martes, septiembre 07, 2021

Dormir es una forma de cuidar nuestro cuerpo, templo del Espíritu Santo

“¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos?” (1 Corintios 6:19)
Dormir es una necesidad básica para los seres humanos, como la alimentación y la hidratación. Como el aire que respiramos. Aunque la ciencia del sueño está en su infancia y hay muchas preguntas por resolver, una cosa es clara: el sueño es críticamente importante para el funcionamiento del organismo. Mientras dormimos, el sistema inmune y el tejido cerebral son restaurados. Durante nuestras horas de descanso nocturno, las neuronas se reparan a sí mismas y nuestra memoria se consolida. El sueño también favorece el crecimiento adecuado de nuestro cuerpo, gracias a que la glándula pituitaria genera una hormona necesaria para el desarrollo muscular. Si nos privamos del descanso sufriremos las consecuencias. 
Cuando nos resistimos a dormir, estamos violentando el cuerpo que Dios nos ha concedido. Estamos tomando un don del Señor y usándolo a nuestro antojo. Por otro lado, cuando hacemos lo mejor que podemos por dormir las horas que debemos dormir (entre 7.5 y 9 horas para la mayoría de los adultos), estamos cooperando con la restauración física de nuestro organismo. Estamos abrazando nuestras limitaciones y declarando que el diseño de Dios es necesario para nuestro bienestar. Él es quien nos hizo para seguir patrones de trabajo y reposo. Atender a estos ritmos de la mejor manera que podamos, buscando siempre ser obedientes, es glorificarle.
Dios te bendiga.