcanzar aquel lugar que Dios nos preparó para nosotros. Veamos cuáles fueron esas 3 etapas:

1. Egipto: Israel era un pueblo esclavizado por sus opresores. Vivían en la tierra de la insuficiencia.
2. El Desierto: El pueblo de Dios se pasó 40 años por el desierto viviendo con lo necesario, con justo lo suficiente. Si bien Dios estaba con ellos, ese no era el plan final de Dios para sus vidas.
3. La Tierra Prometida: Josué y sus seguidores conquistaron la tierra de la abundancia.

Los que se quedaron en el desierto fueron aquellos que no cambiaron su mentalidad. Salieron físicamente de Egipto pero no en su forma de pensar. Aún veían opresión, insuficiencia. No le creyeron a Dios y les costó muy caro. Por eso si quieres vivir una vida de abundancia conquista tus pensamientos. Es hora que examines en qué etapa estás. Muchos cristianos viven en la tierra de la insuficiencia, diciendo que no tienen para pagar esto, o que no pueden hacer aquello. Es el momento de que no te conformes con sólo lo suficiente. Conquista tus pensamientos y reemplácelos por declaraciones de victoria. Toma posesión de las Promesas Divinas. Las circunstancias ya no te pueden manejar. Dios ya te preparó la abundancia, no te quedes contemplándola de lejos. Cree que hay sabiduría en tu vida y pídele revelación a Dios para derribar tus gigantes y así entrar en la tierra que Él te preparó. Es por nuestra decisión que lograremos alcanzar la abundancia. 2 Corintios 1:20: “Pues tantas como sean las Promesas de Dios, en Él todas son sí. Por eso también por medio de Él, es nuestro Amén, para la gloria de Dios por medio de nosotros”. Si algo te perturba, olvídate de eso y busca la forma de conquistarlo. El mundo sólo cambiará por el Poder de Dios a través de los creyentes. No te conformes con lo suficiente, no te conforme con menos de lo que te pertenece, tú estás para el reparto de la tierra. Hoy Dios te inunda con Su bendición.

“Padre celestial necesito cambiar mi estilo de vida. Creo que Tú tienes preparado para mí un terreno mejor. Ayúdame a vencer los gigantes y a seleccionar mis pensamientos. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

Vida colmada de beneficios

Salmos 103:1-5
“Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser Su santo Nombre. 2 Bendice, alma mía, al Señor, Y no olvides ninguno de Sus beneficios. 3 Él es el que perdona todas tus iniquidades, Él que sana todas tus enfermedades; 4 Él que rescata de la fosa tu vida, Él que te corona de bienes y misericordia; 5 El que colma de bienes tus años, Para que tu juventud se renueve como el águila”.

Tu vida está colmada de beneficios, beneficios, beneficios ¡Aleluya! Y el mayor de esos beneficios es conocer a Dios. Cuando tú decidiste aceptar a Cristo Jesús como tu Señor y Salvador, Él coronó tu vida de favores y bendición. Ya tú eres una persona bendecida, habilitada, calificada para prosperar en todas áreas de tu vida. Dios, en Su Palabra, te dejó toda la provisión para atravesar cualquier circunstancia y vivir en victoria. La persona que no tiene a Dios en su vida, frente a los problemas se siente desprotegida, como huérfano; pero tú tienes beneficios, beneficios, beneficios. No sufras, ¿Por qué lo vas a hacer, si Jesús ya pagó el precio para que tú no sufras? Él te proveyó la sanidad, la libertad, la paz, el gozo, la prosperidad, la vida eterna. Usa esos beneficios. No permitas que el diablo te engañe y te coloque en una posición que no es la tuya. Tú naciste para estar arriba – Grítalo: “Yo nací para arriba”. Tú eres un hijo de Dios. Dile a tu alma, a tu mente, a tu cuerpo, a tus finanzas lo que dice la Palabra de Dios. Llama las cosas que no son como si fuesen, como si ya existieran. Usa el método de tu Padre Celestial. Toma autoridad y remueve de tu vida todo aquello que no pertenezca a Dios. Decídete a vivir como una persona saludable, feliz, próspera, victoriosa, una persona de bendición, no por lo que pasa a tu alrededor; sino por el pacto que tienes con Dios. Sé un adorador en todo tiempo y permite que el fruto del Espíritu fluya a través de tu vida. La tierra se va a llenar de la plenitud de Dios si abres las compuertas, porque todo eso está dentro ti. Tú eres el templo del Espíritu Santo. Bendice a Dios ¿Cómo lo haces? Usa todo lo que Dios te dio para arrebatar las almas de las manos del diablo y colocarlas en el Reino de Dios. Comparte los beneficios con aquellos que aún no saben que tienen un destino de victoria. Esta es la mejor forma de bendecir a Dios: con almas.

“Padre celestial has colmado mi vida de beneficios. Viviré feliz, saludable y en victoria y seré tu canal de bendición para otros. Muchos vendrán a Ti por lo que has hecho en mí. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

La voluntad de Dios

Mateo 26:39
“Y adelantándose un poco, cayó sobre Su rostro, orando y diciendo: Padre Mío, si es posible, que pase de Mí esta copa; pero no sea como Yo quiero, sino como Tú quieras”.

Constantemente estamos tomando decisiones y son ellas la que determinarán si llegaremos a ser el hombre o la mujer que Dios soñó. Hay decisiones que repercuten poco en nuestro propósito, pero hay otras que son determinantes. Jesús se enfrentó a una de esas decisiones: Hacer su voluntad o la del Padre a pesar de que eso le causaría dolor. Si hoy te preguntaras si estás dispuesto a hacer todo lo que Dios te pida, seguramente me dirías que sí. Pero es esa determinación la que tienes que mantener frente a la prueba de Su voluntad. Cuando hay algo que Dios te está pidiendo y a ti no te gusta, cuando te pide que abandones ese pecado oculto o ese pecado que estás viviendo, cuando te pide que abandones algún mal hábito, cuando te pide que perdones a esa persona que tanto te hirió y que vayas a visitarla, cuando te pide que siembres ese dinero que por tanto tiempo estuviste juntando para comprarte lo que has estado esperando, ¿Qué vas a hacer? El objetivo de la prueba de Su voluntad es que te vuelvas más dependiente de Dios. Si te rindes y haces la voluntad del Padre, Dios sabe que puede confiar en ti para cosas mayores. Entiéndelo, toda prueba de Su voluntad tiene por detrás una promoción. Busca la visión del Padre para tu vida, y adopta los deseos de Dios como tus deseos, los pensamientos de Dios como tus pensamientos, los planes de Dios como tus planes. Recuerda, la voluntad de Dios es siempre buena, agradable y perfecta. ¡Hay gran ganancia en hacer Su voluntad! Tal vez cortar con una relación que no está en la voluntad de Dios te sea doloroso al principio, pero si Dios te está guiando a hacerlo, hazlo. Abraham sufrió retrasos en el propósito de Dios, complicaciones y dolores por hacer su propia voluntad y no exactamente lo que Dios le había dicho. Primero llevó a su Padre, luego tuvo conflictos con Lot y concibió a Ismael, el hijo de la voluntad propia. Sólo superó la prueba de su propia voluntad cuando Dios le pidió a Isaac y él no dudó. Dios no quería quitarle lo que le había dado, sólo quería Su voluntad porque tenía grandes planes con su vida y necesitaba un hombre que los llevara a cabo. Cada uno de nosotros somos frutos del triunfo de la voluntad de Dios. Gracias a Jesús, que no hizo Su voluntad sino la del Padre, hoy podemos tener vida eterna y llevar a otros a los pies de Jesús. ¡Vale la pena decir Hágase Tu voluntad y no la mía!

