Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. (Isaías: 54:2).
La Biblia y el mundo están llenos de hombres y mujeres ordinarios que lograron cosas extraordinarias. David quien era solo un joven pastor de ovejas que tuvo que vencer a un gigante, tal como le vemos 1 Samuel 17: 49-50 “Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra. Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano.”. Noé era un anciano padre de familia que hizo un arca cuya historia encontramos en Génesis 6:17-18 “Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo.” Hombres como Alexander Fleming quien fuera el creador de la penicilina. Cada uno de ellos tuvo que realizar un esfuerzo mayor y sobre todo romper sus límites para conseguirlos. ¿A qué te vas a atrever tú? o ¿a qué te has limitado a hacer? Lo que tienes que considerar es que los moldes no se rompen permaneciendo sentados sin hacer nada. La diferencia entre aquellos que se han superado y los que viven estancados, es que los primeros se han esforzado saliendo de su comodidad y trabajan para lograr sus objetivos. Muchas veces nuestros temores o el desánimo producido por quienes están a nuestro alrededor impiden que avancemos, pero aunque haya quienes no crean en ti, es importante que sepas que Dios sí lo hace y te ha dotado de toda la capacidad para romper barreras, moldes y superar a quienes te dicen que no podrás lograrlo. Hoy es el día de levantarte y dejar de lado todo lo que te impide avanzar, ¡No tengas miedo, sal de la zona de comodidad y esfuérzate!
Dios te Bendiga.