viernes, mayo 23, 2008

Caminando en las ideas de Dios

Mateo16:22
“Y Pedro, tomando aparte a Jesús, comenzó a reprenderle, diciendo: Señor, ten compasión de Ti; en ninguna manera esto Te acontezca”.

Pedro llevó aparte a Jesús para darle un consejo. Jesús vino con un plan, pero Pedro tenía otra idea. “Tengo una idea, te tengo que decir algo, no lo hagas”. Pero Jesús jamás buscó la aprobación de la gente para hacer la voluntad de Dios. Y le respondió: “¡Quítate de delante de Mí, satanás!...”. Imagínate los que estaban alrededor lo que estarían pensando: “¡Menos mal que no hablé yo!”. Pedro estaba poniendo la mira en las cosas de los hombres, y No en las de Dios. Lo importante es tener ideas dirigidas por Dios y no grandes ideas. Lo importante es saber si nuestra idea es una idea de Dios. Y muchas veces tendremos que pasar por arriba de opiniones para hacer lo que Dios dice y construir un futuro de bendición para nuestros herederos. Debemos correr la carrera con la visión de lo de arriba, y no controlado por lo que dice la gente, los amigos, los familiares. Jesús estaba corriendo una carrera por delante. El tiempo se le estaba cumpliendo. Por eso le dice a Pedro: “me eres estorbo; porque no entiendes lo que es de Dios, sino lo que es de los hombres”. Lo estaba distrayendo del propósito de Dios. Satanás estaba usando a Pedro para distraer a Jesús de lo que tenía que realizar. “Si supieras Pedro que lo que voy a realizar le va a traer el bienestar a millones de personas durante el curso de la humanidad. Si supieras Pedro que voy a abrir el camino de vuelta al cielo, a la eternidad. Si supieras Pedro que lo que voy a hacer traerá bendiciones y más bendiciones, no me distraerías, no dirías que no me conviene”. Pedro era muy sentimental. Él lo quería cuidar, él ponía el máximo de amor humano que podía alguien tener. Pero no estaba mirando lo celestial, no tenía el discernimiento del propósito de Dios. Hay personas que pueden opinar, en la carne, acerca de tu vida; pero tú sabes que te estás moviendo en la dirección del Espíritu. Recibe esta palabra en este momento: “Sigue corriendo la carrera hacia adelante con tú mirada puesta en lo de arriba no en lo de la tierra porque Dios te abrirá las puertas y te llevará a nuevos niveles de bendición y de victoria. Nadie tiene el derecho de robarte tu destino profético. Realizarás la tarea de Dios con un respaldo divino”.
“Padre celestial, revélate a mi vida. Quiero, como Jesús, mantenerme en Tu perfecta voluntad. Dame el discernimiento para no oír las voces que me quieran desviar. Anclo mi alma a Tu propósito y sé que Tú me guiarás. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.