sábado, octubre 09, 2021

UNA BUENA TIERRA

“Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.” 
Mateo 13:8. 
Afortunadamente también existen los terrenos adecuados para la siembra, ¿Serás tú uno de ellos? En Mateo 13:23 Jesús explico el tipo de terreno fructífero para la siembra. “Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.” 
Este tipo de suelo está listo para recibir la semilla, porque el oyente posee un corazón dispuesto para creer en Dios, porque el Espíritu Santo previamente había hecho la convicción divina para que se transformara de un oyente a un creyente. Ningún ser humano puede lograr que ese cambio surta efecto en otros, solo Dios y el Espíritu Santo pueden arar el corazón. El verdadero conocimiento de Dios se revela en su Palabra tal como dice 1 Tesalonicenses 2:13 “Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes.”
En el libro de los Hechos 8:26-39 la Biblia narra como un funcionario Etíope que estaba leyendo la Palabra pero no la entendía, y el Espíritu de Dios colocó a Felipe en su camino, quien se subió al carro en el que 
viajaba el Etíope y le explicó el significado de la Palabra, aclarándole que Aquel que había sido llevado como oveja al matadero era el Señor Jesucristo, quien fue herido a causa de nuestra rebeldía y atormentado a causa de nuestras maldades. De esta manera aquel funcionario Etíope creyó y recibió a Cristo. 
Esa es una situación propia del reino de los cielos, en aquella ocasión, Felipe estaba sembrando la semilla de la Palabra de Dios en un buen terreno que sería el Etíope, quien luego de ese día nunca volvió a ser el mismo.  
Ten en cuenta que seguir a Jesús es mucho más que una sola decisión. A algunos cristianos les gusta contar el día en que fueron salvados al aceptar a Jesús, pero la vida cristiana no está completa en un día. En este mundo, la vida del cristiano es una batalla y una marcha. Dios nos llama a crecer en gracia y en el conocimiento de Él. Como Jesús explicó en esta parábola, algunas personas comienzan bien pero no completan el viaje; la semilla brota pero nunca da fruto. 
Dios te bendiga.