Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Mateo 11:28-30
Un yugo es un pesado aparejo de madera que se pone sobre dos o más bueyes y que se ata a cualquier cosa que se quiere que los bueyes arrastren. El yugo pesado que Jesús menciona en Mateo 11:28-30 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” indudablemente puede significar: la carga del pecado, opresión de tus líderes en el trabajo, dificultades económicas, rencores, limitaciones, tristezas, angustias, penas, enfermedades, entre otras. Jesús puede librarte de estas cargas pesadas que te oprimen y obligan a llevar una vida de angustia y complicada. En Jeremías 31:25 se aprecia lo siguiente: “Porque satisfaré el alma cansada, y saciaré a toda alma entristecida”, una relación con Dios transforma un trabajo cansador y sin sentido en productividad espiritual con propósito. El descanso que Jesús promete es paz con Dios, no el que uno tenga que dejar todo esfuerzo. Para poder andar por el camino de la vida con un ligero equipaje, es necesario entregarle a Dios las cargas pesadas y permitir que sea Él quien se ocupe de solucionarlas por ti. Es darle la potestad a Dios de actuar de la mejor forma para tu beneficio, ya que aferrarse a traerlos con nosotros implica que tengamos que retrasar nuestro avance, además de llenar nuestro ser de amargura. No existen cargas tan pesadas que Jesús no pueda llevar por ti ni existen problemas que Dios no pueda resolver, pero la solución solo depende de ti. En la medida que se las entregues a Él entonces empezarás a ver las soluciones al alcance de tus manos.
Dios te Bendiga.