“Padre celestial perdóname por todas las veces que he hecho mi propia voluntad. Me determino, con la ayuda de Tu Espíritu Santo a hacer Tu voluntad. Quiero ser confiable para Ti y llevar a cabo esos sueños tan grandes de bendición que tienes con mi vida. Quiero afectar a otros con esta misma bendición. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

jueves, noviembre 06, 2008

En la sintonía correcta

Juan 8:28,29
“Después les dijo: Cuando ustedes hayan levantado en alto al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy y que no hago nada por Mí mismo, sino que digo lo que el Padre Me enseñó. 29 El que Me envió está conmigo y no Me ha dejado solo, porque Yo hago siempre lo que Le agrada”.


Estar en la sintonía correcta es la clave para vivir la vida victoriosa como la vivió Jesús. Él dijo: “según me enseñó el Padre, así hablo”. Piensa por un momento en tu propio vocabulario, ¿Qué es lo que dices durante todo el día? ¿Qué es lo que confiesas sobre tu propia vida, sobre tu familia, sobre tus finanzas? Si fuiste totalmente sincero contigo mismo, probablemente te hayas dado cuenta que muchas de esas palabras no son las que te enseñó Dios, muchas de ellas son las que te enseñó el diablo: “No puedo salir de esta situación, esto no tiene solución”, “no oigo la voz de Dios, mis oraciones no llegan ni al techo”, “esta enfermedad es incurable”, “mi economía cada mía de mal en peor”, “este matrimonio no hay quien lo arregle”. Todas estas confesiones no provienen de tu Padre celestial, y si las has estado declarando es porque tu vida está en la frecuencia incorrecta. Lo entendiste, por lo tanto cambia ya de frecuencia. Recuerda que tus palabras tienen el poder de generar lo que estás diciendo porque estás hecho a la imagen de Dios. Proverbios 18:21: “La muerte y la vida están en poder de la lengua; cual sea el uso que de ella hagas, tal serán las consecuencias”. Reflexiona sobre esta poderosa verdad que está en la Palabra de Dios. Hoy estás pagando las consecuencias de todas tus confesiones anteriores. No puedes jugar con tus confesiones, porque de acuerdo a lo que confiesas eso recibirás. Proverbios 6:2 dice: “Estás amarrado por tus propias palabras, atrapado con tus propias palabras”. Jesús dijo: “Según me enseñó el Padre, así hablo”. El Padre te enseñó que todo lo puedes en Cristo que lo fortalece (Filipenses 4:13), que tú oyes la voz del buen pastor (Juan 10:3,4), que el Espíritu de verdad habita en ti (Juan 14:17) y te enseña todas las cosas (Juan 14:26; 1Corintios 2:12), que Su oído está atento para escuchar la oración de sus hijos (Proverbios 15:9), que todo lo que tú pides creyendo, eso recibes (Mateo 21:22), que por Su llaga ya has sido sanado (1Pedro 2:24). Te da cuentas, si estás en la sintonía correcta esto es lo que debes escuchar y hablar. Depende de ti, tú decides a quién escuchar (a Dios, a las circunstancias, al diablo) y tú decide lo que habla, lo que confiesas. La decisión es tuya, ya Dios decidió por ti, ya Cristo pagó por completo en la cruz del Calvario por todas tus bendiciones (Romanos 8:32), si no estás gozando de ella no es por culpa de Dios sino por culpa tuya que has estado en la frecuencia incorrecta. Refrena tu lengua de hablar destrucción, habla bendición. Si perdiste el trabajo o hiciste un negocio incorrecto, no digas que estás arruinado y desesperado, declara que Dios te ha dado el poder para hacer las riquezas y la sabiduría para administrarlas. No te preocupes, no estarás mintiendo, estarás hablando lo que Dios dice y Dios no miente. Pon tu mente, tus palabras y tus acciones en sintonía con la Palabra de Dios. Ante cualquier situación, busca lo que dice Dios de ello y actúa. El Padre estará contigo porque estarás haciendo lo que a Él le agrada.

“Padre celestial perdóname, estuve escuchando y hablando cosas de extraños. Pongo hoy mi oído sólo para escuchar Tu voz y refreno mi lengua de hablar destrucción. Meditaré en Tu Palabra, la declararé y actuaré conforme a Tu voluntad. Gracias por la luz que traes cada día a mi vida. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

Dios es más grande

Números 13:32,33
“Y divulgaron entre los israelitas falsos rumores acerca del país que habían explorado, diciendo: La tierra que recorrimos y exploramos devora a sus propios habitantes. Toda la gente que vimos allí es muy alta. 33 Vimos a los gigantes - los anaquitas son raza de gigantes - Nosotros nos sentíamos como langostas delante de ellos, y esa es la impresión que debimos darles”.

Muchos cristianos, hoy, lamentablemente tienen mentalidad como de langosta. Sienten que cada cosa es más grande de lo que ellos son, se sienten insignificantes y desvalidos. Así se sintieron diez de los doce espías que fueron a inspeccionar la tierra prometida. Ellos vieron que era muy buena y había abundancia, pero se enfocaron en la dificultad: había gigantes. Eso los hizo decir “no se puede”. Pero se olvidaron de algo, ellos no estaban solos. Dios estaba con ellos. Si la Palabra de Dios dice que tú puedes, entonces ¡puedes! ¡Amén! Filipenses 4.13 dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. La Biblia PDT dice así: “Puedo enfrentar cualquier situación porque Cristo me da el poder para hacerlo”. La Biblia Amplificada dice así: “Tengo fuerza para todas las cosas en Cristo quien me faculta [Estoy listo para cualquier cosa y en condiciones de igualdad a cualquier cosa por Él, quien infunde una fuerza interior en mí, soy autosuficiente en la suficiencia de Cristo]”. Por lo tanto Cristo Jesús te capacita, te da fuerzas para enfrentar cualquier situación. Tú puedes. 1 Juan 4:4 dice “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”. Si el que está en ti es mayor, entonces no tienes razón para sentirse como langosta; tú eres vencedor, victorioso ¡Aleluya! Haz ahora un análisis de tu vida ¿Cómo hablas de las cosas que enfrentas? ¿Qué tipo de reporte tienes? ¿Ves más a los gigantes y piensas que estás derrotado o ves al Poderoso que vive en ti que te da la habilidad de vencerlos? Piensa ¿Qué estás magnificando? ¿De qué hablas más? Si hablas más del problema, más gigante lo hace. Habla de la victoria y tu fe se hará fuerte, robusta. Medita en la solución, mira tu tierra prometida y tómala. Pelea la buena batalla de la fe. Tu espada espiritual está en tu boca, decreta la victoria, Dios es tu fuente, tu proveedor; decreta salud, decreta prosperidad, decreta paz, decreta victoria. No plagies la confesión de la mayoría. Tú no tienes en tu interior un espíritu de temor, sino de poder, de valentía. Determínate a ser un conquistador. Jesús pagó el precio de tu victoria. No te quedes mirando todo de lejos sin poder disfrutarlo. Elije caminar en victoria, elije derribar gigantes. Si Dios está contigo, ¿quién podrá estar en contra de ti? (Romanos 8:31). Nada ni nadie podrá derrotarte.

