“Cuando Jesús dijo: Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”
Lucas 12:34
Jesús enseñó sobre las riquezas. Jesús sabía a la perfección que, el problema en sí no radica en tener o no tener, sino en dónde atesoramos lo que tenemos, pues, si el tesoro está guardado en el corazón, ocupa un lugar que sólo le corresponde a Dios; pues, la Biblia dice que, el amor al dinero es la raíz de toda clase de mal y algunas personas, en su intenso deseo por el dinero, se han desviado de la fe verdadera y se han causado muchas heridas dolorosas.
Así que, cuando el oro está en tu corazón, no hay espacio para otra cosa y lo único que hace es alejarte de Dios y de los tesoros espirituales.
Si eres consciente de que las riquezas materiales ocupan un lugar de privilegio en tu vida, empieza a buscar más aquellos tesoros que no son perecederos, aquellos que son eternos.
Recuerda que donde esté tu tesoro va a estar tu corazón y eso definirá no sólo el rumbo de tu vida terrenal, sino también la eterna. No permitas que las riquezas te cieguen.
Bendiciones.
