Te acordarás de todo el camino por donde te ha traído el Señor tu Dios.
Deuteronomio 8:2.
Olvidando ciertamente lo que queda atrás,
y extendiéndome a lo que está delante,
prosigo a la meta,
al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Filipenses 3:13-14.
Deuteronomio 8:2.
Olvidando ciertamente lo que queda atrás,
y extendiéndome a lo que está delante,
prosigo a la meta,
al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Filipenses 3:13-14.
¡Cuán importante es vivir hoy por la fe y recibir cada momento del día como un don de Dios, confiando en él! Entonces, ¿qué lugar tiene el pasado en el presente? El pasado puede ser un obstáculo para su vida presente si lo embellece demasiado y fomenta así una nostalgia que le paraliza. Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? (Eclesiastés 7:10). Refugiarse en el pasado le impide hacer frente a su responsabilidad actual. Sin embargo, a veces necesitamos volver al pasado para juzgar nuestros hechos. Dios otorga su perdón a aquel que se acerca a él y le confiesa sus faltas. Si hemos recibido el perdón de Dios, no sería lógico atormentarnos por pecados pasados que ya hemos confesado al Señor, aun cuando debamos soportar ciertas consecuencias. Nuestro Dios es un Dios que perdona. También es útil recordar el pasado para evitar repetir los mismos errores. Se ha dicho que los verdaderos hombres de progreso son quienes tienen un gran respeto por el pasado. Acordémonos de aquellos que nos dieron el ejemplo de una vida de fe con el Señor, y también de todo lo que él hizo por nosotros, sus consuelos, sus liberaciones y respuestas a nuestras oraciones. Entonces podremos vivir intensamente cada día, esperando Su retorno.