de Dios, y vosotros sois labranza
de Dios, edificio de Dios.
1-Corintios 3: 9
Respondió Jesús y les dijo:
Esta es la obra de Dios,
que creáis en el que Él ha enviado.
Juan 6: 29
No son personas extraordinarias las que hacen la obra de Dios, sino personas comunes que están comprometidas con Él. Muchos le dirán al Señor: "No tengo dones ni cualidades especiales; casi siempre fracaso en lo que hago; ¿cómo va a usar a alguien como yo?". El gran rey Salomón al saberse incapaz de poder gobernar a su pueblo le pidió al Señor que le diera sabiduría, y Dios se la concedió (2-Crónicas 1:7-12). El profeta Jeremías se excusaba delante de su Creador diciendo que él era muy niño para ser usado por Él, pero el Señor le dijo que no temiera y que se sometiera a Su voluntad (Jeremías 1:6-8). Y como todos sabemos, Dios escogió a una muchacha judía para ser la madre del cuerpo de Su Hijo Jesucristo, y a un carpintero para ser su padrastro. Esa es la forma en que Dios trabaja Su Obra. Como en tiempos pasados, el Señor sigue usando personas ordinarias como tú y como yo. Si trabajas como empleado en una oficina, Dios quiere que seas luz para los que viven en tinieblas. Si eres dueña de casa, puedes guiar a tus hijos a los pies de Jesucristo. Si vives a solas y con poco contacto con la gente, puedes orar por la salvación de almas. Si no sabes qué hacer, busca fervientemente la voluntad del Señor por medio de la oración. Si te preguntas, ¿Quiere Dios realmente usarme?, la respuesta va a ser obvia, "Por supuesto".