todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a
su propósito son llamados.
Romanos 8:28
Un minero Cristiano tenía su hora más especial en el trabajo -- era la hora del almuerzo, pues en ese momento él disfrutaba de la comida que con esmero le preparaba su amada y consentida esposa. Un día llegó a su hora especial y al destapar su almuerzo encontró el alimento más especial que hubiese preparado su esposa. Un almuerzo para deleite de cualquiera y envidia de algún otro marido, pues hasta el momento no había llevado una así; muy agradecido cerró sus ojos y oró mucho más que de costumbre en agradecimiento al SEÑOR por el alimento suministrado y por su preciosa esposa. Cuando terminó la oración y abrió sus ojos para consumir su merienda, ¡oh sorpresa!, el almuerzo había sido robado. En ese instante se llenó de rabia, levantó sus ojos al cielo y dijo: como así SEÑOR que mientras yo orando el diablo robando, pues acaso no te estaba agradeciendo...... ¡No entendía como había podido pasar esto! Como tenía mucha hambre y su casa estaba a más de 2 Km. de distancia, decidió ir a un restaurante. Allí pidió el mejor almuerzo, y luego sólo dijo: Señor la oración de la primera que cubra este almuerzo, y cuando empezaba apenas a comer he aquí una gran explosión se escuchó --- era la mina que había explotado. Ante tal impacto aquel varón sólo pudo exclamar gracias SEÑOR y de rodillas pedir perdón por no haber entendido en su momento la pérdida del almuerzo, pues, era para mantenerlo con vida. Y oró también por las familias de las personas que habían fallecido. Nada, en la vida del cristiano, es como se ve y se piensa. Para cada suceso en nuestra existencia DIOS tiene un propósito, y aunque en el instante no lo veamos, EL después nos lo enseñará. Colaboración de Amory Dixon ( escaff-asociado@123.cl )