domingo, julio 18, 2021

Dios escucha nuestra oración

"Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras."
 Daniel 10:12
Desde su juventud, el profeta Daniel oraba a Dios con una gran fe. Oraba fervientemente por su pueblo exiliado junto con él en Babilonia. Oró durante 21 días (Daniel 10:13), y aunque la respuesta solo llegó al final de las tres semanas, Dios lo escuchó desde el primer día. Estaba atento a las preocupaciones de su muy amado siervo, quien temía por el futuro de su pueblo.
El libro de los Hechos dice que Cornelio, comandante de una compañía del ejército romano, quien todavía no conocía el Evangelio, oraba continuamente. ¿Lo escucharía Dios? Por supuesto: le envió un ángel para que le dijese: “Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios” (Hechos 10:4).
Cuando Agar y su hijo estaban en el desierto sin recursos, Dios escuchó la voz del niño: Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. (Génesis 21:17).
Dios escucha nuestras oraciones, se acuerda de ellas y no olvida ninguna. Muy a menudo, solo después de haber recibido lo que pedimos (curación, éxito en un examen, etc.), creemos haber tenido una respuesta de parte de Dios. Pero Dios responde de varias maneras: a veces dice “sí”, otras veces dice “no”, o incluso dice “espera un poco”. ¿Sabemos discernir su respuesta?
Dios siempre escucha nuestras oraciones, incluso nuestros suspiros. Permanezcamos serenos y confiemos en el amor de Dios: la buena respuesta llegará en el momento oportuno.
Jesús oraba continuamente y decía a su Padre: “Yo sabía que siempre me oyes” (Juan 11:42). 
Dios siempre está atento para escuchar la voz de sus hijos, y responde en el momento oportuno, tal como lo asegura Su Palabra:  
Así que, cuando tengamos alguna necesidad, acerquémonos con confianza al trono de Dios. Él nos ayudará, porque es bueno y nos ama. (Hebreos 4:16).
Bendiciones.