“Padre celestial no me dejaré amedrentar por nada. Tú has entregado la tierra en mis manos y la voy a conquistar. Guía cada uno de mis pasos, estando en Tu voluntad sé que tengo la victoria. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

¿QUÉ HACER CUANDO VIENEN MALAS NOTICIAS?

2 Crónicas 20:1,2
“Aconteció después de esto, que los Moabitas, los Amonitas, y con ellos algunos de los Meunitas, vinieron a pelear contra Josafat. 2 Entonces vinieron algunos y dieron aviso a Josafat: Viene contra ti una gran multitud de más allá del mar, de Aram y ya están en Hazezon Tamar, es decir, En Gadi”.


¿Cómo podemos poner bajo control nuestra vida y tener victoria? En primer lugar, no mires esto como una cosa lejana, empieza de a poco y lo lograrás. Recuerda que aunque tú principio sea pequeño tu postrer estado, tu futuro será muy grande. Nota lo que le pasó al rey Josafat. Él recibió una mala noticia. Tres ejércitos enemigos se juntaron para atacarlo. Y eran tantas personas que cada judío debería enfrentar a 10.000 enemigos. Cualquiera en su lugar se hubiera rendido. Era humanamente imposible esperar una victoria de su parte. Pero presta atención a lo que el rey Josafat hizo ante esta mala noticia, porque lo que hizo el rey Josafat te va ayudar cuando venga una mala noticia. ¿Qué hizo el rey Josafat ante la mala noticia que recibió?

1. Buscó a Dios cuando el miedo vino. El miedo viene a cualquier persona y en cualquier nivel. Cuando esto te suceda, no lo digas y ni lo asumas. El enemigo trabaja para entrar en tus emociones por diferentes caminos, no tengas miedo. Recuerda que Dios: “Porque Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de de dominio propio (de disciplina)” (2Timoteo 1:7).
2. Habló: El rey Josafat habló. En la lengua está la vida y la muerte (Proverbios 18:21: “La vida y la muerte dependen de la lengua”). Cuando tú empiezas a hablar creyendo y con el conocimiento correcto, la victoria es inminente. Habla poder. No alimentes al miedo. Magnifica al Señor. De los problemas salimos confesando y magnificando a Dios.
3. Recordó Victorias del pasado: Si uno recuerda derrotas del pasado, las potencializa y las habilita para que se hagan presentes de nuevo en su vida. David recordó como peleó contra el león y el oso, y como Dios estuvo con él en esas oportunidades, por eso dijo “ahora también lo hará”.
4. Liberó la Fe: Él clamó a Dios. Clame y Él te oirá y traerá liberación. Dios te dice: “Clama a Mí, y Yo te responderé” (Jeremías 33:3).
5. Recordó su herencia: Tú tienes un Pacto y una Herencia. Lo que es de Cristo, es tuyo. Lea 2 Crónicas 20:18-25. La actitud del rey Josafat hizo participar al Espíritu Santo en la batalla. No mires más las circunstancias. Magnifica a Dios. Mientras ellos adoraban, los enemigos se mataban entre sí. Los judíos terminaron juntando las riquezas que sus enemigos poseían. No olvides esto, el problema de hoy puede ser grande pero Dios es más grande ¡Aleluya!

“Padre celestial no retrocederé. Tengo derecho a ser feliz. Hoy es un buen día para levantarme en victoria, confiaré en Ti bajo cualquier circunstancia. Gracias, en el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

miércoles, octubre 29, 2008

CÓMO TENER ÉXITO EN LA ECONOMÍA DE HOY

1 Juan 5:4: “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo. Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe”.

Como nacidos de nuevo, comprados por sangre, hijos de pacto del Dios Altísimo, ¿Cómo manejamos una crisis financiera? ¿Cómo podemos permanecer animados y vivir positivamente en un mundo negativo? ¿Cómo podemos mudarnos de una situación que cambia vidas a una solución que cambia vidas? El Señor Jesús dijo en Lucas 18:27: “Lo imposible para los hombres es posible para Dios”. Hoy quiero compartir contigo doce (12) principios pro-activos relevantes para tus finanzas hoy:

