
Jesucristo es la segunda Persona de la Trinidad. Como es Dios, es también nuestro Creador y el de toda la creación. En Hebreos capítulo l leemos:
"Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán mas Tú permaneces; y todos ellos se envejecerán como vestidura, y como un vestido los envolverás y serán cambiados, pero Tú eres el mismo y tus años no acabarán".
Jesucristo es el Salvador, el Redentor del mundo. El ángel Gabriel le anunció a la bendita virgen María: "Darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados" (Mateo capítulo 1). El libro de Tito capítulo 2 dice:
"Nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras". Cristo vino a libertarnos y en los Hechos capítulo 4 dice:
"En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre debajo del cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos".
Jesucristo es el Cordero de Dios que llevó sobre sí mismo nuestros pecados y ahora borra los pecados de cualquiera que sienta la carga y se arrepienta.
"He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (San Juan capítulo 1).
El instituyó la Santa Cena. Dice la Biblia:
"Tomando la copa y habiendo dado gracias, se la dio a los discípulos, diciéndoles, ´Bebed de ella todos, porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para remisión de pecados´" (San Mateo capítulo 26).
Jesucristo es la Fuente de Vida que nos suministra el alimento espiritual diario que necesitamos para poder vivir la vida, para gozarla y disfrutarla. Así como, al levantarnos por la mañana, necesitamos un buen desayuno, una comida al mediodía y algo en la noche, en la vida espiritual es igual.
"Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia". Así dijo Jesucristo en San Juan capítulo 10.
Quisiera preguntarle, ¿Ha encontrado usted esa vida en Cristo? ¿Está disfrutándola?
"El que bebiere del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna" (San Juan capítulo 4).
¿Ya ha encontrado en Jesucristo la vida eterna, la vida interminable, la vida en abundancia? Ojalá que sí.
En último lugar, Jesucristo quiere salvarle a usted así como a mí me salvó. El quiere que usted nazca otra vez. San Juan capítulo 3 dice:
"De tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, Jesucristo, para que todo aquél que en El cree, no se pierda, sino que tenga vida eterna".
Jesucristo dice: "Yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta del corazón, yo entraré a él, y cenaré con él y él cenará conmigo" (Apocalipsis capítulo 3).
Ojalá que usted abra la puerta de su corazón a Cristo, que El entre en su vida y le dé vida eterna. Es así como podrá conocer a Jesucristo en forma personal.
Disciplinas Libertadoras por Luis Palau