Números 13:32,33
“Y divulgaron entre los israelitas falsos rumores acerca del país que habían explorado, diciendo: La tierra que recorrimos y exploramos devora a sus propios habitantes. Toda la gente que vimos allí es muy alta. 33 Vimos a los gigantes - los anaquitas son raza de gigantes - Nosotros nos sentíamos como langostas delante de ellos, y esa es la impresión que debimos darles”.
Muchos cristianos, hoy, lamentablemente tienen mentalidad como de langosta. Sienten que cada cosa es más grande de lo que ellos son, se sienten insignificantes y desvalidos. Así se sintieron diez de los doce espías que fueron a inspeccionar la tierra prometida. Ellos vieron que era muy buena y había abundancia, pero se enfocaron en la dificultad: había gigantes. Eso los hizo decir “no se puede”. Pero se olvidaron de algo, ellos no estaban solos. Dios estaba con ellos. Si la Palabra de Dios dice que tú puedes, entonces ¡puedes! ¡Amén! Filipenses 4.13 dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. La Biblia PDT dice así: “Puedo enfrentar cualquier situación porque Cristo me da el poder para hacerlo”. La Biblia Amplificada dice así: “Tengo fuerza para todas las cosas en Cristo quien me faculta [Estoy listo para cualquier cosa y en condiciones de igualdad a cualquier cosa por Él, quien infunde una fuerza interior en mí, soy autosuficiente en la suficiencia de Cristo]”. Por lo tanto Cristo Jesús te capacita, te da fuerzas para enfrentar cualquier situación. Tú puedes. 1 Juan 4:4 dice “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”. Si el que está en ti es mayor, entonces no tienes razón para sentirse como langosta; tú eres vencedor, victorioso ¡Aleluya! Haz ahora un análisis de tu vida ¿Cómo hablas de las cosas que enfrentas? ¿Qué tipo de reporte tienes? ¿Ves más a los gigantes y piensas que estás derrotado o ves al Poderoso que vive en ti que te da la habilidad de vencerlos? Piensa ¿Qué estás magnificando? ¿De qué hablas más? Si hablas más del problema, más gigante lo hace. Habla de la victoria y tu fe se hará fuerte, robusta. Medita en la solución, mira tu tierra prometida y tómala. Pelea la buena batalla de la fe. Tu espada espiritual está en tu boca, decreta la victoria, Dios es tu fuente, tu proveedor; decreta salud, decreta prosperidad, decreta paz, decreta victoria. No plagies la confesión de la mayoría. Tú no tienes en tu interior un espíritu de temor, sino de poder, de valentía. Determínate a ser un conquistador. Jesús pagó el precio de tu victoria. No te quedes mirando todo de lejos sin poder disfrutarlo. Elije caminar en victoria, elije derribar gigantes. Si Dios está contigo, ¿quién podrá estar en contra de ti? (Romanos 8:31). Nada ni nadie podrá derrotarte.
“Padre celestial no me dejaré amedrentar por nada. Tú has entregado la tierra en mis manos y la voy a conquistar. Guía cada uno de mis pasos, estando en Tu voluntad sé que tengo la victoria. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.
“Y divulgaron entre los israelitas falsos rumores acerca del país que habían explorado, diciendo: La tierra que recorrimos y exploramos devora a sus propios habitantes. Toda la gente que vimos allí es muy alta. 33 Vimos a los gigantes - los anaquitas son raza de gigantes - Nosotros nos sentíamos como langostas delante de ellos, y esa es la impresión que debimos darles”.
Muchos cristianos, hoy, lamentablemente tienen mentalidad como de langosta. Sienten que cada cosa es más grande de lo que ellos son, se sienten insignificantes y desvalidos. Así se sintieron diez de los doce espías que fueron a inspeccionar la tierra prometida. Ellos vieron que era muy buena y había abundancia, pero se enfocaron en la dificultad: había gigantes. Eso los hizo decir “no se puede”. Pero se olvidaron de algo, ellos no estaban solos. Dios estaba con ellos. Si la Palabra de Dios dice que tú puedes, entonces ¡puedes! ¡Amén! Filipenses 4.13 dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. La Biblia PDT dice así: “Puedo enfrentar cualquier situación porque Cristo me da el poder para hacerlo”. La Biblia Amplificada dice así: “Tengo fuerza para todas las cosas en Cristo quien me faculta [Estoy listo para cualquier cosa y en condiciones de igualdad a cualquier cosa por Él, quien infunde una fuerza interior en mí, soy autosuficiente en la suficiencia de Cristo]”. Por lo tanto Cristo Jesús te capacita, te da fuerzas para enfrentar cualquier situación. Tú puedes. 1 Juan 4:4 dice “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”. Si el que está en ti es mayor, entonces no tienes razón para sentirse como langosta; tú eres vencedor, victorioso ¡Aleluya! Haz ahora un análisis de tu vida ¿Cómo hablas de las cosas que enfrentas? ¿Qué tipo de reporte tienes? ¿Ves más a los gigantes y piensas que estás derrotado o ves al Poderoso que vive en ti que te da la habilidad de vencerlos? Piensa ¿Qué estás magnificando? ¿De qué hablas más? Si hablas más del problema, más gigante lo hace. Habla de la victoria y tu fe se hará fuerte, robusta. Medita en la solución, mira tu tierra prometida y tómala. Pelea la buena batalla de la fe. Tu espada espiritual está en tu boca, decreta la victoria, Dios es tu fuente, tu proveedor; decreta salud, decreta prosperidad, decreta paz, decreta victoria. No plagies la confesión de la mayoría. Tú no tienes en tu interior un espíritu de temor, sino de poder, de valentía. Determínate a ser un conquistador. Jesús pagó el precio de tu victoria. No te quedes mirando todo de lejos sin poder disfrutarlo. Elije caminar en victoria, elije derribar gigantes. Si Dios está contigo, ¿quién podrá estar en contra de ti? (Romanos 8:31). Nada ni nadie podrá derrotarte.
“Padre celestial no me dejaré amedrentar por nada. Tú has entregado la tierra en mis manos y la voy a conquistar. Guía cada uno de mis pasos, estando en Tu voluntad sé que tengo la victoria. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.