1. No ignores los desafíos financieros ni entierres tu cabeza en la arena, como el avestruz del proverbio, ¡esperando que desaparezcan pronto! Toma una posición de pacto y audazmente enfrenta a los gigantes del temor y la escasez con la Palabra de Dios. ¡Los justos son tan audaces como un león!
2. ¡No te arrodilles al espíritu de temor, desaliento o ansiedad! ¡El temor te hará tener pánico y aún volverse paranoico! El temor es el gran paralizador – ¡no le des ni un centímetro! El temor es la fe en el diablo, y entonces en el Nombre de Jesús, ¡toma autoridad sobre el temor que está tratando de tomar autoridad sobre ti!
3. Discute lo bueno en vez de lo malo. Hablar mal de la economía, hablar de manera pobre sobre tus finanzas y discutir los tiempos duros sólo agravarán la situación; ¡entonces habla vida, no muerte! Tus palabras profetizan tu futuro, ¡entonces asegúrate de que tus palabras estén funcionando para ti y no en contra de ti!
4. Evita los canales de noticias ya que ellos llenan una porción diaria de fatalidad y destrucción. Deja de escuchar el compás del tambor negativo de los insensatos medios de comunicación - ¡esa es una receta para la preocupación! Lo que miras y escuchas crecerá y te aumentará en tu vida.
5. Renueva tu mente diariamente con la Palabra de Dios. Leer, meditar y saturar tu mente con la Escritura es vital para tu victoria. Recuerda: Tu estado mental crea tu estado de resultados.
6. No dejes de dar a Dios sólo porque la economía está en baja. ¡No seas nunca un tacaño! ¡Dios ama a los dadores alegres! Amar el dinero por el dinero mismo o para amontonar en temor es una trampa. Ver el dinero como una herramienta bendita para extender el Evangelio es el secreto para la prosperidad de Dios (Pr.11:24,25). ¡Dios bendice sobrenaturalmente tus acciones de fe y obediencia cuando das finanzas para la causa del Evangelio! Tú plantas dinero en la obra de Dios y Él te regresa una cosecha de prosperidad. Esta es la ley dinámica de Dios de la siembra y la cosecha, y nunca falla. Siembra siempre tu semilla financiera con gozo y fe expectante. El incremento está garantizado (Lucas 6.38). Sé fiel a Dios en tus Diezmos, Ofrendas y Primicias esa es la llave de la Prosperidad Económica. Y Dios quiere que seas prospero.
7. Convierte en alta prioridad seguir buscando a Dios y Su Reino primero (Mt.6:33). Servir al Señor es tu primera elección, ¡no tu último chance! ¡Encuéntrate con Dios primero en la mañana antes de encontrarte con el diablo!
8. Tú le recuerdas a Dios que Él es tu Fuente en todo tiempo y en toda circunstancia. ¡Lo alabas porque Él, como tu Fuente, es tu Shaddai siempre fiel! ¡Él es el que nunca falla, no cambia y no tiene límites!
9. Toma acción de fe agresiva cuando la escasez ataque y sal en contra de ella, ¡con audacia toma el arma de la Palabra de Dios! Para cada situación negativa, ¡la Palabra de Dios tiene la solución positiva! Toma acción ahora con la Espada del Espíritu y habla la Palabra directamente a tu situación.
10. Has de la diligencia una alta prioridad y recorre la milla extra en el trabajo. Algunos cristianos tienen una pobre ética laboral y son conocidos por una actitud negativa en el trabajo. Esto bloquea tu prosperidad. ¡Agradece a Dios por tu trabajo y por la habilidad para trabajar! Agradece a Dios por tus dones, talentos, capacidades y habilidades para hacer tu trabajo con excelencia. Ten una gran actitud hacia tu trabajo y sé diligente en tu trabajo – al hacerlo, la promoción, el favor y la prosperidad te seguirán (Pr.10:4)
11. Toma una dosis masiva de la medicina de Dios. La Palabra de Dios es medicina (Pr.4:20-23; Sal.107:20) que sanará tu cuerpo físico y puede sanar todo lo demás en tu vida. ¡La Palabra puede sanar tu matrimonio, tus emociones y tus asuntos financieros! ¿Por qué no “duplicar” tu medicina para incrementar tu fe financiera? Depende de ti mantener el interruptor de la fe encendido. Llénate de libros, CDs y videos ungidos que eleven tu fe – ¡Lo que piensas, eso produce!
12. Toma una posición vigorosa en las promesas del pacto de Dios, reclamando total victoria sobre todo enemigo de escasez, temor, duda, desaliento y depresión financiera. La Palabra de Dios funciona y funcionará para ti, ¡si tú la pones a trabajar! Dios vigila que Su Palabra se cumpla y la confirma con señales que la siguen. Mientras reclamas, confiesas y sigue parado en la Palabra de Dios. ¡Tu victoria está garantizada! Esto demanda fe; tu fe en acción es lo que agrada a Dios (He.11:6).

“Padre celestial, en este día te doy gracias porque Tu ya has determinado mi victoria y mi éxito en todas las áreas de mi vida, hoy decido poner en práctica Tus principios que me garantizan el éxito en mi vida. Lo creo, en el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

Sal de la rutina

“Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones...” (Deuteronomio 28:15).

¿Sientes que tu vida es igual hoy como lo fue el mes pasado y el mes anterior y el anterior al anterior? ¿Parece que no importa cuán duro trabajas con algo, parece que no estás cambiando? ¿Sientes como si las bendiciones de Dios de alguna manera han parado? ¿Qué es eso? Estás encerrado en una rutina, para decirlo así. Algo necesita cambiar. Algunas veces, descubrimos que nuestras bendiciones han sido bloqueadas. Tú búsqueda es para descubrir de qué se trata. ¿Qué estás bloqueando tus bendiciones? Si puedes descubrir escrituralmente qué estás bloqueado en tus bendiciones, por qué te has quedado atrapado en una rutina, lo puedes corregir. Puedes hacer los ajustes necesarios, y las bendiciones pueden fluir. La obediencia trae la bendición a tu vida. La obediencia abre la puerta a las bendiciones. La desobediencia bloquea las bendiciones y abre la puerta a una maldición. Yo dejarte cuatro áreas posibles donde podrías haber sido desobediente, o cuatro caminos para salir de esta rutina aburrida. ¡Estás listo para salir de la rutina!

