lunes, agosto 27, 2007

Un cambio notable

La palabra de Dios es viva y eficaz,
y más cortante que toda espada de dos filos;
y penetra hasta partir el alma y el espíritu.
Hebreos 4:12.
En tiempo del gobierno comunista en Rumania, una mujer trabajaba como agente de policía en una prisión y su marido como administrador de la misma. Cierta vez, cuando éste viajaba en tren, un creyente se sentó a su lado y le regaló una Biblia. Cuando llegó a casa, le mostró la Biblia a su mujer. Ésta le reprochó, diciendo: –Si alguien descubre que tenemos una Biblia, ¡ambos perderemos nuestro trabajo! Furiosa, despedazó el libro y lo echó a la basura. Al día siguiente contó a una amiga lo ocurrido, y como ésta nunca había visto una Biblia, le pidió que le diera el libro. La agente lo sacó de la basura y se lo entregó. Una semana después la mujer policía tuvo un accidente. Mientras yacía en el hospital y padecía fuertes dolores, pensaba una y otra vez por qué había tirado la Biblia. En un sueño le pareció oír que debía pedir el libro y leerlo. A la mañana siguiente pidió que su amiga le devolviera la Biblia y la leyó atentamente. Poco después se arrepintió de sus pecados y aceptó al Señor Jesús como su Salvador personal. A pesar de las amenazas de sus parientes incrédulos, ella permaneció fiel a su fe. Se hizo bautizar y no se perdía ninguna reunión cristiana. Una vez más se comprueba la exactitud de este versículo: “Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” (Isaías 55:11).