domingo, julio 13, 2008

ARMONIZANDO CON EL PROPÓSITO DE DIOS

2 Timoteo 4:7,8
“He peleado la buena batalla, he llegado al término de la carrera, me he mantenido fiel. 8 Ahora me espera la corona merecida que el Señor, el Juez justo, me dará en aquel día. Y no me la dará solamente a mí, sino también a todos los que con amor esperan su venida gloriosa.”.


La Palabra de Dios tiene promesas de bendición para tu vida, para tu familia, para tu economía, etc. Cada vez que recibimos una Palabra debemos saber que Dios tiene un propósito con ella y nosotros debemos unirnos a ese propósito con fe, y desarrollar nuestra capacidad profética. Es de esta manera en que tu vida se ordena, tu familia se ordena y tu economía se ordena, y es cuando te colocas en armonía con el Padre. La Palabra trae el potencial del éxito, pero eres tú el que debes armonizar con ella. ¿Cómo? Haciendo un control de tu vida a la luz de la Palabra y realizando los ajustes necesarios. Cada vez que lo haces tienes la garantía de que verás la gloria de Dios. El apóstol Pablo fue un hombre exitoso y si en algo se caracterizó fue en que colocó su vida en armonía con la Palabra de Dios. Enfrentó dificultades pero su éxito radicó en su habilidad de superarlas. ¿Estás preparado para ser un vencedor de adversidades? Nota tres poderosos secretos en la vida del apóstol Pablo: #1. He peleado la buena batalla; #2. He terminado la carrera; y #3. Me he mantenido fiel, en otras palabras, he guardado la fe ¡Tres secretos para un éxito contundente! No siempre las cosas resultan sencillas pero sobre cualquier situación hay victoria. Enfoca tu vida en el propósito de Dios y ponle fuerza y fe. Si hay trabas hay que superarlas, tú tienes la marca del Espíritu Santo en tu vida, una marca que no se puede borrar, tú tienes un llamado para alcanzar la excelencia. No permitas que nada ni nadie te saque el sentido del propósito de tu vida. Descubre lo que Dios tiene para ti y dirígete a ello. A veces queremos algo y no se da pero lo que realmente tenemos que buscar es la visión de Dios. Recibe la Palabra, medítala, créela, decrétala y camina sobre ella, y ella te guiará. Dios tiene algo glorioso para tu vida, olvida lo que queda atrás para poder llegar a lo que el Padre ya te preparó y destinó para ti. Armoniza tu vida con la Palabra. Ella dice que tú ya eres bendito, que tú ya eres próspero y que eres una bendición. No pienses ni diga nada contrario a esto. Lucha por lo mejor. tu vida reflejará la gloria de Dios ¡Aleluya!

“Padre celestial, no faltará el bien en mi casa, mi familia está bendecida, mi economía está bendecida. Voy corriendo en tu propósito, haciendo tu voluntad y extendiendo tu bendición. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.