1. Pon la Palabra de Dios Primero: Pregúntate: “¿Estoy poniendo a Dios en primer lugar en mi vida o he dejado que las cosas se vuelvan más importantes para mí?”. Jesús dijo en Mt.6:33: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Dios no está en contra de que nosotros tengamos cosas; Él está en contra de que las cosas nos tengan a nosotros. Dios quiere bendecirte más allá de tus imaginaciones más audaces. Pero, ¿Es tu búsqueda principal conocerlo a Él, ser más como Él? Si Dios juega un rol secundario en tu vida, entonces una puerta ha sido abierta para que satanás entre y bloquee las bendiciones de Dios. Si estás poniendo a Dios primero, entonces la puerta ha sido cerrada; satanás no tiene derecho a bloquear tus bendiciones.
2. Vive un Estilo de Vida Santo: ¿Estás viviendo un estilo de vida santo o ha aceptado los estándares del mundo para la conducta moral? La Biblia dice: “… sed santos, porque yo soy santo” (Lv.11:45). ¿Cómo es tu estilo de vida? ¿Es agradable a Dios? ¿Está el Espíritu Santo cómodo en tu hogar, en tu auto, entre tus amigos? Nuestra falta de consideración por los estándares de Dios para el comportamiento moral tiene mucho que ver con que nuestras bendiciones estén siendo bloqueadas. No puedes comprometer los estándares de Dios y esperar que las bendiciones fluyan. Debemos examinar lo que miramos en TV o en cine, las palabras de nuestra boca, las influencias alrededor nuestro si queremos salir de la aburrida rutina en la que estamos. Dios bendecirá a aquellos que respetan Sus principios para la vida moral.
3. Camina en Amor: ¿Estás caminando en amor o hay contienda y falta de perdón en tu corazón? Jesús dijo en Jn.13:34: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros”. Las bendiciones son bloqueadas cuando rechazamos caminar en amor. No importa cuán difícil parezca, no importa cuántas capas de carne necesite quitar de tu vida: perdona. Permanece fuera de la contienda, de los chismes, de las críticas, de las habladurías, de la deslealtad, de la traición, de la rebeldía. Libérate de la amargura. Es un bloqueador de la bendición. Mantendrá tu vida en una profunda rutina si no extraes la amargura por fe y diariamente elije perdonar. Nunca es demasiado tarde para comenzar el proceso de caminar en amor. Lamentablemente hay cristianos ardillas que saltan de iglesias en iglesias buscando el acomodo a lo que ellos quieren que les digan y nunca se sujetan a las autoridades que Dios les ha colocado, porque nunca avanzarás en tu vida cristiana y en poco tiempo tendrás que rendirle cuenta a Dios, Él será tu Juez y a Él tarde o temprano le rendirás cuenta ¿Cómo te encuentras tú en este momento delante de Dios? ¿Cuáles son las palabras que has hablado y que Dios te ha escuchado? ¿Cuáles han sido los pensamientos que has tenido? La Biblia dice en Gá.6:7: “No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra”. Recuerda siempre este versículo.
4. Honra a Dios con Tus Diezmos: ¿Estás honrando a Dios con tus diezmos y ofrendas, o le estás robando? Mal.3:8,9 dice: “¿Robará el hombre a Dios? Pues ustedes Me están robando. Pero dicen: '¿En qué Te hemos robado?' En los diezmos y en las ofrendas. 9 "Con maldición están malditos, porque ustedes, la nación entera, Me están robando”. En otras palabras, debido a que no honras a Dios con tus diezmos y ofrendas, tus bendiciones han sido bloqueadas. ¿Estás en una rutina financiera? Si es así, mira tus hábitos de dar. ¿Estás dando realmente a Dios lo que Le pertenece? La correcta actitud para diezmar es separarlo primero. No pagues a todos y luego si queda algo, se lo das a Dios. Tu dinero irá mucho más lejos con el noventa por ciento y dándole a Dios Su diez por ciento que guardar el 100 por ciento para ti mismo. Aunque este tema no te gusta que te lo mencionen, está en la Palabra y Dios te pedirá cuenta por todo lo que hasta ahora Le has robado, es más un verdadero cristiano que ama Dios y cree en la Palabra debes cumplir con todo lo que en ella está escrito. Si no estás diezmando ni ofrendando le estás robando a Dios y le darás cuenta de eso. Si has descubierto que tu vida está en una aburrida rutina, es tiempo de hacer los cambios para salir. Tienes que hacer un inventario de tu vida: ¿Está Dios todavía en primer lugar en tu vida? ¿Estás buscando a Dios con todo tu corazón, con toda tu fuerza, con todo tu ser o te han vuelto las cosas y la gente más importantes para ti? ¿Estás caminando en amor o está albergando contienda y falta de perdón y amargura? ¿Estás viviendo un estilo de vida agradable a Dios? ¿Estás honrando a Dios con tus diezmos y ofrendas? Toma la lista de estas cuatro cosas diferentes y sé honesto contigo mismo. Podría ser donde se halla la desobediencia. Podría ser la causa de la rutina en la cual te encuentras. Has cualquier corrección que necesites hacer. Pídele a Dios que te perdone. Di lo que dijo David en el Sal.67:1: “Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga…” Podemos pedirle a Dios perdón en estas áreas de desobediencia y Él nos perdonará. Las barreras serán removidas. La causa para la maldición será quitada y las bendiciones fluirán. Pero tenemos que estar firmes. Lo podemos hacer.

“Padre celestial, en este renuncio a todo espíritu de rutina y de desobediencia, y decido caminar en total obediencia a Ti En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

Que tus labios solo alaben a Dios

Génesis 29:35: “Lea tuvo aún otro hijo, al cual llamó Judá, porque dijo: Esta vez alabaré al Señor. Después de esto, dejó de tener hijos”.

La alabanza es la receta de Dios para cambiar tu ambiente. Dios se hace conocido a través de la alabanza. No debes olvidar que cada vez que tú alabas estás colocando a Dios en el lugar que le corresponde. Hay varias verdades que debes saber con respecto a ella. Por ejemplo:

Ø La ALABANZA coloca a Dios en primer lugar.
Ø La ALABANZA fluye desde nuestro compañerismo con Dios.
Ø La alabanza es una elección consciente (Salmos 42).
Ø La alabanza es una expresión de Fe

En Génesis 29:35, vemos que Lea pasaba por incomprensiones, rechazos, desprecio y momentos oscuros. Pero decidió cambiar y eligió un nombre para su hijo: Judá. La bendición de Judá está en el nombre, significa: Reverenciar o adorar su nombre con sus manos extendidas. Esa decisión atrajo la presencia de Dios. Judá y toda su descendencia fueron afectadas (Salmos 78: 67,68). A Dios le agradó el nombre que Lea le puso a su hijo y lo escogió para un favor especial – ser antepasado de David y de Jesús. Fíjate que importante es un nombre y la confesión. Tú puedes recibir las mismas bendiciones de Judá y sus descendientes. Tú tienes:

Ø La Presencia de Dios.
Ø El Poder y la Autoridad de Dios.
Ø La victoria sobre las dificultades.

Estas bendiciones son tuyas porque Él habita con la gente que lo alaba a Él como Él requiere. Alábalo y manifestará Su presencia hoy mismo.

“Padre celestial, Tú eres digno de recibir toda alabanza. Levanto hoy mis manos para exaltarte, para decirte que eres lo más hermoso de mi vida. Has sacado todo mi dolor y me has llenado de Tu amor. Nadie hay como Tú Señor. Te amo con todo mí ser. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

martes, septiembre 30, 2008

EXPRESA LO QUE BENDICE Y EDIFICA

1 Pedro 3:10
“Porque: Quien quiera amar la vida y ver días buenos, cuide su lengua de hablar mal y sus labios de decir mentiras”.

Cuando Jehová Dios habló dando el decálogo divino (los diez mandamientos), al decir “no matarás” estaba diciendo algo mucho más profundo de lo que a simple vista parece. No sólo podemos matar a una persona con un arma o con un cuchillo, sino que podemos hacerlo con otra arma letal: La lengua descontrolada y desenfrenada. El apóstol Pedro menciona la palabra “cuidar, guardar, refrenar” como la acción que el cristiano debe practicar en su lenguaje diario, si es que quiere amar su vida y ver días buenos y felices. Tú sabes muy bien lo que esto significa. La discusión áspera y descontrolada que tuviste días atrás con tu jefe, tu esposa/o, un/a amigo/a o hermano/a de la iglesia te ha dado muestras de lo terrible que es dejarse llevar por la “alta temperatura de las discusiones”. Los errores que cometemos nos enseñan muchas cosas. Quizás lo principal sea decidir no volver a repetirlos. La lengua descontrolada ha destruido familias e Iglesias enteras con consecuencias a veces irreparables. Quizás debido a la tensión que tú estás atravesando en este último tiempo, has notado que tu lengua ha perdido el freno que antes tenía. Hasta tienes miedo de abrir la boca pues quieres evitar meterte en nuevos problemas. Nunca es tarde para darle al Señor el control de nuestra lengua, y darle lugar al Espíritu Santo a que ponga el freno adecuado, en el momento adecuado, y en la situación adecuada. Tú, en este día debes empezar a moldear tu lengua y vocabulario. Toma como disciplina diaria, antes de empezar a hablar, pedirle al Espíritu Santo que refrene aquellas palabras fuera de lugar y que puedas expresar sólo lo que edifica y bendice. ¡Esto es posible únicamente con la ayuda de Dios!

