lunes, septiembre 20, 2021

¿ES EL DINERO LA UNICA FORMA DE SER BENDECIDOS?

“El rico y el pobre se encuentran; A ambos los hizo Jehová.”
Proverbio 22:2. 
En la actualidad hay mucha gente que relaciona el tener dinero con ser bendecido, pero ¿tener dinero será realmente ser bendecido?. La mayoría de las personas que pasan por un estado financiero difícil tienden a frustrarse, por consiguiente se entristecen y hasta terminan llevando una vida de amargura porque lamentablemente ven todo desde el punto de vista errado. 
Existen quienes se preguntan  “¿por qué Dios no me prospera?, ¿es la voluntad de Dios que yo toda la vida sea pobre?. No tener una respuesta nos lleva a pensar tantas cosas que creemos que por ser hijos de Dios nuestro estado económico tiene que ser el mejor. A esta idea se le suma el hecho de que hoy día solo se enseñe que Dios quiere prosperarnos, que Dios te va a multiplicar si haces esto o esto otro. Todo ello nos ha llevado creer que es cierto, que si somos hijos de Dios no tenemos que ser pobres, que si somos hijos de Dios Él tiene que bendecirnos. 
Pero ahora es necesario que comprendas que tu puedes ser pobre, de clase media, alta o millonario y eso no tiene nada que ver en ser o no bendecido o en ser o no hijo de Dios, porque el dinero no tiene influencia en tu identidad delante de Dios. Fue el mismo Jesús quien dijo en Mateo 8.20: “…Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza.” Jesús vino a este mundo siendo pobre, naciendo en un establo, sus padres no eran ricos, Él creció siendo pobre y murió siendo pobre. Entonces una buena pregunta que hacernos sería, ¿si el Hijo de Dios, no tuvo bienes materiales, por qué nos afanamos en pensar que si no tengo dinero entonces no estoy bendecido? Si prestáramos más atención entenderíamos que muchas veces las personas más felices son aquellos que no tienen grandes posesiones materiales. 
Una de las razones por las que algunos de sus discípulos se desanimaron y dudaron sobre el propósito de Jesús es porque Él no venía a fundar un reino material, por el contrario, Jesucristo vino a implantar un reino espiritual basado no en las cosas materiales, sino en lo espiritual, en lo que perdura por toda una eternidad. 
Y esto no significa que tener dinero no es ser bendecido, o que contar con buenas ganancias económicas sea malo, ¡NO!, sino sobre la inconformidad que existe en muchos corazones por su estado económico, que a la final se convierte en una total y completa infelicidad que existe por no ver lo material y económico crecer en sus vidas. 
Tú fe en Dios no tiene que estar basada en la cantidad de bienes o dinero que tengas, sino mas bien en tu certeza que Él tiene cuidado de ti y en la convicción de que pronto veras una respuesta. Debemos aprender a vivir con contentamiento de nuestro estado, entonces aprenderemos a disfrutar de la vida espiritual plena que Dios quiere que vivamos, porque esta no se basa en bienes y dinero, en prosperidad económica, sino en lo felices que somos en su presencia y viviendo cada día a su lado. Como lo escribió Pablo en Filipenses 4:11-12 “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.”  Aunque ganar dinero sea necesario, nunca nos podrá garantizar nuestro destino, por el contrario, confiar en Dios independientemente de nuestro estado financiero sí que lo hará.   
Dios te Bendiga.

domingo, septiembre 19, 2021

NO UTILICES EL CANSANCIO COMO UNA EXCUSA PARA RENDIRTE.

"Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre." 
Salmos 73:26. 
El cansancio es un factor debilitante que no solamente afecta nuestro físico, sino que podría repercutir aun en el área mental, emocional y espiritual. 
El cansancio comúnmente se puede expresar como una debilidad o falta de fuerza física, generalmente provocada por la realización de un esfuerzo o trabajo. Muchos hoy están cansados de esperar, de orar, de servir, de trabajar, de cuidar a su familia, de las diferentes responsabilidades que tienen, y también hay otros cansados de ser buenos y nos ver resultados favorables. Pero la fatiga o el cansancio son parte de la vida del ser humano, mientras menos descanso tengamos, más cansancio acumularemos, hasta cuando llega los  momentos en donde estamos en nuestro límite y no queremos hacer nada de nada. Es entonces cuando debemos aprender a llevar el cansancio a la presencia de Dios, porque generalmente uno de los motivos de esta debilidad es que ya no estamos disfrutando nada de lo que hacemos, por tanto es una buena razón para de ir delante del Señor con una actitud diferente. 
El cansancio espiritual es un estado peligroso en la cual muchos cristianos se encuentran y esto suele ocurrir por la falta de 
nutrición de la Palabra y por el descuido de la comunión con Dios. Cuando estos elementos esenciales se pierden, es cuando el creyente ya no siente sabor en la vida cristiana. 
Muchos creyentes están cansados del camino; están cansados de llevar la cruz de Cristo, ya se cansaron de hacer el bien, de ser pacientes; esto no son más que síntomas del agotamiento espiritual y no es que sufran de fatiga crónica, no es estrés, sino es un problema espiritual. Existen un sin número de creyentes que han perdido fuerzas, ya no se alimentan de la Palabra, y están en peligro de ser presas del enemigo. Por tanto, es necesario venir urgentemente a la fuente de fortaleza, en donde el Señor saciará nuestra alma, de modo que nos rejuvenezcamos como el águila y así podamos remontar en las alturas, tal como lo declara Isaías 40:29 “El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.”
Dios te Bendiga.

sábado, septiembre 18, 2021

TRANSFORMANDO LA ADVERSIDAD EN BENDICIÓN

"Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job."
Job 42:10 
Son muchos los que han oído hablar de este hombre que tuvo que pasar por muchas pruebas y adversidades pero que, gracias a que esperó siempre una respuesta de parte de Dios y estuvo dispuesto a aprender, a ser formado y tratado por las amorosas manos de su Alfarero divino, pudo transformar su adversidad en la mayor bendición para su vida.⁣
⁣Es posible que hoy en día estemos atravesando una situación semejante a la de Job, con dificultades personales, familiares, económicas. Es posible que, al igual que Job estemos concentrados en el problema y miremos más la adversidad que a Dios mismo. 
En Mateo 14:28-30 leemos "Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!"
Algo semejante fue lo que vivió Pedro cuando caminaba sobre las aguas; apartó su mirada del Señor y experimentó que se hundía. Casi todos hemos tenido momentos de duda o incredulidad que nos impiden ver los milagros y la respuesta de Dios, y nos hacen percibir los problemas como grandes e imposibles de resolver.
⁣Pero hay algo maravilloso que muchos no conocen, y es la forma como Job logró ver la gloria de Dios en medio de la situación adversa. Dice la Biblia que cuando Job oró por sus amigos, Dios quitó su aflicción y aumentó al doble lo que antes tenía. El secreto está en dejar de mirarnos a nosotros mismos, en dejar de mirar sólo el problema, buscar a Dios en oración, disponiéndonos aun a orar por otros y a ser instrumentos en las manos de él para bendición de otros. Cuando intercedemos por nuestros familiares, amigos, discípulos y por el mundo, vemos cómo Dios actúa, fortaleciendo nuestra fe, respondiendo a nuestra necesidad y quitando la aflicción.⁣
La oración de intercesión es una de las formas de orar que indiscutiblemente nos lleva a ver los grandes milagros y maravillas que el Señor hace a favor nuestro y de aquellos por los cuales intercedemos. Toma hoy mismo la decisión de dejar las dificultades en las manos de Dios y orar por otras personas.⁣
⁣Dios te bendiga.

viernes, septiembre 17, 2021

EL DESIERTO, UN CAMINO A LA TIERRA PROMETIDA.

“Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.”
Oseas 2:14. 
Un desierto en el ámbito espiritual son aquellas etapas de nuestra vida en las que producto de algún escenario inesperado somos golpeados por situaciones perturbadoras, en las que nuestra fe es probada y tal vez dejemos de orar, de leer la Palabra de Dios y agobiados por el desánimo perdemos el anhelo ferviente por lo espiritual. ¿Te has sentido alguna vez así? Seguramente si, pues en algún momento de nuestra vida hemos experimentado esos instantes en donde por alguna razón nos sentimos abandonados, en donde después de mucho tiempo nos encontramos terriblemente desesperados. 
Los desiertos son silenciosos, son esa clase de episodios que quisiéramos pasar por alto, de esos momentos que no quisiéramos que existieran, porque simplemente nos desesperamos al no ver ni oír nada, y por más que caminamos seguimos sin percibir vida, ni sonido alguno. Es el silencio lo que Dios muchas veces permite en nuestras vidas  por alguna razón específica y aunque  muchos de nosotros quisiéramos escuchar que es lo que Él tiene que decirnos en esos momentos,  a veces hablamos tanto que se nos es difícil escucharlo. 
Al mirar la historia del Pueblo de Israel vemos que en el pasado Dios llevó a su pueblo bajo el mandato de Josué a la tierra prometida, pero no sin antes atravesar un desierto. Y es que no se puede llegar a la tierra de bendición si primero no aprendemos las lecciones en la tierra del desierto. Dios mantuvo a su pueblo por un tiempo determinado en el desierto para darles algunas lecciones espirituales a ellos y a las generaciones siguientes y así permitirles entrar en la tierra prometida. Su duro corazón convirtió un viaje de sólo 40 días en un camino que se extendió por 40 años, tal como se especifica en Números 14:34 “Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo.”
Como creyentes fieles y entendidos debemos interpretar el tiempo de desierto como una etapa determinada por Dios para prepararnos para la buena tierra que nos ha prometido. 
Dios te Bendiga.

jueves, septiembre 16, 2021

ES BUENO SER AGRADECIDOS.

“Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.”
Colosenses 3:15. 
La gratitud va mucho más allá de dar las gracias, es estar contento con lo que tenemos  y con lo que somos y en función a eso poder servir de apoyo a los demás como un día lo hicieron con nosotros. 
Una muy conocida fabula infantil expresa la importancia de ser agradecidos con quienes nos prestan su ayuda: “Una cierva perseguida por unos cazadores se refugió en una viña. Cuando los hombres empezaron a alejarse, la cierva, creyéndose bien escondida, empezó a saborear las hojas de la viña que la cubrían. Los cazadores, al ver que las hojas se movían, pensaron, que allí se escondía algún animal. Dispararon sus armas e hirieron mortalmente a la cierva. Sus últimas palabras fueron: - ¡Lo tengo merecido, pues no debí haber hecho daño a quien me estaba salvando de una muerte segura!”
Mirando en las escrituras un poco más a fondo, comprendemos por qué deberíamos ser agradecidos con Dios y Salmos 136:1 nos da una clara idea: “Alabad a Jehová, porque él es bueno, Porque para siempre es su misericordia.” Pero esta virtud no es solamente para con Dios sino también con quienes están a nuestro alrededor y de alguna forma u otra también nos prestan su colaboración en las situaciones adversas de la vida, como se anuncia en Proverbio 3.27 “No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo.” 
Cuando no hay un corazón agradecido, las personas se cierran las puertas para recibir bendición y apoyo y pierden oportunidades tremendas de gozo y satisfacción, por esta razón, a partir de hoy comienza a practicar una actitud de agradecimiento primero a Dios y luego a tu prójimo, pero sobre todo a aquellas personas que hacen algo por ti. Entonces  descubrirás que una nueva luz iluminará tu sendero. 
Dios te Bendiga.

miércoles, septiembre 15, 2021

EL PRECIO POR TU BENDICIÓN.

“Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata.”
2 Samuel 24:24. 
Sin ninguna duda cada uno de nosotros desea o por lo menos ha deseado ver en nuestra vida grandes resultados, sin embargo, tristemente pocos estamos dispuestos a pagar el precio para ver realizados los anhelos de nuestro corazón. A veces quisiéramos que las cosas fueran tan fáciles como orar y que a los dos segundos siguientes nuestra oración sea contestada, pero por lo general las cosas no son así de fáciles, por esta razón, una buena pregunta seria, ¿estarías dispuesto a pagar el precio para ver tus sueños realizados? 
Dios nos ha prometido cosas hermosas y si bien es cierto que nos gustaría verlas ahora mismo, o dentro de unas horas, la realidad nos ha enseñado que las cosas buenas tardan en llegar. En Mateo 25:8-9 encontramos lo siguiente: “Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.” Cuando en la Biblia habla del aceite, hace referencia al Espíritu Santo, y específicamente esto no significa que pueda comprarse con dinero, lo que Jesús quería enseñarnos es sobre la 
importancia de que como personas paguemos un precio por lo que deseamos, lo que implica la renuncia de nuestras propias voluntades, la fidelidad y la obediencia a la Palabra de Dios. Las vírgenes prudentes, seguramente, pagaron el precio durante el tiempo que esperaban por el Novio. Con certeza se preparaban invirtiendo en la vida espiritual con oración, ayuno, consagración y renuncias, no dejando que el Espíritu se apagara. Pero lo cierto es que también existen aquellos que no están dispuestos a pagar el precio, quienes viven según sus deseos carnales y aunque tienen la lámpara, que es la fe, no poseen el aceite que es el Espíritu Santo, permaneciendo así lejos de Dios. 
Todas las vírgenes tuvieron la misma oportunidad, pero fue tarde para las insensatas, porque vivían distraídas y despreocupadas, tal como sigue el relato en Mateo 25:10-12 “Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.” 
Quizá el precio que tengamos que pagar será muy doloroso y en ocasiones vamos a querer renunciar, pero no te des por vencido, es importante que permanezcas luchando y el resultado que luego obtendrás será el más asombroso que jamás pensaste, porque Dios tiene cosas maravillosas para tu vida. 
Dios te Bendiga.

martes, septiembre 14, 2021

Esperar

“¿Hasta cuándo, oh SEÑOR? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás de mí Tu rostro?”
Salmos 13:1
Seamos honestos: Esperar es difícil. En ocasiones, doloroso. Creo que no podemos tapar el sol con un dedo fingiendo ser muy espirituales al hablar de este tema. Tú sufres la tensión de lidiar con la angustia y la frustración cuando el tiempo pasa y tienes que seguir esperando. ¡Eso es lo último que queremos experimentar!
En la espera gustamos el mismo sabor de desesperación e incertidumbre que asaltó al salmista.
¿Has estado ahí alguna vez? En esa etapa de la vida, lo que menos quieres escuchar es: “Espera en el Señor, hermano”. Esa frase es buena, pero la sientes amarga porque es posible que estés luchando con el pensamiento de si Dios realmente te ha olvidado.
Permanecer hasta que Dios actúe es un gran reto. La experiencia se agudiza cuando tienes la tentación de actuar por ti mismo, porque posees los recursos u oportunidades para lanzarte a ese plan por el cual has trabajado o has estado esperando hasta por años. Súmale a esto la presión ocasionada por la mentalidad de gratificación inmediata que caracteriza a nuestra generación. No obstante, esperar a que las cosas sucedan en el tiempo que Dios ha planificado es el mejor camino.
Esperar en el Señor durante la aflicción es necesario para que el Espíritu nos haga más santos, más parecidos a Cristo.
Dios te bendiga.

lunes, septiembre 13, 2021

Hechos extraordinarios

"Y saben que Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder. Después Jesús anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que eran oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él."
Hechos 10:38 NTV
El 20 de Julio de 1969, hace  52 años,  por primera vez en la historia de la humanidad un hombre puso el pie en la luna. Refiriéndose a este suceso, el astronauta americano James Irwin escribió: "Lo importante no es que el hombre haya caminando sobre la luna, sino que en la presencia de Jesús, Dios haya venido a caminar en la tierra". Antes esta proeza del hombre, la presencia de Dios en la tierra hace 2000 años es un hecho de alcance totalmente diferente. 
En el instante en que Neil Armstrong puso el pie en el suelo lunar, todo el planeta vivio unos momentos de gran entusiasmo. Pero cuando el hijo de Dios vino a la tierra, fue recibido con el odio y la hostilidad de su criatura. Los hombres, por naturaleza enemigos de Dios, rechazaron al enviado del cielo: inmediatamente trataron de matar a Jesús. 
El hecho de que un hombre llegase a caminar sobre la luna probó el alto grado de tecnología que hemos alcanzado. Pero Jesús en la tierra reveló a la vez la maldad del corazón humano y el amor de Dios con respecto a la humanidad perdida. Caminar sobre la luna halagó el orgullo del hombre pero la venida de Jesucristo a la tierra, su muerte en en el madero y su resurrección produjeron y demostraron su victoria resplandecient definitiva sobre el pecado y la muerte que dominan toda la humanidad. 
Que el hombre haya caminando sobre la luna no cambia gran cosa en nuestra cotidianidad. Pero el hecho de que Jesús haya venido a esta tierra  transforma totalmente la vida del que acude a Él y lo acepta como su Señor y Salvador cada día.
Dios te bendiga.

