martes, diciembre 23, 2008

No esperes lo bueno, viene lo mejor

Salmos 37:23
“El Señor afirma (ordena) los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir”

La voluntad de Dios es dirigirte diariamente. Él te ha dado Su Santo Espíritu para guiarte cada día hacia tu destino de bendición. Por eso, es importante que cada uno de nosotros oigamos Su voz y obedezcamos a Su dirección. En este camino, el diablo intentará tentarnos de distintas maneras para que abandonemos, para que nos rindamos y de no lograrlo, intentará distraernos para que perdamos el tiempo y no alcancemos lo mejor de Dios. Son este tipo de distracciones las que debemos eliminar. Todo aquello que te distraiga de tu propósito y de tu crecimiento, elimínalo. A veces, nosotros hacemos cosas buenas, pero terminaron siendo una distracción que impidió que hiciéramos algo mejor, algo más grande que Dios tenía para nuestras vidas. Esas distracciones nos desvían, nos llevan por otro rumbo, por otra senda. No necesariamente nos apartan de Dios o de las verdades bíblicas, pero sí de la Voluntad de Dios para ese momento, y detienen nuestro crecimiento. Dios nos quiere ver manifestando todo lo que nos dio a través de Cristo Jesús, y eso sólo es posible si obedecemos Su dirección. Muchas veces, en los momentos de oración, Dios nos muestra algo que debemos cambiar en nuestras vidas, a alguien que debemos perdonar o una situación que debemos restaurar y nos vamos silbando para el otro lado, nos hacemos los distraídos. Dios está esperando que pasemos por la puerta de la sanidad, de la restauración y nosotros nos vamos a un Grupo Evangelístico a enseñar, nos vamos a orar por la gente, todas cosas buenas y agradables a Dios, pero no lo que nos está indicando Él. Dios nos está esperando en el lugar que nos indicó porque quiere tratar con nuestras vidas y hacer fructífera cada área. No debemos dejar procesos de Dios por la mitad. Una pregunta: ¿De qué nos sirve estar haciendo cosas buenas si arruinamos y perdemos las mejores? Después hay heridas por dentro, hay otros que son perjudicados, hijos, familias. ¿De qué serviría? No sirve de nada. Lo que sirve es enfocarte en Dios y hacer las cosas paso por paso. Así verás la victoria para tu espíritu, la victoria para tu alma, la victoria para tu familia. Así cumplirás tu propósito en Dios, serás un hombre, una mujer bendecida, tus hijos serán gente poderosa sobre la tierra e irán hacia las mejores cosas de la vida. No permitas más que las distracciones te priven de lo mejor de Dios. Tú estás llamado a disfrutar de la excelencia que Dios ha provisto para tu vida. Por eso es importante que tomes las decisiones correctas ante la dirección de Dios. Elige lo mejor. Elige lo fructífero. Eres un triunfador (a), un ganador (a), que llegas a la meta y no te quedas mirando a los lados por el camino. Hazlo a partir de hoy y yo te profetizo que Disfrutarás de lo mejor de Dios ¡Aleluya!

“Padre celestial, perdóname por desobedecerte. Hoy elijo seguir Tu dirección. No permitiré que distracciones me demoren en mi camino. Tengo Tu unción y Tu fortaleza para lograrlo. Gracias Padre, alcanzaré lo mejor. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.