martes, noviembre 10, 2020

El Reino de Dios y los Hombres del Reino

 El Reino de Dios y los Hombres del Reino

¿Qué es el Reino de Dios?

En el corazón de este tema está la idea del reino mesiánico de Dios. Un reino que será gobernado por el Mesías escogido de Dios, quien no será solo el Redentor de su pueblo, sino también su Rey. Así que cuando Juan habla de la proximidad radical de este avance, la intrusión del reino de Dios, está hablando del reino del Mesías.

Al final de la vida de Jesús, justo cuando estaba a punto de partir de este mundo, sus discípulos tuvieron la oportunidad de hacerle una última pregunta. Ellos le preguntaron: “Señor, ¿restaurarás en este tiempo el reino a Israel?” (Hch. 1:6b).

Él les dio una respuesta paciente y gentil. Él dijo: “No les corresponde a ustedes saber los tiempos ni las épocas que el Padre ha fijado con Su propia autoridad; pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y serán Mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hch. 1:7-8). ¿Qué quiso decir? ¿A dónde quería llegar?

Cuando Jesús le dijo a Pilato: “Mi reino no es de este mundo”, ¿estaba indicando que su reino era algo espiritual que toma lugar en nuestros corazones, o estaba hablando de algo más? Todo el Antiguo Testamento llama la atención no a un reino que simplemente toma lugar en los corazones de las personas, sino a un reino que se abriría paso en este mundo, un reino gobernado por el Mesías escogido por Dios. Por esta razón, durante su ministerio en la tierra, Jesús dijo cosas como: “Pero si Yo por el dedo de Dios echo fuera los demonios, entonces el reino de Dios ha llegado a ustedes” (Lc. 11:20). ¿Cómo podría el reino haber llegado a la gente, o estar cerca de ellos? El reino de Dios estaba cerca de ellos porque el Rey del reino estaba allí. Cuando Él vino, Jesús inauguró el reino de Dios. Él no lo consumó, pero sí lo empezó. Y cuando ascendió al cielo, fue allí para su coronación, para su investidura como Rey de reyes y Señor de señores.

Así que la realeza de Jesús no es algo que permanezca en el futuro. Cristo es Rey en este preciso minuto. Él está en el puesto de la más grande autoridad cósmica. Toda la autoridad en el cielo y en la tierra ha sido dada al ungido Hijo de Dios (Mt. 28:18).

 La definición de un hombre del reino

Génesis 2:7-17 RV1960

Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. 8 Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. 9 Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. 10 Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. 11 El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; 12 y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. 13 El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. 14 Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates. 15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. 16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Un hombre del reino puede definirse como un hombre que demuestra visiblemente el gobierno integral de Dios bajo el señorío de Jesucristo en cada área de su vida. La esencia de un hombre del reino se centra en la alineación y la sumisión. Dios nunca esperó que un hombre actuara independientemente de él. Desde el principio, Él creó al hombre para que le rinda cuentas. Por ejemplo, mira la creación de Adán. Dios creó a Adán, creó un jardín específicamente para Adán y lo colocó en él. Le dio a Adán un trabajo, un propósito y un destino que cumplir. Finalmente, Dios le dio a Adán instrucciones para vivir. Adán fue creado para operar bajo la autoridad divina de Dios. No fue creado para vivir de manera autónoma, sino que fue creado para seguir la dirección del Señor. Dios creó una cadena de mando, y Adán debía estar alineado adecuadamente con Él.

Cuando un automóvil está desalineado, hay signos visibles: desgaste de los neumáticos, conducción irregular, etc. Puedes rotar los neumáticos o manipular los amortiguadores, pero eso no solucionará el problema de tu automóvil. Lo mismo es cierto de los hombres. Cuando los hombres no están alineados adecuadamente con Dios, hay un desgaste visible en nuestras familias, iglesias y comunidades. Regresar al lugar de alineación correcto será lo único que solucionará estos problemas. 

Creado para gobernar

Génesis 1:26-28 RV1960

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Hombres, ustedes fueron creados para rugir. Fueron creados para gobernar. Cuando Dios creó al hombre, entregó la gestión diaria al hombre. Hasta este punto, Dios hizo todo el trabajo. Él habló todo a la existencia, y puso todo en su lugar. Pero cuando creó al hombre al sexto día, declaró: "Que gobiernen". Ahora gobernar no significa dominar. En cambio, es gobernar desde la perspectiva de administrar. Le dio al hombre autoridad administrativa para cultivar el jardín y mantenerlo. En otras palabras, debemos maximizar el potencial de todo en nuestro mundo para el reino de Dios, y también debemos proteger todo en nuestro mundo. Dios nos ha dado autoridad para hacerlo en Su nombre.

Hombres, Dios nos ha dado autoridad para gobernar en Su nombre. Se supone que debemos gobernar sobre la creación de Dios, pero debemos hacerlo a la manera de Dios porque Él todavía es el dueño. Esto es lo que significa ser gerente. A pesar de que Dios nos ha dado autoridad, debemos recordar que aún le rendimos cuentas a Él. 

Creados para la grandeza  

Génesis 12:1-2 RV1960

Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.