miércoles, septiembre 08, 2021

Dormir nos llena de energía para la misión que Dios nos ha dado

“Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo” (Colosenses 3:23)
Si no duermes bien, no trabajarás bien. Si descansas a medias, trabajarás a medias. No podrás cumplir con excelencia las buenas obras que Dios tiene preparadas para ti (Efesios 2:10).
¿Quién no ha experimentado los efectos debilitantes de la falta de sueño? ¿La incapacidad para concentrarse, la memoria defectuosa y los reflejos en cámara lenta? Sin mencionar la inestabilidad emocional y la irritabilidad. Dormir de manera inadecuada no solo nos afecta de manera personal, alimentando nuestra falta de confianza en Dios y deteriorando nuestra condición física. Dormir de manera inadecuada también afecta a todos los que nos rodean.
Sabemos que dormir bien es crucial para funcionar bien. Lo que se nos olvida es que, para los cristianos, cada día es un día clave en la misión de hacer discípulos que Jesús nos ha encomendado. Para los cristianos, cada labor cotidiana es una labor importante que debe ser hecha como para el Señor, sin importar lo insignificante que le parezca al resto del mundo. Las buenas noches de sueño no son un lujo que nos damos cuando “hay tiempo”. Las buenas noches de sueño son una de las maneras en las que buscamos equiparnos para hacer mejor aquello que Dios nos ha llamado a hacer. 
Por supuesto, habrá momentos en que, por amor a Dios y a nuestro prójimo, entregaremos nuestros cuerpos al servicio de las personas y nos veremos en la necesidad de dormir menos de lo recomendado. Sin embargo, las verdades bíblicas que hemos visto hasta ahora nos indican que esto no debe ser algo permanente. Nuestras limitaciones físicas simplemente no lo permiten. Llega un momento en el que intentar servir sin cuidar de los cuerpos que el Señor nos ha dado resulta perjudicial incluso para las personas a quienes buscamos servir.
Si estamos en una posición de servicio a otros que es particularmente demandante —padres, médicos y enfermeros, policías y bomberos, por ejemplo— es útil mirar el descanso adecuado como parte de ese servicio, no como algo que nos impide servir. Es cierto, quizá no podamos dormir tanto como quisiéramos, en las horas que quisiéramos o sin las interrupciones que quisiéramos; puede que tengamos que dejar pasar algunos eventos sociales u otros; tal vez será necesario pasar menos tiempo en redes sociales o en la televisión. Pero el ser obedientes y útiles lo vale.
Dios nos hizo criaturas que requieren pasar un tercio de sus vidas inconscientes y vulnerables. Esto es algo bueno. Recordemos que “Dios concede el sueño a sus amados” (Salmos 127:2)… ¡podemos disfrutarlo para Su gloria!
Dios te bendiga.

