jueves, agosto 09, 2007

El Libro

Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos.
Salmo 119:162.

¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!
Más que la miel a mi boca.
Salmo 119:103.

Damos gracias a Dios,
de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros,
la recibisteis no como palabra de hombres,
sino según es en verdad,
la palabra de Dios.
1 Tesalonicenses 2:13.
El escritor escocés Walter Scott (1771-1832) es el autor de más de sesenta obras populares. Estando en el lecho de muerte pidió a su yerno que le trajera “el Libro”. Como tenía una inmensa biblioteca, su yerno quedó sorprendido por la imprecisión del pedido y preguntó: –¿Qué libro? Scott respondió: –Sólo hay un Libro, y señaló la Santa Biblia. Al final de su vida, el gran escritor valoraba con precisión la importancia de la Palabra de Dios. «El Libro» ocupaba el primer lugar entre todos los demás libros. Abraham Lincoln escribió: «Creo que la Biblia es el mejor regalo que Dios haya dado al hombre. Todo lo excelente que el Salvador del mundo tenía para nosotros está contenido en el Libro». Totalmente equivocado, el escritor francés ateo Voltaire declaró hace más de dos siglos: «Dentro de cien años, la Biblia será tan anticuada como el almanaque del año pasado». Permítanos preguntarle, amigo lector: La Biblia, ¿qué es para usted? ¿Ha recibido su mensaje? ¿La ha leído alguna vez? ¿Pasará indiferente al lado de tan grande tesoro?