“Padre celestial ayúdame en este día, a permanecer callado antes de hablar en forma descontrolada. Ayúdame a evitar meterme en problemas por mi lengua descontrolada. Necesito un cambio Señor. ¡Hazlo hoy por tu Gracia! En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

LA SOLUCIÓN PARA UNA LENGUA DESCONTROLADA

Proverbios 18:21
“La vida y la muerte dependen de la lengua; los que hablan mucho sufrirán las consecuencias”.

Las discordias, los problemas, los chismes, las murmuraciones, las criticas, las enemistades, las peleas, los gritos, los insultos, las divisiones, las rebeldías tienen su origen generalmente en una lengua descontrolada. Las palabras dichas fuera de lugar son más peligrosas que un puñal. Nuestras palabras están cargadas de dinamita espiritual: Pueden bendecir o maldecir, según lo que digamos. El proverbista declara que la muerte o maldición y la vida o bendición dependen de la lengua. A veces somos muy descuidados con lo que decimos y luego tenemos que pagar serias consecuencias. Como cristianos tenemos el freno del Espíritu Santo para impedir que digamos cosas fuera de lugar. Últimamente tú has tenido fuertes discusiones en tu trabajo, familia, y aún con los amigos en tu Iglesia. Pareciera como que tu lengua estuviera descontrolada. Es tiempo de hacer un alto y reflexionar acerca de tu vocabulario y pregúntate: ¿No será que las presiones y los problemas de la vida me impulsan a decir palabras hirientes poco edificantes y fuera de lugar? ¿He perdido el freno, para no decir lo que no conviene y decir algo que sea amigable y de edificación? No importa cual haya sido la causa de tener una lengua desenfrenada. Hoy puedes volver al Señor para que te perdone, te limpie, y renueve tu manera de hablar a fin de volver a ser canales de bendición. ¡Este es el tiempo!

“Padre celestial, ayúdame en este día. Te entrego mi lengua para que renueves mi manera de expresarme. Quita de mí toda expresión violenta, deshonesta y agresiva. Produce por Tu Santo Espíritu un nuevo vocabulario. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

viernes, septiembre 26, 2008

CUANDO TODOS LOS PROBLEMAS SE NOS VIENEN ENCIMA

Isaías 30:7:
“Ciertamente Egipto en vano e inútilmente dará ayuda; por tanto yo le di voces, que su fortaleza sería estarse quietos”.

Cuando todos los problemas se nos vienen encima, y las dificultades se acrecientan, nos sentimos presionados a tomar determinaciones apuradas que posteriormente podemos pagar muy caro. Se necesita una capacidad muy grande para evitar tomar determinaciones apuradas en esos momentos difíciles. Debemos saber que las determinaciones o decisiones que tomamos en “caliente”, generalmente no son decisiones sabias. Cuando uno está bajo presión no tiene la paz y tranquilidad para diferenciar lo bueno de lo mejor. Cualquiera sabe la diferencia entre lo bueno y lo malo, pero no todos entre lo bueno y lo mejor. Si queremos los mejores resultados en nuestras vidas, debemos aprender a hacer lo que Dios quiere que hagamos aunque no lo entendamos. El profeta Isaías nos dice que la fortaleza viene de estar quietos. Las demandas del Reino de Dios siempre son diametralmente opuestas a las del mundo. Estar quietos cuando el mundo se nos cae encima, humanamente hablando, es impracticable. En ese momento debemos ejercer la fe y obediencia a Dios y estar quietos, si así el Señor lo quiere. Muchas veces nosotros nos movemos primero, y dejamos al Señor atrás sin darle el principal lugar para Su obrar. Una de las cosas que debemos aprender como cristianos es a estar quietos en Dios, en otras palabras siempre debes esperar en Él, confiar en Él, porque Dios sabe qué hacer y cómo hacerlo. No importa si tú ves dificultades y problemas a tu alrededor, no importa si tú sientes que todo está perdido. Muévete con tu sentido espiritual, la fe, y espera en Dios que Él nunca te va a dejar abandonado. DIOS NUNCA FALLA, Él obrará y cumplirá todo lo que te ha prometido ¡Aleluya!

“Padre celestial, ayúdame a estar quieto en medio de la velocidad de mi jornada laboral. Ayúdame a dejarte a Ti primero, para que puedas obrar con libertad y yo pueda ser bendecido. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

El valor de la paciencia

Estad quietos, y conoced que yo soy Dios.

Salmo 46:10a

Vivimos en tiempos cuando la espera se hace cada vez más inaceptable. En otros tiempos la demora se medía en cuestiones de días y meses, hoy consideramos «demora» el tiempo que nuestra computadora tarda en abrir un programa, que el microondas requiere para calentar nuestro café, que una persona ocupa en atender el teléfono o que un semáforo toma para cambiar de la luz roja a verde. Es decir, la impaciencia se ha instalado con tal prepotencia en nuestras vidas ¡que medimos el uso eficaz del tiempo en cuestión de segundos! Y aún cuando la espera es ínfima, nuestro espíritu inquieto no puede controlar los sentimientos de ansiedad y afán que son propios de la existencia del hombre en la sociedad moderna. La sabiduría popular afirma que la paciencia es el arte de saber esperar. El problema con esta definición no radica en lo innecesario que es saber esperar, más bien en creer que nuestra actividad principal cuando no podemos acelerar el tiempo es, precisamente, esperar. El salmista agrega un elemento importante al proceso de aquietar el espíritu y dominar los impulsos de la desesperación: «y conoced que soy Dios.» Nuestro llamado primordial en la vida es a orientar nuestra existencia total hacia una respuesta a las permanentes invitaciones de Dios a caminar con él y buscar su mover en las situaciones más frustrantes. De esta manera podríamos definir la paciencia como el desafío de disfrutar de Dios cuando las circunstancias nos invitan a la preocupación, la ansiedad y el afán. Considere la siguiente situación, típica de nuestra existencia. Estamos esperando en una fila para hacer un trámite en alguna oficina del gobierno. Hemos entregado los papeles para iniciar el trámite y ahora no podremos retirarnos del lugar hasta que se finalice la gestión. En cierto momento llega un oficial e informa ?los presentes ya están molestos? que el sistema de las computadoras se ha caído. Todos deberán esperar hasta que el sistema se habilite de nuevo. De inmediato pensamos en la lista de tareas urgentes que nos esperan en el trabajo. Comenzamos a caminar por el lugar con pensamientos airados contra el gobierno, sus empleados y el sistema al que están sujetos. Cuanto más tiempo pasa, más notoria es nuestra agitación interior y más visible nuestro fastidio. Es acertado afirmar que estamos esperando; pero no estamos disfrutando del momento. Nos hemos perdido de la oportunidad de comulgar con Aquel que, hace dos días en la reunión del domingo, proclamábamos como ¡el ser más importante del universo!