martes, septiembre 07, 2021

Dormir es una forma de cuidar nuestro cuerpo, templo del Espíritu Santo

“¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos?” (1 Corintios 6:19)
Dormir es una necesidad básica para los seres humanos, como la alimentación y la hidratación. Como el aire que respiramos. Aunque la ciencia del sueño está en su infancia y hay muchas preguntas por resolver, una cosa es clara: el sueño es críticamente importante para el funcionamiento del organismo. Mientras dormimos, el sistema inmune y el tejido cerebral son restaurados. Durante nuestras horas de descanso nocturno, las neuronas se reparan a sí mismas y nuestra memoria se consolida. El sueño también favorece el crecimiento adecuado de nuestro cuerpo, gracias a que la glándula pituitaria genera una hormona necesaria para el desarrollo muscular. Si nos privamos del descanso sufriremos las consecuencias. 
Cuando nos resistimos a dormir, estamos violentando el cuerpo que Dios nos ha concedido. Estamos tomando un don del Señor y usándolo a nuestro antojo. Por otro lado, cuando hacemos lo mejor que podemos por dormir las horas que debemos dormir (entre 7.5 y 9 horas para la mayoría de los adultos), estamos cooperando con la restauración física de nuestro organismo. Estamos abrazando nuestras limitaciones y declarando que el diseño de Dios es necesario para nuestro bienestar. Él es quien nos hizo para seguir patrones de trabajo y reposo. Atender a estos ritmos de la mejor manera que podamos, buscando siempre ser obedientes, es glorificarle.
Dios te bendiga.

lunes, septiembre 06, 2021

Dormir bien es una forma muy concreta de rendirnos y descansar en Dios

“En paz me acostaré y así también dormiré, Porque solo Tú, Señor, me haces vivir seguro” (Salmos 4:8)
Los cristianos creemos que Dios es soberano y tiene todas las cosas bajo su control. Para la mayoría de nosotros es fácil cantar u orar: “Te rindo mi vida; te rindo mis planes; confío en ti, Señor”. Lo difícil es vivirlo.
Lo bueno es que tenemos un recordatorio diario de que Dios no nos necesita trabajando 24/7 para que el universo siga funcionando.
Dios nos hizo criaturas que requieren estar inconscientes durante un tercio de sus vidas para funcionar de forma adecuada. Dios nos creó para que la actividad que necesitáramos hacer con mayor frecuencia sea rendirnos y quedar completamente vulnerables.
Esta es una verdad poderosa. A nadie le gusta rendirse. A nadie le gusta soltar el control sobre su familia, negocio o todo lo demás. Queremos estar ahí. Queremos atender las necesidades. Queremos estar pendientes de que todo marche bien. Pero es literalmente imposible para nosotros estar ahí todo el tiempo. Incluso cuando algún proyecto demandante o la enfermedad de alguno de nuestros hijos nos obliga a permanecer despiertos más de la cuenta, nuestro cuerpo no tarda en pasarnos factura. Nos guste o no, tenemos que rendirnos y dormir.
Podemos hacerlo de mala manera. Podemos renegar y ver el sueño como un mal necesario. Podemos resistirnos hasta ya no poder más y colapsar.
La otra opción es hacerlo de buena manera, con los ojos puestos en Dios. Confiamos en Él, así que podemos reposar. Nuestras familias, negocios y todo lo demás están en sus manos poderosas mientras nosotros descansamos y disfrutamos del descanso.
El sueño no es algo innovador, no es una idea humana, es un mandato divino. La Palabra nos dice que “ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31).
Dios te bendiga.

miércoles, septiembre 01, 2021

DIOS PROVEE

“Y Dios le ordenó: Toma a tu hijo, el único que tienes y al que tanto amas, y ve a la región de Moria. Una vez allí, ofrécelo como holocausto en el monte que yo te indicaré.”
Génesis 22:2
Abraham pasó por una dura prueba. Dios le pidió a Abraham que entregara a su hijo en sacrificio y Abraham obedeció. Y en el versiculo 7 del mismo capitulo 22 se lee:  "Isaac le dijo a Abraham: Padre, dime, hijo mío respondió Abraham. Aquí tenemos el fuego y la leña, continuó Isaac; pero, ¿dónde está el cordero para el holocausto? El cordero, hijo mío, lo proveerá Dios, le respondió Abraham."
Así que, has como Abraham cuando no veas nada, cuando no haya nada, declara Dios proveerá. Recuerda que, Dios suple tus necesidades, ÉL tiene el control de tu vida y aunque las cosas no te salgan como las has planeado, sigue siendo fiel a Dios y no a las condiciones. Ya sea que fracases o triunfes, Dios sigue siendo Dios y es el que provee tus necesidades.
Bendiciones