Santiago 1:5:
“Si a alguno de ustedes le falta sabiduría,
pídasela a Dios, y Él se la dará, pues Dios
da a todos generosamente sin menospreciar a nadie”.
Si tu vida ha llegado a una meseta y no sabes qué hacer. Si ves que no avanzas y todo es siempre lo mismo; no te conformes, no te rindas a vivir así. Hay algo más para alcanzar y debe determinarte a hacerlo. Hay mayores bendiciones para ti. Por eso, pídele al Espíritu Santo que te ilumine y te ayude. Es hora de que cierres un ciclo y entres en uno superior. Es importante que empieces buscando más profundamente la sabiduría de Dios para que tu mente, tus emociones, tu vida espiritual se pongan en orden y las cosas comiencen a funcionar. ¡Él te la dará en abundancia y sin reproche! Aprovéchala, no pierdas tiempo buscando soluciones en otros lugares. Escucha lo que Dios tiene para decirte. Retírate a tu lugar secreto, el lugar donde oras, y presenta tus problemas al Padre, no porque Él no sepa lo que te está pasando, sino porque eso demuestra que tu fe está puesta en Él como fuente de solución. Abre tu oído para escuchar lo que el Espíritu Santo tiene para decirte. Toma tiempo para leer la Palabra de Dios y sembrarla en tu corazón. No permitas que las preocupaciones la ahoguen. De esta manera, comenzarás a experimentar cómo el poder de Dios fluye a través de tu vida trayendo paz y orden en cada área, y mostrándote la solución a tu conflicto. Siempre permanece en una actitud de aprendizaje y humildad para que cuando el Espíritu Santo te muestre los cambios que tienes que hacer, hagas los ajustes necesarios. Toma la decisión de obedecer a lo que Dios te enseñe, sino esa sabiduría no redundará en ningún bien. Dios te ama y quiere ayudarte. Inclina hoy tu oído a la sabiduría que viene de tu Padre celestial. “Padre celestial, revélame hoy en tu inmensa sabiduría cómo salir de este nivel en que me encuentro hoy para entrar a ese mayor que Tú tienes preparado para mí. Necesito hacer cambios en mi vida y sé que tu Espíritu Santo me ayudarás. Gracias, En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.
Si tu vida ha llegado a una meseta y no sabes qué hacer. Si ves que no avanzas y todo es siempre lo mismo; no te conformes, no te rindas a vivir así. Hay algo más para alcanzar y debe determinarte a hacerlo. Hay mayores bendiciones para ti. Por eso, pídele al Espíritu Santo que te ilumine y te ayude. Es hora de que cierres un ciclo y entres en uno superior. Es importante que empieces buscando más profundamente la sabiduría de Dios para que tu mente, tus emociones, tu vida espiritual se pongan en orden y las cosas comiencen a funcionar. ¡Él te la dará en abundancia y sin reproche! Aprovéchala, no pierdas tiempo buscando soluciones en otros lugares. Escucha lo que Dios tiene para decirte. Retírate a tu lugar secreto, el lugar donde oras, y presenta tus problemas al Padre, no porque Él no sepa lo que te está pasando, sino porque eso demuestra que tu fe está puesta en Él como fuente de solución. Abre tu oído para escuchar lo que el Espíritu Santo tiene para decirte. Toma tiempo para leer la Palabra de Dios y sembrarla en tu corazón. No permitas que las preocupaciones la ahoguen. De esta manera, comenzarás a experimentar cómo el poder de Dios fluye a través de tu vida trayendo paz y orden en cada área, y mostrándote la solución a tu conflicto. Siempre permanece en una actitud de aprendizaje y humildad para que cuando el Espíritu Santo te muestre los cambios que tienes que hacer, hagas los ajustes necesarios. Toma la decisión de obedecer a lo que Dios te enseñe, sino esa sabiduría no redundará en ningún bien. Dios te ama y quiere ayudarte. Inclina hoy tu oído a la sabiduría que viene de tu Padre celestial. “Padre celestial, revélame hoy en tu inmensa sabiduría cómo salir de este nivel en que me encuentro hoy para entrar a ese mayor que Tú tienes preparado para mí. Necesito hacer cambios en mi vida y sé que tu Espíritu Santo me ayudarás. Gracias, En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.