domingo, diciembre 16, 2007

Ayuno extraño

“¿Por qué hemos ayunado, y tú no lo ves? ¿Por qué nos hemos humillado, y tú no haces caso?”
He aquí, en el día de vuestro ayuno buscáis vuestra conveniencia y oprimís a todos vuestros trabajadores.
He aquí, ayunáis para contiendas y riñas, y para herir con un puño malvado.
No ayunéis como hoy, para que se oiga en lo alto vuestra voz.
Isaiás 58:3,4
Ayuna de palabras hirientes....y transmite palabras bondadosas.
Ayuna de descontento... y llènate de gratitud.
Ayuna de enojos... y llènate de mansedumbre y paciencia.
Ayuna de pesimismo.... y llènate de esperanzas y optimismo.
Ayuna de preocupaciones... llènate de confianza en Dios.
Ayuna de quejas... llènate de las cosas sencillas de la vida.
Ayuna de juicios a otros... y descubre a Jesùs que vive en ellos.
Ayuna de egoìsmos... y llènate de compasiòn.
Ayuna de palabras... y llenate de silencios para poder escuchar.
Si intentaramos esta forma de ayuno, nuestra realidad se irà inundando de paz......amor.....confianza....
Ayuno es una disciplina cristiana con dimenziones trascendentales. No es un ayuno extraño, es el verdadero ayuno.
Autor anónimo.

sábado, diciembre 15, 2007

Mañana

No os afanéis por el día de mañana,
porque el día de mañana traerá su afán.
Basta a cada día su propio mal.
Mateo 6:34.

Tú eres mi Dios.
En tu mano están mis tiempos.
Salmo 31:14-15.
«He aquí, mañana reina hoy en la tierra», dijo un poeta francés. Así es, la vida parece pertenecer a quienes hacen proyectos, son emprendedores y construyen el porvenir. Pero ¿qué dice la Biblia? En lo concerniente a la vida actual, denuncia a los que hacen proyectos y pretenden disponer del porvenir sin tener en cuenta a Dios (véase Isaías 56:12; Santiago 4:13-15). También acusa a quienes dicen: –como el mañana es incierto, gocemos del momento presente; aprovechémoslo, comamos y bebamos, porque mañana moriremos (1 Corintios 15:32). Pero la Escritura muestra que «mañana» no se detiene cuando llega la muerte: hay un más allá. Sólo Dios puede hablarnos de él. Nos advierte que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio (Hebreos 9:27). Pero Dios nos ofrece gratuitamente el medio de evitarlo y ser salvos por Jesucristo. Si colocamos nuestro porvenir en su mano, podemos estar tranquilos. Es cierto que a veces hace falta emprender proyectos, pero es necesario que lo hagamos sometiéndonos a Dios. Debemos construir nuestro presente y porvenir a la luz de la eternidad. Aprovechemos también el tiempo para leer en la Palabra de Dios lo que Él nos dice del futuro. Estudiemos sus profecías. Nuestra fe será fortalecida mediante la esperanza del retorno de Jesús, quien nos introducirá en el eterno presente del Dios de amor.

Ayer

Te acordarás de todo el camino por donde te ha traído el Señor tu Dios.
Deuteronomio 8:2.

Olvidando ciertamente lo que queda atrás,
y extendiéndome a lo que está delante,
prosigo a la meta,
al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Filipenses 3:13-14.
¡Cuán importante es vivir hoy por la fe y recibir cada momento del día como un don de Dios, confiando en él! Entonces, ¿qué lugar tiene el pasado en el presente? El pasado puede ser un obstáculo para su vida presente si lo embellece demasiado y fomenta así una nostalgia que le paraliza. Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? (Eclesiastés 7:10). Refugiarse en el pasado le impide hacer frente a su responsabilidad actual. Sin embargo, a veces necesitamos volver al pasado para juzgar nuestros hechos. Dios otorga su perdón a aquel que se acerca a él y le confiesa sus faltas. Si hemos recibido el perdón de Dios, no sería lógico atormentarnos por pecados pasados que ya hemos confesado al Señor, aun cuando debamos soportar ciertas consecuencias. Nuestro Dios es un Dios que perdona. También es útil recordar el pasado para evitar repetir los mismos errores. Se ha dicho que los verdaderos hombres de progreso son quienes tienen un gran respeto por el pasado. Acordémonos de aquellos que nos dieron el ejemplo de una vida de fe con el Señor, y también de todo lo que él hizo por nosotros, sus consuelos, sus liberaciones y respuestas a nuestras oraciones. Entonces podremos vivir intensamente cada día, esperando Su retorno.

Hoy

Zaqueo, date prisa…
porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
Lucas 19:5.

Exhortaos los unos a los otros cada día,
entre tanto que se dice: Hoy.
Hebreos 3:13.
Ayer, hoy, mañana: nuestra vida está estructurada en base al tiempo. Pero el presente es el único momento en que vivimos verdaderamente y que debemos utilizar según la voluntad de Dios. No podemos cambiar el pasado, y el mañana no nos pertenece. Hoy, y no mañana, debo acercarme al Señor Jesús para escuchar su Palabra. Hoy, y no mañana, debo reconocer mis pecados y confiar en el Dios Salvador. Jesucristo es el amo del tiempo y de la historia. Él es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos (Hebreos 13:8). Su amor no cambia. Aquel que ha aceptado a Jesús como su Salvador personal puede decir: ayer dio su vida para que mis pecados fuesen perdonados. Hoy me socorre y me conduce, porque es mi pastor. Mañana vendrá a buscarme para llevarme junto a él. Un creyente escribió: «Este día es un don de Dios para ti. Si andas como a él le agrada, puedes contar con su protección. En este día Dios te confía una misión. Empieza tu jornada estando disponible para él. Es probable que alguien necesite que le eches una mano. ¿A quién vas a ayudar mediante una carta o unas palabras? Permanece junto a Jesús para que el tentador no llegue por sorpresa y te prive de las bendiciones que hoy Dios tiene reservadas para ti».

Hoy escudriña ¡oh Dios! mi corazón,
en lo secreto tu mirada pon;
todo lo malo quita en tu bondad,
concédeme hacer tu voluntad.