martes, septiembre 30, 2008

EXPRESA LO QUE BENDICE Y EDIFICA

1 Pedro 3:10
“Porque: Quien quiera amar la vida y ver días buenos, cuide su lengua de hablar mal y sus labios de decir mentiras”.

Cuando Jehová Dios habló dando el decálogo divino (los diez mandamientos), al decir “no matarás” estaba diciendo algo mucho más profundo de lo que a simple vista parece. No sólo podemos matar a una persona con un arma o con un cuchillo, sino que podemos hacerlo con otra arma letal: La lengua descontrolada y desenfrenada. El apóstol Pedro menciona la palabra “cuidar, guardar, refrenar” como la acción que el cristiano debe practicar en su lenguaje diario, si es que quiere amar su vida y ver días buenos y felices. Tú sabes muy bien lo que esto significa. La discusión áspera y descontrolada que tuviste días atrás con tu jefe, tu esposa/o, un/a amigo/a o hermano/a de la iglesia te ha dado muestras de lo terrible que es dejarse llevar por la “alta temperatura de las discusiones”. Los errores que cometemos nos enseñan muchas cosas. Quizás lo principal sea decidir no volver a repetirlos. La lengua descontrolada ha destruido familias e Iglesias enteras con consecuencias a veces irreparables. Quizás debido a la tensión que tú estás atravesando en este último tiempo, has notado que tu lengua ha perdido el freno que antes tenía. Hasta tienes miedo de abrir la boca pues quieres evitar meterte en nuevos problemas. Nunca es tarde para darle al Señor el control de nuestra lengua, y darle lugar al Espíritu Santo a que ponga el freno adecuado, en el momento adecuado, y en la situación adecuada. Tú, en este día debes empezar a moldear tu lengua y vocabulario. Toma como disciplina diaria, antes de empezar a hablar, pedirle al Espíritu Santo que refrene aquellas palabras fuera de lugar y que puedas expresar sólo lo que edifica y bendice. ¡Esto es posible únicamente con la ayuda de Dios!

“Padre celestial ayúdame en este día, a permanecer callado antes de hablar en forma descontrolada. Ayúdame a evitar meterme en problemas por mi lengua descontrolada. Necesito un cambio Señor. ¡Hazlo hoy por tu Gracia! En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.