martes, mayo 27, 2008

El Espíritu Santo es tu Ayudador

Romanos 8:26
“De la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.”.


El Espíritu Santo nos ayuda a orar en forma exitosa y positiva. Él nos ayuda a convertir nuestras áreas débiles en áreas fuertes. Trae revelación a nuestro espíritu de lo que viene de Dios. Es nuestro Guía, nuestro Maestro, nuestro Ayudador. Él es el que nos ayuda a fluir en el amor de Dios para con los demás, a manifestar los dones, a ser llenos de sabiduría y a impartirla por todo lugar que nos movemos. Al caminar con Él, elevamos nuestro camino a un nivel de excelencia. Por eso, es muy importante que no limitemos Su accionar en nuestras vidas. Cada día debemos buscar conocer más de la Palabra de Dios, pasar tiempo en oración y permitir el fluir en lenguas. Todo esto le da lugar al Espíritu Santo para que nos traiga revelación sobre lo que tenemos que hacer para ir caminando hacia el sueño de Dios. Cada vez que recibimos Su guía, debemos obedecerle. Si nos muestra que en nuestro corazón estamos guardando algún rencor, alguna actitud equivocada que perjudica nuestro carácter, tenemos que sacarla, cambiarla. Él no sólo nos enseña, sino también nos ayuda; pero el paso de obediencia lo debemos dar nosotros. Las cosas del Espíritu no tienen límites salvo los que le pongamos nosotros. No debemos oprimir con nuestros pensamientos, los pensamientos de Dios; por el contrario, debemos elevar nuestros pensamientos a los de Él. Por lo tanto, no digas más “no se puede” “es difícil”. Tú tienes al ayudador enviado por Dios. No intentes hacer las cosas en tus propias fuerzas, utiliza las de Dios. Tú has sido fortalecido con poder en el hombre interior por Su Espíritu. Tú eres templo del Espíritu Santo. Tienes el mismo poder que levantó a Jesús de entre los muertos, morando en tu interior. Él vivificará todo tu ser, espíritu, alma y cuerpo. Caminarás en amor, caminarás en perdón, caminarás libre de toda herida del pasado, caminarás libre de toda contaminación, caminarás libre de toda murmuración, caminarás libre de todo chisme, caminarás en victoria. En otras palabras, cuando dejas que Él te guie y te ayude harás que dejes por todos lados una historia de bendición ¡Aleluya!
“Padre celestial, gracias por tu Espíritu Santo. Él me hace fuerte y me ayuda a vivir en la victoria que Jesús conquistó para mi vida. Caminaré en obediencia, caminaré en Tu Espíritu. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.