Se corrompió la tierra delante de Dios,
y estaba la tierra llena de violencia.
Génesis 6:11.
¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen,
y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?
¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad,
ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?
Romanos 2:3-4.
y estaba la tierra llena de violencia.
Génesis 6:11.
¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen,
y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?
¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad,
ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?
Romanos 2:3-4.
Antes del diluvio, Dios declaró cómo veía la tierra: corrupta y llena de violencia. Los hombres que la habitan actualmente, ¿han cambiado? Se sigue sufriendo la violencia y de buena gana se la denuncia; se trata de combatirla. ¡Cuántos organismos, conferencias y discusiones procuran con esfuerzo detener esta plaga en tal o cual punto del mundo… incluso en la escuela y en las familias! Asimismo, frecuentemente se descubren asuntos de corrupción y abusos en la administración de los bienes públicos. Todos quisiéramos que desapareciesen estos problemas. Dios es perfectamente consciente de los sufrimientos de la humanidad. Es paciente, pero se acerca el día en que pedirá cuenta a los hombres. Sacará a luz todos nuestros hechos. No juzgará según las leyes humanas que a veces son tan injustas permitiendo actos que Dios condena. Si analizamos la situación honestamente, aun nuestra conciencia nos acusa. Pero quien reconoce que ha pecado y le da la razón a Dios en esto, sabe que Él le dio una solución para que no sea condenado. Jesús dijo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida (Juan 5:24).