Soberano Señor,
tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra,
el mar y todo lo que en ellos hay.
Hechos 4:24.
Mirad a mí,
y sed salvos…
porque yo soy Dios,
y no hay más.
Isaías 45:22.
tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra,
el mar y todo lo que en ellos hay.
Hechos 4:24.
Mirad a mí,
y sed salvos…
porque yo soy Dios,
y no hay más.
Isaías 45:22.
Sea que los científicos se inclinen sobre sus microscopios para examinar lo infinitamente pequeño, o miren por sus gigantescos telescopios para estudiar los astros, es lógico que siempre se asombren. Como quieren conocer el origen de esas maravillas no se cansan de buscar y formular hipótesis. Solamente la Palabra de Dios da la clave del misterio: Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos (Salmo 19:1). Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; el mundo y su plenitud, tú lo fundaste (Salmo 89:11). El Señor con sabiduría fundó la tierra; afirmó los cielos con inteligencia (Proverbios 3:19). ¿Por qué los hombres no quieren reconocer en la creación la obra del Creador? Algunos pretenden creer que el universo fue formado por una gigantesca explosión (el big bang) o por un proceso químico o biológico, o simplemente por casualidad. Así, al creer que se trata simplemente de una fuerza invisible y desconocida, no sienten ninguna responsabilidad. Pero Dios no acepta estos razonamientos de incrédulos y declara que los hombres no tienen excusa, porque no quieren reconocer lo que de Dios se conoce en la creación, es decir, su poder y su sabiduría divina (Romanos 1:19-20). Pero Dios también se manifiesta como el Dios Salvador, porque cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia (Tito 3:4-5).