“Conforme a la gracia de Dios que me fue dada, yo, como sabio arquitecto, puse el fundamento, y otro edifica sobre él. Pero cada uno tenga cuidado cómo edifica encima. Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo. Ahora bien, si sobre este fundamento alguien edifica con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja, la obra de cada uno se hará evidente; porque el día la dará a conocer, pues con fuego será revelada. El fuego mismo probará la calidad de la obra de cada uno. Si permanece la obra de alguien que ha edificado sobre el fundamento, recibirá recompensa. Si la obra de alguien es consumida por el fuego, sufrirá pérdida; sin embargo, él será salvo, aunque así como a través del fuego.”
Tu vida es como un edificio, necesita de muy buenos cimientos para ser grande y permanecer en pie frente a los vientos, las cargas y demás condiciones que lo afecten. Un edificio puede tener muy buenos materiales de revestimiento y ser agradable a la vista, pero lo importante no está allí, lo que determina la calidad del edificio es el tipo y calidad de la estructura e instalaciones interiores. Tú debes ver en qué está cimentada tu vida y con qué tipo de materiales la estás sobreedificando. Pregúntate ¿Está mi vida hoy más fuerte que ayer? De nada te sirve mantener una apariencia de cristiano, ir a
domingo, enero 27, 2008
Tu mañana comienza hoy
1 Corintios 3:10-15: