sábado, diciembre 15, 2007

Hoy

Zaqueo, date prisa…
porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
Lucas 19:5.

Exhortaos los unos a los otros cada día,
entre tanto que se dice: Hoy.
Hebreos 3:13.
Ayer, hoy, mañana: nuestra vida está estructurada en base al tiempo. Pero el presente es el único momento en que vivimos verdaderamente y que debemos utilizar según la voluntad de Dios. No podemos cambiar el pasado, y el mañana no nos pertenece. Hoy, y no mañana, debo acercarme al Señor Jesús para escuchar su Palabra. Hoy, y no mañana, debo reconocer mis pecados y confiar en el Dios Salvador. Jesucristo es el amo del tiempo y de la historia. Él es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos (Hebreos 13:8). Su amor no cambia. Aquel que ha aceptado a Jesús como su Salvador personal puede decir: ayer dio su vida para que mis pecados fuesen perdonados. Hoy me socorre y me conduce, porque es mi pastor. Mañana vendrá a buscarme para llevarme junto a él. Un creyente escribió: «Este día es un don de Dios para ti. Si andas como a él le agrada, puedes contar con su protección. En este día Dios te confía una misión. Empieza tu jornada estando disponible para él. Es probable que alguien necesite que le eches una mano. ¿A quién vas a ayudar mediante una carta o unas palabras? Permanece junto a Jesús para que el tentador no llegue por sorpresa y te prive de las bendiciones que hoy Dios tiene reservadas para ti».

Hoy escudriña ¡oh Dios! mi corazón,
en lo secreto tu mirada pon;
todo lo malo quita en tu bondad,
concédeme hacer tu voluntad.