Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14).
Todos y cada uno de nosotros tenemos algo de lo que nos avergonzamos o nos sentimos orgullosos de haber hecho en nuestro pasado, de forma tal que siempre nos acompaña la tensión de lo que fuimos y de lo que queremos ser. Pablo tenía una fuerte razón para olvidar su pasado o lo que había dejado atrás en su pasada manera de vivir, pues entre otras cosas, había sido un fuerte perseguidor e instigador de violencia hacia los seguidores de Cristo, incluso colaboró cuidando la ropa de quienes apedrearon a Esteban quien fuera un mártir cristiano. Así lo señala Hechos 7:57-58 “Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo.”, sin embargo, luego de su conversión y justificación de pecado fue capaz de dejar todo esto atrás y proseguir hacia la meta de su vida. Al igual que Pablo nosotros también podemos empezar de nuevo, con nuestra esperanza en Cristo Jesús aseguramos un nuevo comienzo y sin duda alguna, hacerlo mejor esta vez. No te estanques en tu pasado, en su lugar concéntrate en el ahora, en el conocimiento de Dios y en tu relación con Él para que así puedas proyectarte hacia lo que tienes delante y te falta por alcanzar.
Todos y cada uno de nosotros tenemos algo de lo que nos avergonzamos o nos sentimos orgullosos de haber hecho en nuestro pasado, de forma tal que siempre nos acompaña la tensión de lo que fuimos y de lo que queremos ser. Pablo tenía una fuerte razón para olvidar su pasado o lo que había dejado atrás en su pasada manera de vivir, pues entre otras cosas, había sido un fuerte perseguidor e instigador de violencia hacia los seguidores de Cristo, incluso colaboró cuidando la ropa de quienes apedrearon a Esteban quien fuera un mártir cristiano. Así lo señala Hechos 7:57-58 “Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo.”, sin embargo, luego de su conversión y justificación de pecado fue capaz de dejar todo esto atrás y proseguir hacia la meta de su vida. Al igual que Pablo nosotros también podemos empezar de nuevo, con nuestra esperanza en Cristo Jesús aseguramos un nuevo comienzo y sin duda alguna, hacerlo mejor esta vez. No te estanques en tu pasado, en su lugar concéntrate en el ahora, en el conocimiento de Dios y en tu relación con Él para que así puedas proyectarte hacia lo que tienes delante y te falta por alcanzar.
¡No olvides que Dios te ha perdonado!, y ahora tienes la oportunidad de empezar de nuevo en dirección de una vida de fe, obediencia y que agrade a Dios en todos los aspectos.
Dios te Bendiga.
Dios te Bendiga.