miércoles, enero 23, 2008

Meditación

Nunca se apartará de tu boca este
Libro de la Ley, sino que de día y
de noche meditarás en él, para que
guardes y hagas conforme a todo lo
que en él está escrito; porque entonces
harás prosperar tu camino, y todo
te saldrá bien.
Josué 1:8

Mucha paz tienen los que aman Tu Ley,
y no hay para ellos tropiezo.
Salmos 119:165
Ada en sus creencias personales tenía un poco de todo, cristianismo, budismo, yoguismo, masonería, meditación trascendental, cartomancia, astrología, catolicismo, y otras. Últimamente, Ada, estaba dedicando bastante tiempo a la meditación, ya que ella sabía que los cristianos meditaban y gozaban de una paz maravillosa. Ella quería obtener esa paz y que su hija Ester también la tuviera. Así que juntas iban a reuniones de meditación para poder encontrar ese preciado tesoro de la paz interior, meditando por horas acerca de las cosas que habían hecho durante el día y poder así eliminar lo malo y cultivar lo bueno. Un día Ester le preguntó a un tío, que era cristiano, qué opinión tenía él de la meditación. Como respuesta el tío le dijo: "Suponte que tú tienes un auto que por alguna razón no funciona. Alguien te dice que lo revises para ver donde está la falla, pero tú sorprendida le respondes: 'Yo no sé nada de mecánica. Y aunque supiera lo que tiene, igual necesito un mecánico'." Ahora si tú, Ester, aplicas este ejemplo a tu meditación personal, vas a descubrir que aunque medites por horas acerca de las cosas malas que hay en ti jamás podrás autoarreglarte --- ¡Necesitas la ayuda de quien te hizo!" El Señor quiere que meditemos, pero en Su Palabra. Dios nos hizo y Él sabe cuales son nuestras necesidades. Si algo funciona mal en nuestras vidas, Él puede 'arreglarnos'. Si nos sometemos a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y meditamos en Su Palabra recibiremos Su hermosa paz, que tanto ansían Ester y su mamá Ada.