"Entonces Jonás oró al Señor su Dios desde el vientre del pez, y dijo: «Señor, en mi angustia te invoqué, y tú me oíste. Desde el fondo del abismo clamé a ti, y tú escuchaste mi voz."
Jonás 2:1-2 RVC
A causa de su desobediencia Jonás se encontró en la barriga de un gran pez. ¿Te puedes imaginar un lugar más solitario y que dé más miedo? Me pregunto si Jonás pensaba si alguna vez saldría de allí. Desde el interior de ese pez, Jonás clamó a Dios y por supuesto, el Señor le escuchó.
Cuando pedimos cualquier cosa de acuerdo a Su voluntad, Él nos escucha, tal como lo asegura Su Palabra:
"Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye." (1 Juan 5:14 RVR1960)
Tengamos bien presente una vez más que cuando le pedimos por nuestros sueños más locos, Dios nos escucha siempre que estemos orando de acuerdo a Su voluntad perfecta.
El Señor escuchó los gritos de Jonás en la barriga de un pez, así también Él escuchará tu clamor allí donde estés. "Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos." (Salmo 34:15 RVR1970).
¿Alguna vez has sentido que Dios no escucha tus oraciones? Nada podría estar más lejos de la verdad. Él no solo te escucha, sino que conoce las palabras que vas a decir incluso antes de que salgan de tu boca (Salmo 139:4).
Saber que el Creador del Universo escucha nuestras oraciones nos da la paz y el gozo que nuestra alma desea.
Demos gracias por la seguridad que tenemos en el Señor.
Bendiciones.
Jonás 2:1-2 RVC
A causa de su desobediencia Jonás se encontró en la barriga de un gran pez. ¿Te puedes imaginar un lugar más solitario y que dé más miedo? Me pregunto si Jonás pensaba si alguna vez saldría de allí. Desde el interior de ese pez, Jonás clamó a Dios y por supuesto, el Señor le escuchó.
Cuando pedimos cualquier cosa de acuerdo a Su voluntad, Él nos escucha, tal como lo asegura Su Palabra:
"Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye." (1 Juan 5:14 RVR1960)
Tengamos bien presente una vez más que cuando le pedimos por nuestros sueños más locos, Dios nos escucha siempre que estemos orando de acuerdo a Su voluntad perfecta.
El Señor escuchó los gritos de Jonás en la barriga de un pez, así también Él escuchará tu clamor allí donde estés. "Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos." (Salmo 34:15 RVR1970).
¿Alguna vez has sentido que Dios no escucha tus oraciones? Nada podría estar más lejos de la verdad. Él no solo te escucha, sino que conoce las palabras que vas a decir incluso antes de que salgan de tu boca (Salmo 139:4).
Saber que el Creador del Universo escucha nuestras oraciones nos da la paz y el gozo que nuestra alma desea.
Demos gracias por la seguridad que tenemos en el Señor.
Bendiciones.