Deuteronomio 30:19
“Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra ustedes de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia”.
Básicamente nuestro destino, nuestro futuro se construye o se destruye de acuerdo a las decisiones que tomamos. El punto de enfoque hoy es ¿En qué nos basamos realmente para tomar una decisión? 2 Reyes 5:9-11 nos narra la historia de Naamán, capitán del ejército del rey de Aram: “Vino, pues, Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a la entrada de la casa de Eliseo. 10 Y Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate en el Jordán siete veces, y tu carne se te restaurará y quedarás limpio. 11 Pero Naamán se enojó, y se fue diciendo: Yo pensé: Seguramente él vendrá a mí, y se detendrá e invocará el nombre del Señor su Dios, moverá su mano sobre la parte enferma y curará la lepra”. El pensó que conocía una forma mejor para hacer las cosas. Consultó con el profeta de Dios pero le pareció, a su parecer, que no era lógica su respuesta. Entiende esto: El tema no es hacerlo como a ti te parece, sino como Dios lo dice. Tú debes decirte a ti mismo: “Si Dios lo dice, yo lo voy hacer”. Tú y yo necesitamos confiar en Él y dejar de confiar en nuestros sentimientos, conocimientos y experiencias porque lo único que nos va a llevar a conquistar, a poseer lo que es nuestro, alcanzar las metas y sueños es la fe en Sus Promesas y Su Palabra. Y eso dejarme decirte requiere confianza. El proverbista dice: “El que confía en el Señor prospera” (Pr.28:25b); y el profeta Jeremías declara: “Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en Él” (Jer.17:7). Recibe esto que es decisivo para tu vida: Las Promesas se alcanzan tomando decisiones con fe basadas en la Palabra de Dios. Avanza en la dirección que Dios te indica. Dice 2 Samuel 5:19: “Entonces David consultó al Señor: ¿Subiré contra los Filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y el Señor dijo a David: Sube, porque ciertamente entregaré a los Filisteos en tu mano”. En este tiempo tienes que ser sensible a la voz de Dios para llegar a tu destino. En cada decisión que tomes, aunque sea parecida a la anterior pregúntale primero a Él antes de hacerlo. Los principios no cambian pero los métodos sí. Demuéstrale en este año a Dios que tienes la humildad de escucharlo y obedecerle. Allí donde Él te dice es donde se encuentra Su voluntad para tu vida.
“Padre celestial, perdóname en este día si he tomado decisiones bajo mis propios concepto, a partir de hoy decido que te consultaré cada decisión y confiaré que Tu respuesta es la adecuada. Lo decreto en el Nombre Poderoso de Jesús, amén”.
“Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra ustedes de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia”.
Básicamente nuestro destino, nuestro futuro se construye o se destruye de acuerdo a las decisiones que tomamos. El punto de enfoque hoy es ¿En qué nos basamos realmente para tomar una decisión? 2 Reyes 5:9-11 nos narra la historia de Naamán, capitán del ejército del rey de Aram: “Vino, pues, Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a la entrada de la casa de Eliseo. 10 Y Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate en el Jordán siete veces, y tu carne se te restaurará y quedarás limpio. 11 Pero Naamán se enojó, y se fue diciendo: Yo pensé: Seguramente él vendrá a mí, y se detendrá e invocará el nombre del Señor su Dios, moverá su mano sobre la parte enferma y curará la lepra”. El pensó que conocía una forma mejor para hacer las cosas. Consultó con el profeta de Dios pero le pareció, a su parecer, que no era lógica su respuesta. Entiende esto: El tema no es hacerlo como a ti te parece, sino como Dios lo dice. Tú debes decirte a ti mismo: “Si Dios lo dice, yo lo voy hacer”. Tú y yo necesitamos confiar en Él y dejar de confiar en nuestros sentimientos, conocimientos y experiencias porque lo único que nos va a llevar a conquistar, a poseer lo que es nuestro, alcanzar las metas y sueños es la fe en Sus Promesas y Su Palabra. Y eso dejarme decirte requiere confianza. El proverbista dice: “El que confía en el Señor prospera” (Pr.28:25b); y el profeta Jeremías declara: “Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en Él” (Jer.17:7). Recibe esto que es decisivo para tu vida: Las Promesas se alcanzan tomando decisiones con fe basadas en la Palabra de Dios. Avanza en la dirección que Dios te indica. Dice 2 Samuel 5:19: “Entonces David consultó al Señor: ¿Subiré contra los Filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y el Señor dijo a David: Sube, porque ciertamente entregaré a los Filisteos en tu mano”. En este tiempo tienes que ser sensible a la voz de Dios para llegar a tu destino. En cada decisión que tomes, aunque sea parecida a la anterior pregúntale primero a Él antes de hacerlo. Los principios no cambian pero los métodos sí. Demuéstrale en este año a Dios que tienes la humildad de escucharlo y obedecerle. Allí donde Él te dice es donde se encuentra Su voluntad para tu vida.
“Padre celestial, perdóname en este día si he tomado decisiones bajo mis propios concepto, a partir de hoy decido que te consultaré cada decisión y confiaré que Tu respuesta es la adecuada. Lo decreto en el Nombre Poderoso de Jesús, amén”.