Para pensar:
El mayor desafío cuando estamos fastidiados por las «intolerables» demoras que debemos «soportar» es el de aquietar nuestro espíritu. Es nuestra responsabilidad quitar los ojos de las circunstancias y elevarlos a Dios, para saber que él reina soberano en todo momento. La próxima vez que se encuentre en una situación sobre la cual no tiene control, lleve su espíritu a la presencia del pastor de Israel y permita que él le conduzca junto a aguas de reposo.
Producido y editado por Desarrollo Cristiano Internacional para DesarrolloCristiano.com. Copyright ©2008 por Desarrollo Cristiano, todos los derechos reservados.

El tiempo de espera

Espero al Señor, lo espero con toda el alma;
en su palabra he puesto mi esperanza.
Salmos 130:5

Vivimos en una época en la que todo es veloz. Las comidas rápidas, los cajeros automáticos, el correo acelerado, la vía satélite... Después de todo, ¿a quién le gusta esperar cuando hay tanto que hacer y tan poco tiempo para hacerlo? El mismo sistema de vida influye fuertemente en nosotros. Aun así, hay momentos en la vida en los que el Señor nos dice: 'Aprende a esperar en mi'. Cuando todo nos va bien, eso no es muy difícil. Pero cuando hay enfermedad, crisis en la familia, problemas económicos y duras pruebas, quisiéramos que Dios hiciera algo, ¡y pronto! Cuando parece que Él no estuviera haciendo nada, cuando la situación se hace más difícil y queremos arreglar las cosas inmediatament e y como sea, ¡cuidado! Es en esos momentos que Dios está trabajando realmente en nuestra vida. Él no se mueve según nuestro tiempo, sino según el suyo. Cuando aprendemos a esperar en el Señor y en sus promesas, podemos confiar en que Él nunca llegará ni demasiado pronto, ni demasiado tarde, sino en el tiempo perfecto. Así se hace viva la Palabra de Dios a través de nuestro hermano Santiago, quien dice que la prueba de nuestra fe produce paciencia. Cuando esa paciencia obra en su totalidad en nuestra vida, podemos ver con mayor claridad cómo la poderosa mano del Señor ha actuado durante el precioso tiempo de espera en Él. (
www.iglesialatina.org)

Espera hoy en el Señor con la certeza
de que a los que aman a Dios todas
las cosas les ayudan a bien.

domingo, agosto 24, 2008

Dos visiones de la vida

Porque para mí el vivir es Cristo,
y el morir es ganancia.
Filipenses 1: 21

Cada año miles de personas cometen suicidio; de hecho, el número de tales muertes ha ido creciendo a una velocidad alarmante. La razón no es difícil de descubrir. La mayoría de las personas educadas que no conocen a Jesucristo personalmente creen que somos productos accidentales de la evolución. Ellos dicen que no existe nada que tenga valor eterno, y nuestras acciones sean buenas o malas no tienen ninguna consecuencia. En otras palabras, ellos rechazan la idea del Cielo y del Infierno después de la muerte. Como resultado, la mayoría de estas personas son inmensamente desdichadas, aunque puedan mostrar una imagen de gozar grandemente los placeres que brinda el mundo. Sin fe en Cristo, la vida es absurda, trágica, y sin sentido. A pesar que es popular pensar en términos de vivir sin Dios, es evidente que los seres humanos, creados a la imagen del Señor, no pueden vivir con tal concepto. Vemos evidencia de esto en el arte moderno. Muchos de nosotros se han reído al estar observando algunas 'llamadas' obras de arte. Todo lo que nos muestran son líneas en diferentes sentidos, manchas y borrones. Aun así estas obras son consideradas grandiosas desde el punto de vista artístico, porque a través de ellas el autor ha expresado su más grande frustración con la vida. Ellas exhiben los sentimientos de su alma en torturas. Más aún, algunos artistas han cometido suicidio justo después de haber terminado alguna de sus grandes obras. El mundo va en decadencia porque el ser humano que ha sido hecho para Dios está tratando de vivir sin Él. Cuan diferente era el concepto del Apóstol Pablo, puesto que la vida para él tenía un significado real gracias al Señor Jesucristo. Él ansiaba estar en el Cielo, donde recibiría una gloriosa recompensa por su servicio al Señor (2-Timoteo 4:8). Si tú conoces personalmente a Jesucristo, agradece a Dios por la diferencia que Él hace.

viernes, agosto 08, 2008

Ya no dos, sino uno

Dejará el hombre a su padre y a su madre,
y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
Génesis 2:24.

Lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.
Mateo 19:6.

Íbamos a plantar dos abedules en nuestro jardín. Una amiga nos aconsejó: –Plántenlos cerca uno de otro, ustedes verán lo hermoso que quedará. Así lo hicimos. Sin embargo, su crecimiento fue difícil. Uno brotaba pronto en la primavera, pero se ponía amarillo con el calor. El otro parecía más frágil, pero permanecía más tiempo verde. Al principio, nuestros pequeños árboles crecieron casi independientemente. Pasaron quince años. Sus ramas se mezclaron y sus raíces también. Ahora parecen formar un único árbol. Así ocurre con parejas de personas ancianas. Los años los han formado el uno para el otro. Sus gustos y sus maneras de ser se han mezclado y sus recuerdos también. Esto es lo que Dios desea para el matrimonio: que sean uno desde el principio, porque Dios es quien los une. Luego, en la práctica deben aprender a armonizar sus pasos cada vez más. Vivir esta unidad, mantenerla y hacerla cada vez más armoniosa en el curso de los años es la vocación del matrimonio. Ser uno y ya no dos pide una constante aplicación y renunciamientos. Se necesita la ayuda del Señor para mantener la armonía hasta el fin del camino común. En efecto, el Señor es quien une y forma a los esposos cristianos. Se sirve de uno, de sus cualidades como de su flaqueza, para los progresos del otro. Les enseña a orar, a servirle, agradecerle, adorarle y amarle juntos.

Creerle a Dios

Por la fe cayeron los muros
de Jericó después de rodearlos siete días.
Hebreos 11: 30

En la historia de Josué y la ciudad de Jericó, tenemos una ilustración de una fe viva y verdadera. Dios ordenó a Josué reunir a todos los hombres de guerra y hacerlos marchar alrededor de Jericó una vez al día durante seis días. Luego, en el séptimo día, debían hacerlo siete veces, después de lo cual los sacerdotes debían hacer sonar sus trompetas y todo el pueblo gritar a todo pulmón. El Señor prometió a Josué que si ellos hacían esto, las murallas de la ciudad se derrumbarían. Has intentado alguna vez ponerte en el lugar de Josué, e imaginado cómo hubieses reaccionado a tal mandato? Cuando el Señor le dio estas instrucciones, supones que Josué respondió: "Señor, eso es algo que se debe hacer. Verdaderamente, me siento un tanto avergonzado de no haber ideado yo mismo tan brillante plan. Todo tiene mucho sentido." Por supuesto que él no dijo nada como lo anterior, simplemente porque la orden de Dios no era 'razonable' en la mente de Josué. Es decir, él no podía calcular científicamente que los resultados predichos seguirían necesariamente tales acciones. Más aún, aunque algunos lo hubiesen considerado un plan de locos tratar de conquistar Jericó, Josué obedeció a Dios de todas maneras, simplemente porque él tenía fe. Sí, él estaba dispuesto a confiar en la Palabra del Señor, a pesar del hecho de que pareciere contrario a su propio entendimiento de las cosas. Eso es lo que Dios espera de nosotros hoydía. Él quiere que creamos en Su Palabra... que aceptemos los contenidos de la Biblia en su totalidad -- pudiendo comprenderlos o no. Hay mucho en las Sagradas Escrituras que no podemos explicar, como por ejemplo: La Trinidad; La muerte de Cristo por nuestros pecados; La resurrección de Jesús; La segunda venida de Jesucristo. Pero aún así, nosotros creemos todas estas cosas con todo nuestro corazón simplemente porque Dios lo dice. Recuerda que sin esta fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6).

