"Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra. Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida. Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti."
Génesis 12:10-13 RVR1960
¿Se seca su fe cuando se encuentra con problemas? Tal vez oró por una situación y esperaba que Dios actuara de acuerdo con sus deseos, pero no lo hizo. Aunque esperaba un camino sin complicaciones, le dio uno con baches, giros y vueltas, que le dejaron preguntándose dónde estaba Él. Prometió cuidar de usted, pero en cambio se sintió abandonado.
Estas son situaciones que ponen a prueba nuestra fe, y son comunes a todos los creyentes. Abraham, un hombre con una gran fe, obedeció la orden de Dios de dejar su casa y viajar a Canaán. Uno esperaría que el Señor honrara una obediencia tan confiada con bendiciones, pero no pasó mucho tiempo antes de que Abraham se enfrentara a otro desafío de fe: una hambruna. Esta vez, su confianza flaqueó. En lugar de creer que Dios proveería, huyó a Egipto y tomó decisiones más tontas y costosas.
La próxima vez que usted se sienta tentado a pensar que Dios le ha fallado, recuerde que los problemas son uno de los medios que Él utiliza para fortalecer su fe en Él. Cuando las circunstancias parezcan indicar que a Él no le importa, manténgase firme en las verdades de las Sagradas Escrituras y fije sus ojos en el Señor, quien siempre es fiel.
Dios te bendiga.