miércoles, junio 11, 2008

Desarrollando adicción por la Palabra

1 Corintios 16:15
“Bien saben que los de la familia de Estéfanas fueron los primeros convertidos de Acaya, y que se han dedicado a servir a los creyentes. Les recomiendo, hermanos”.

A partir de esta meditación de hoy quiero que empieces a cultivar una adicción, pero una adicción a la Palabra de Dios. Quizás esto te parezca extraño, especialmente si no tienes mucho interés en la Palabra ahora. Pero, créeme, es posible. Lo único que tienes que hacer es decidir que lo vas a hacer. Enfoca tu tiempo y atención en la Palabra de Dios. Cuanto más te dediques a ella, más aumentarás tu deseo por la Palabra de Dios. Con el tiempo, tu mente estará absorta en ella. ¿Sorprendido? No deberías estarlo. Eso pasa con cualquier cosa a las que tú te dedicas totalmente. Por ejemplo, eso le pasa a los que se entregan a la pornografía. Conforme dedican más tiempo a esa actividad, el espíritu inmundo que opera por medio de ella empieza a tomar control de su consciente, y con el tiempo pasan de la actividad mental al hecho físico. Luego llegan al punto en que quieren más y más, y nunca podrán estar satisfechos, nada los saciará. Ese mismo principio puede aplicarse de una forma positiva cuando tú te dedicas a la Palabra de Dios. Puedes hacerlo hasta el punto de estar totalmente absorto en ella en mente y cuerpo, y cuanto más sacas de ella, más quieres seguir sacando. El Espíritu que opera por medio de la Palabra, el Espíritu Santo, te guiará y te llevará más cerca de Jesús de lo que te puedas imaginar. Nunca he conocido a nadie que haya andado poderosamente en la fe sin haber cultivado primero la adicción de entregarse por completo a la Palabra por un tiempo largo. No te estoy hablando de unos cuantos minutos, sino de un tiempo considerable meditando en Ella de día y de noche.

“Padre celestial, te doy gracias por Tu Palabra, Ella es medicina para mi vida, hoy me propongo ser una adicto de Tu Palabra, depender de Ella a cada momento de mi vida. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.