Dios es mi Pastor

El Señor es mi pastor; nada me faltará.
Salmo 23:1.

Volvió, pues, Jesús a decirles:… Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
Juan 10:7 y 11.

En la llanura de la Bekaa, en el Líbano, hay numerosos rebaños de ovejas. Al final del día cada pastor lleva su rebaño a un recinto seguro. Además, el pastor acostumbra dormir cerca de sus animales. De esa manera él conoce sus ovejas y ellas lo conocen. Está tan cerca de ellas que puede sentir y experimentar lo que ellas viven. Ninguna anomalía escapa a su atención. La autoridad que tiene sobre las ovejas se funda en su constante presencia y sus cuidados. Respecto a Dios, a menudo la Biblia emplea la imagen del pastor. El pueblo de Israel, un pueblo de pastores, debió ser muy sensible a ello. Esta imagen subraya la presencia activa del Señor Jesucristo en medio de su pueblo. Recordemos que su nombre Emanuel significa “Dios con nosotros” y que él hizo esta promesa a los suyos: “Estoy con vosotros todos los días” (Mateo 1:23; 28:20). Sí, él está siempre cerca de nosotros. En hebreo, tres palabras designan al pastor con tres características: proteger, vigilar y prever. Asimismo, el Señor Jesús es primeramente el Buen Pastor que da su vida por sus ovejas (Juan 10:11). Luego vigila a sus redimidos para librarlos del mal exterior e interior. “Nadie las arrebatará de mi mano” (Juan 10:28). Por último, el Señor Jesús promete que los suyos tendrán vida “en abundancia” (Juan 10:10). ¿Conocemos semejante vida que halla su fuente en el amor del Señor y que espontáneamente se pone al servicio del prójimo?

domingo, julio 13, 2008

¡Algo Grande Viene!

Mateo 14: 15-21
Cuando ya empezaba a atardecer, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: Este es un lugar solitario, y se está haciendo tarde. Dile a la gente que se vaya a los pueblos y compre su comida. 16 Jesús les contestó: No tienen que irse. Denles ustedes de comer. 17 Los discípulos respondieron: Pero no tenemos más que cinco panes y dos pescados. 18 Jesús les dijo: Tráiganlos aquí. 19 Luego de ordenar que la gente se sentara sobre la hierba, Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró al cielo y dio gracias a Dios. Después partió los panes y se los dio a los discípulos, para que ellos los repartieran a la gente. 20 Todos comieron hasta quedar satisfechos. Y cuando los discípulos recogieron los pedazos que sobraron, llenaron doce canastas. 21 Los que comieron fueron como cinco mil hombres, además de las mujeres y los niños”.

Lo que tú tienes hoy es más que suficiente para provocar un incremento poderosísimo en tu vida. Un incremento en la salud, en el amor, en las finanzas. Lo que tú tienes hoy es una puerta para una oportunidad divina. Muchas veces nos quejamos porque no tenemos lo que queremos o no vivimos como queremos. Situaciones nos fastidian y los reproches están en nuestras bocas. Tenemos hoy que darnos cuenta que son este tipo de actitudes las que nos mantienen en esa condición. Permite que se revele en tu vida lo que has leído en el pasaje anterior. Fíjate, Jesús estaba ante una multitud, ante una gran demanda de provisión y le llevaron ¡cinco panes y dos peces! ¿Qué hubieras dicho tú en esta situación? Jesús recibió los cinco panes y los dos peces, ¡y dio gracias al Padre por ello! ¿Qué ocurrió después? ¡La gran multiplicación! Quejarte, murmurar (un comentario con queja en medio del problema) no mejorará nunca tu situación; la queja, la murmuración trae confusión a tu vida y pérdida. Un corazón desagradecido y quejumbroso pierde lo que tiene. Léelo y repítelo varias veces. Por eso no tienes más ni recibes más. Te vives quejando de la situación, vives mostrándole la necesidad a todo el mundo para que te den, esa es una estrategia diabólica. Dale gracias a Dios siempre por lo que tienes porque sabes que sabes que viene más, porque en Dios siempre hay más. Déjate ya de quejarte y de andar murmurando que a ti nadie te ayuda. Dale gracias a Dios por lo que tienes, en lugar de quejarte por lo que no tienes. Por así experimentará la multiplicación en todas las aéreas de tu vida. Sé agradecido por lo que Dios te ha dado y no te andes fijando lo que otro tiene o no tiene. No envidies a los que están por encima de ti, aprende de ellos, mira que ellos han sembrado más por lo tanto tienen más. Imítalos a ellos y tendrás igual o más que ellos. No envidies, porque cuando envidias estás diciéndole a Dios que hace acepción de personas, pero cuando te gozas con la bendición y la multiplicación de otros, le estás diciendo a Dios que al igual que lo hizo con esa persona también lo hará contigo. El que se compara con otro, puede tener una actitud de desagradecimiento. ¿Quieres llegar donde otros llegaron y tener lo que otros tienen? Puedes aprender los principios que aplicaron otros para llegar, pero no ambicionar ni envidiar su lugar. Hay algo que Dios planeo para ti en particular. Si eres agradecido en lo poco, Dios te dará más. Valora lo que tienes, y vendrá más. El ser agradecido hará que tenga la gracia y el favor de Dios en tu vida. La Biblia dice en Santiago 4:6: “Mas Él da mayor gracia. Por esto Él dice: Dios resiste a los soberbios, y da la gracia a los humildes”. La humildad y la gratitud van de la mano. La gratitud hará que la presencia de Dios se manifieste en su vida. ¡Algo grande viene! 1 Tesalonicenses 5:18 dice: “Den gracias a Dios en cualquier circunstancia. Esto es lo que Dios espera de ustedes como cristianos que son”. Que tus circunstancias no determinen tu actitud de agradecimiento.

“Padre celestial, todo lo bueno que tengo lo he recibido de Ti y gracias porque en Ti tengo más que suficiente en todas las cosas, se que un gran incremento viene a mi vida. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.