viernes, noviembre 17, 2017
Los planes, el hombre y Dios
Los planes son del hombre; la palabra final la tiene el Señor. Al hombre le parece bueno todo lo que hace, pero el Señor es quien juzga las intenciones. Pon tus actos en las manos del Señor y tus planes se realizarán. El Señor no soporta a los orgullosos; tarde o temprano tendrán su castigo. Cuando al Señor le agrada la conducta de un hombre, hasta a sus enemigos los pone en paz con él. Vale más lo poco ganado honradamente, que lo mucho ganado en forma injusta. Al hombre le toca hacer planes, y al Señor dirigir sus pasos. Más vale adquirir sabiduría que oro; más vale entendimiento que plata. La norma de los justos es apartarse del mal; cuidar la propia conducta es cuidarse uno mismo. Tras el orgullo viene el fracaso; tras la altanería, la caída. Más vale humillarse con los pobres que hacerse rico con los orgullosos. Al que bien administra, bien le va; ¡feliz aquel que confía en el Señor! Al que piensa sabiamente, se le llama inteligente; las palabras amables convencen mejor. El que piensa sabiamente, se sabe expresar, y sus palabras convencen mejor. Las palabras dulces son un panal de miel: endulzan el ánimo y dan nuevas fuerzas. Hay caminos que parecen derechos, pero al final de ellos está la muerte. El apetito del que trabaja lo impulsa a trabajar; el hambre que siente lo empuja a ello. Las canas son una digna corona, ganada por una conducta honrada. Más vale ser paciente que valiente; más vale vencerse uno mismo que conquistar ciudades. El hombre echa las suertes, pero el Señor es quien lo decide todo.
Proverbios 16:1-3, 5, 7-9, 16-21, 23-26, 31-33 DHH94PC
https://bible.com/bible/411/pro.16.1-33.DHH94PC