Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. (2 Corintios 4:16).
En su gran mayoría los seres humanos nacemos con la tendencia intrínseca de vivir el momento, por esto a medida que pasan los años y se empieza a evidenciar y sentir la llegada de la mortalidad, se da lugar a invertir esfuerzos para revertir o retrasar lo inminente, sin embargo forma parte de un proceso normal y honroso, porque en su mayoría está acompañado de sabiduría y experiencia como lo relata la Biblia en Proverbio 16:31 “Corona de honra es la vejez que se halla en el camino de justicia.”. Muchos le temen a su edad, hay otros que la aceptan con alegría. Lo cierto es que cuando llegamos a una edad avanzada comenzamos a fatigarnos con mayor rapidez, ya que el cuerpo carece de la vitalidad que se tenía en la juventud y aunque esto forme parte de la naturaleza de la vida quienes tenemos a Dios no deberíamos afligirnos por la edad, es más, ninguna persona debería hacerlo pues el problemas no es envejecer, el problema es no haber vivido. Cada segundo en esta tierra es un regalo de Dios para cumplir nuestros sueños, es una oportunidad para vivir, para disfrutar cada minuto de nuestra vida que es lo que realmente importa. Así que en vez de preocuparnos por la edad mejor hagámonos estas preguntas ¿cómo estamos viviendo?, ¿estamos viviendo o solo sobreviviendo?, cuando tenga una edad avanzada ¿voy a mirar hacia atrás con amargura o con felicidad? Y no importa si ya somos mayores, aún nos quedan sueños por cumplir porque aún estamos a tiempo de cumplirlos, pues mientras haya vida hay esperanza. Claude Copin, una mujer de 85 años dice “Yo hago que mi vida sea hermosa”, qué bellas palabras. Hagamos que cada día de nuestra vida sea maravilloso, sea un motivo para agradecer y de seguir creciendo de la mano de Dios pues Él nos guía por el camino de la felicidad para que crezcamos en la gracia y el conocimiento de Cristo. El paso de los años en las personas además de canas aporta honra, respeto y admiración, mientras los jóvenes se enorgullecen de su fortaleza los ancianos lo hacen de sus años de vida y práctica. A los ojos de Dios no hay nada más bello que una vida recta dedicada a su servicio, porque el verdadero significado de la vida se cumple en el propósito que Dios nos ha dado y de cómo nosotros usamos nuestros días para realizarlo.
Dios te Bendiga.