En el versículo 1, Dios llama a Abram a obedecer Su palabra y someterse a Su autoridad. En el versículo 2, Dios promete grandeza vinculada a la obediencia en el versículo 1. En otras palabras, Abram solo experimentaría la grandeza en el versículo 2 si obedecía el mandato en el versículo 1. Verás, la sumisión y la grandeza están vinculadas. Además de eso, hay un método para ser grandioso. Demasiados hombres quieren ser grandiosos, pero no quieren usar el método de Dios para llegar allí. Quieren llegar promocionándose a sí mismos, utilizando el poder y la intimidación. En la economía de Dios, la grandeza viene a través del servicio, no de la dominación. La grandeza mundana ocurre cuando tratamos de elevarnos. La verdadera grandeza ocurre cuando el bienestar de otras personas es el punto focal. En el Reino de Dios, Él busca hombres que sirvan bajo Su gobierno para Sus propósitos. Y cuando Dios encuentra siervos, los eleva, los promueve y los hace grandiosos.

Deja de intentar elevarte. Si quieres ser grandioso, sométete al gobierno de Dios y comienza a servir. Si haces eso, descubrirás esta verdad: cuanto mayor sea el sirviente, mayor será la persona.

Deja de sacar excusas

Génesis 3:1-9 RV1960

Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? 2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. 4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. 6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. 7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. 8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. 9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?

Cuando Adán y Eva pecaron, Dios vino a buscar a Adán y le dijo: "¿Dónde estás?" No preguntó: "Adán y Eva, ¿dónde están?" La razón es porque Dios responsabiliza a los hombres. Si quieres gobernar, y si quieres ser grandioso, entonces debes entender que eres responsable de todo bajo tu esfera de influencia. Esto significa que no puedes señalar con el dedo. No puedes culpar a otros. No puedes seguir sacando excusas.

En este momento, algunos de ustedes, hombres, pueden estar desanimados. Es posible que ya te hayas equivocado. Tal vez cometiste errores con tu esposa, tus hijos, tu carrera o con tus finanzas. No es el final, no te rindas. Para de sacar excusas. Aprovecha al máximo tu posición en este momento y permite que Dios se encargue del resto.  

Comunidad Crristiana de Fe y Amor

Cartagena, 7 de noviembre de 2020

Hombres del Reino

Hombres Del Reino


A través de la historia, Dios siempre ha buscado y usado hombres para avanzar su agenda del reino. Satanás lo sabe, por eso quiere atrapar y debilitar a los hombres. Nuestro mundo está deteriorando porque los hombres no se encuentran. Es hora de levantarse.

La Unión hace la fuerza

“Más valen dos que uno, pues trabajando unidos les va mejor a ambos”  Eclesiastés 4:9 PDT

Las personas deben ser valoradas por lo que son, mas no por lo que hacen. Para que los discípulos de David llegaran a ser esas personas valientes, él, como líder, dedicó tiempo en su formación, rompiendo así muchos paradigmas de fracaso que estaban en sus mentes.  David entendió que fue Dios quien había traído a cada persona para que conformara su equipo. Razón por la cual desde el primer momento, David los pudo ver con los ojos de la fe. Fueron los que luego se convirtieron en hombres a los que David puso por capitanes en su ejército.

Formar valientes

Envisionar, Ganar, Cimentar, Equipar, Enviar

Ese día también se unieron a David como cuatrocientos hombres. Todos ellos eran tan pobres que no tenían dinero para pagar sus deudas. Además, eran gente que sufría mucho y que ya no quería seguir viviendo así. De modo que David llegó a ser su líder. 1 Samuel 22:2 BLS

Cuando David comenzó a formar su primer equipo, no llegaron a él los hombres de empresas, ni grandes militares, ni intelectuales; por el contrario quienes lo rodearon fueron aquellos  que tenían grandes deudas económicas, los amargados de espíritu, y otros cuantos que tenían un sin número de problemas (1 Samuel 22:2). Estas fueron las personas que Dios le confió a David para pastorearlos. De ese grupo surgieron los hombres más valientes, tanto así que  en  varias ocasiones estuvieron dispuestos a dar la vida por él.

Cuidando su rebaño hasta su regreso

Y el que bajó es el mismo que después subió a lo más alto del cielo, para llenar todo el universo. Él fue quien les dio a unos la capacidad de ser apóstoles; a otros, la de ser profetas; a otros, la de ser evangelistas; y a otros, la de ser pastores y maestros. Hizo esto para que todos los que formamos la iglesia, que es su cuerpo, estemos capacitados para servir y dar instrucción a los creyentes. Efesios 4:10-12 TLA

Dios cumplió su promesa al enviar a Jesús, el Hijo de David, el Buen Pastor quien dio su vida por las ovejas y resucitó. Pero la historia no termina ahí. Jesús dio apóstoles y luego dirigentes (ancianos y líderes) para cuidar a su rebaño como pastores delegados hasta que él vuelva (Efesios 4:7-13; 1 Pedro 5:1-4). Los ancianos (líderes) son los asistentes de Jesús para pastorear a sus iglesias.

 Comunidad Cristiana de Fe y Amor

Cartagena, 3 de octubre de 2020